Renata llevaba cinco años esperando por el hombre de su vida, ese que prometió volver a ella sin importar que
cinco años, cinco largos años llevaba esperando para estar entre sus brazos.
no quería perder más tiempo, así que lo atraje a mi, sus besos eran igual de delicioso que hace cinco años, me fui desnudando ante su mirada llena de lujuria y deseo, sus manos me empezaron a tocar viajando a mi zona más íntima.
sus dedos jugaban con mi entrada, la cual ya estaba totalmente mojada, deseando que el entrara en ella. el aún seguía con su pantalón puesto, así que se lo quite rápidamente, su miembro Lucia mucho más grande de lo que recuerdo, palpitaba dándome señal de que el lo deseaba tanto como yo.
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PUEDE BESAR A LA NOVIA.
Rosario y Rodrigo quedaron sin saber que hacer, no entendía que había pasado.
_ a donde abra ido.- pregunto rodrigo.
_ no lo sé, me preocupa en su estado, no debería de ponerse así.- salió de la cafetería con Rodrigo, como no sabían donde buscar a Renata decidieron ir a su casa.
_ nana ya volví.- grito rosario al entrar, ala casa._ sigue y siéntate.- Rodrigo entro mirando a todos lado, era una casa humilde pero muy bien organizada.
_ mi niña, como te fue.- preguntó Carmen al salir de la habitación, ella no había notado la presencia de Rodrigo.
_ bien nana, ven te presento a Rodrigo.- Carmen sonrió al verlo.
_ mucho gusto Rodrigo Slim.- rodrigo estrecho, la mano un poco arrugada de Carmen.
_ el gusto es todos mío Rodrigo, Carmen Chávez.- Carmen lo miro de arriba abajo._ eres más guapo de lo que decía mi niña Rosario.- rosario se sonrojó al escuchar a Carmen hacer el comentario.
_ nana por favor.
_ gracias por el cumplido, rosario, me ha hablado mucho de usted, tengo tanto que agradecer.
_ nada de eso, rosario es una persona maravillosa, lo volvería hacer si fuera necesario. - Carmen se sentó junto a Rodrigo.
_ donde quedo mi niña Renata.- pregunto Carmen al notar que no estaba.
_ no lo sé nana, salió muy alterada de la cafetería, tenía la esperanza de que estuviera aquí.- contesto rosario, mientras servía algo de jugo.
_ será que se enteró.- dijo Carmen.
_ de que hablas nana.- Carmen se paró y entro a la habitación y unos minutos después volvió con un periódico en la mano.
_ de esto.- Carmen les entró el periódico, en la portada había una foto de Federico y Carolina.
El anuncio decía.
El heredero de la familia bailléres, contraerá matrimonio con su prometida Carolina González el día de hoy, la celebración será por todo lo alto.
Rosario se paró, ahora si se sentía muy angustiada.
_ no me digas que es él.- preguntó Rodrigo.
Rosario solo asintió con la cabeza, el enojo llegó a Rodrigo, se podía imaginar lo que podía estar sintiendo su hija.
_ vamos por ella.- Rodrigo tomo la mano de rosario y salieron de la pequeña casa.
Renata ya estaba por llegar, el lugar estaba lleno de periodistas.
...
RENATA.
La felicidad nunca es completa, conocer a mi padre me lleno de felicidad, nunca me imagine que podría llegar a estar siquiera cerca de él, pero como les decía la felicidad nunca es completa, en estos momentos Federico el amor de mi vida y padre de mi hijo se está casando, y aquí voy yo de camino a su boda, ¿hacer qué? No sé.
...
Renata intentó camuflarse entre los invitados, pero con la vestimenta que llevaba era obvio que no la dejarían entrar, así que busco la entrada de servicio y entro como si fuera parte del personal.
_ que estás haciendo, porque no te has vestido aun.- unos de los encargados del personal le ordeno vestirse con uno de los uniformes.
El Lugar era hermoso, uno de los mejores hoteles de la ciudad de México, la ceremonia nupcial seria en el gran jardín.
...
FEDERICO.
Trate de retrasar la boda lo más que pude, necesitaba tiempo para pensar como salir de esta sin afectar a mi pequeña, me preguntó como estará, dónde estará viviendo, estará comiendo bien. Desde que llegue a su vida no he hecho más que causarle problema.
...
La ceremonia estaba por empezar, Federico estaba ubicado en su puesto, la marcha nupcial, dio avisó que la hora había llegado, el rostro de poca felicidad de Federico, era visto por los demás, la gente empezaba a murmurar.
_ puedes sonreír aunque sea solo un poco.- le dijo Emilio.
Federico ignoró lo que su padre le había dicho, por más que tratara era inevitable sentirse destrozado y humillado al hacer lo qué su padre ordenaba.
_ has lo que te digo, o quieres que le envíe un regalito a la mujer esa.- esas palabras provocaron que el cuerpo de Federico se tensara.
Forzando una sonrisa, Federico recibió a Carolina de la mano de su padre.
_ te entrego a mi más lindo tesoro, espero y cuides de ella.- Federico no tenía ni la más mínima intención de aparentar delante del padre de Carolina.
_En ese caso no creo que sea buena idea que me entregué a su hija.- la sonrisa de Carolina y su padre se borró de inmediato._ No olviden que me caso en contra de mi voluntad, no amo a su hija y nunca lo haré.
Federico volvió a su puesto, todos los invitados no entendían lo que ocurría.
_ olvida lo que dijo, sé que me amara.- Carolina trato de calmar a su padre, lo que manos quería era que su gran día terminara mal.
_ bien, Pero si eso no llegara a suceder, prométeme que te divorciaras.- Carolina asintió con la cabeza y una sonrisa llena de felicidad.
Renata se vistió rápidamente, no quería perder tiempo, aunque no tenía ni idea de lo que iba a hacer.
...
RENATA.
Salí al jardín, el cual estaba bellamente decorado, un sin números de periodistas estaban fotografiando cada detalle de la ceremonia. El clima era agradable, haciendo lucir las flores hermosas, me oculté detrás de un gran floral para poder ver, sin ser descubierta. Pero nunca estaría lista para ver algo así, en ese momento me arrepentí de haber venido.
Escuchar a Federico decir sus votos de destrozo.
...
La ceremonia fue tranquila, todo fue presenciado por Renata quien no contenía el llanto.
...
FEDERICO.
Mi madre escribió los votos por mí, la verdad no tenía nada que decirle, trate de visualizar a Renata en ella para poder hacer las cosas lo mejor posible, el padre dio por terminada la ceremonia, con la frase que siempre dicen. PUEDE BESAR A LA NOVIA. Fue ahí en ese preciso momento donde me sentí acabado, Pero eso fue nada a comparación de ver a mi pequeña detrás de un gran arbusto lleno de flores, su llanto era un puñal en mi pecho, la gran cantidad de invitados no me dejaban verla bien, me sentí tan bajo, aunque no era mi intención le estaba fallando.