La Niñera - Volumen 1

adams mancini

Dejar la habitación de Melissa con un No era todo lo que no quería.

En estos 5 meses que pasaron hice todo lo posible por no verla, por estar cerca, por tener algún contacto. Cada vez que la veo se me acelera el corazón y tengo unas ganas locas de besarla, olerla, cuidarla y tenerla para siempre en mi vida. No sé qué hacer para que me acepte, sé que va rápido pero estoy seguro de que es a ella a quien quiero. Es única, perfecta, dulce, cariñosa, sencilla, amable, humilde, la mujer perfecta.

Trato de pasar el mayor tiempo posible en la empresa y solo vuelvo a casa por la noche. Paso por la habitación de mi hija y la beso y voy a mi habitación, y es así todos los días. Todas las noches espero a que vuelva de la universidad y al menos no vuelve con su "amiga".

El fin de semana pasado salí a un club y bebí un poco, cada mujer que besé la vi. Me volví loco y volví a casa, fui a su habitación y apenas entré la olí, me acosté en su casa y el olor de su cabello estaba en la almohada. Ella entró y me atrapó en el acto, me declaré una vez más, solo obtengo un No.

Fue entonces cuando me di cuenta que de nada sirve insistir, es mejor rendirse ella nunca dirá un Sí. No sé cuál es el problema conmigo, ninguna mujer me ha rechazado nunca y yo he sido rechazado por ella dos veces.

Basta, no insistiré más, lo olvidaré de una vez por todas.

Decidido a olvidarme de ella, me arreglo y voy a la empresa, no tomo ni café y sigo mi camino.

Paso el día en la empresa y vuelvo a casa por la tarde.

Llego, me ducho y voy a ver a mi hija, pero María la está poniendo a dormir, lo cual es extraño porque Melissa está haciendo esto y no ella.

No pregunto nada y me dirijo a la sala de estar, viendo la televisión y repasando algunos asuntos de la empresa en mi libreta.

Suena el timbre y espero a que atienda María, pero luego recuerdo que está ocupada y voy a abrir yo mismo.

Yo: hola quien eres

Zoe: Hola señor Mancini, soy la mejor amiga de Zoe Melissa, ¿puedo verla?

Yo: Mira, no sé por qué en...

Zoe: Por favor es urgente.

Yo: Esta bien pero como iba a decir no se donde esta. Entra, llamaré a María.

Ella entra y justo a tiempo aparece María

Yo: María, ella es Zoe, quiere ver a Melissa, ¿sabes dónde está?

María: Sí, está en la habitación, ven que te llevo con ella.

Se van y vuelvo a lo que estaba haciendo.

Me quedo allí por mucho tiempo y extraño la casa está en silencio.

María: Hijo, ¿quieres algo?

Yo: no maria gracias

maria: quiero hablar contigo adams

Yo: ¿Puedes hablar, qué pasó?

María: No sé si debo entrometerme pero estoy preocupada.

Yo: ¿Qué pasó María?

María: Creo que Melissa no está bien, hoy después del almuerzo se quedó en la habitación con Lavinia y minutos después se fue llorando y me pidió que me quedara con Lavinia.

Yo: No es solo el síndrome premenstrual, ¿verdad?

María: No hijo mío, algo pasó, ella se quedó en la habitación y al rato llegó su amiga y cuando fui a tocar la puerta no quería ver a nadie más cuando la amiga dijo que abrió la puerta. Se quedaron allí y luego le traje un poco de té, estaba acostada y lloraba mucho. Ay Adams estoy muy preocupada por ella mi hijo, me gusta mucho y no quiero verla así.

Yo: ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Qué pasó María? Vamos allí y descubramos

(digo levantándome preocupada)

María: No Adams, déjala ahí con su amiga, no nos entrometamos. Cuando ella quiera hablar estaremos aquí, cualquier cosa te lo haré saber.

Yo: Maldición María, quiero saber cómo está.

No me voy a quedar aquí esperando sin saber nada.

María: ¿Te gusta ella verdad?

Yo: Y mucho María, pero estoy tratando de que no me guste pero es difícil.

María: ¿Pero por qué mi hijo?

Yo: No le gusto Maria.

María: ¿Pero le has contado tus sentimientos?

Yo: si pero tome dos no

Ella no quiere tener nada que ver conmigo, así que todo lo que puedo hacer es olvidarme de ella.

Maria: No es así Adams, primero tienes que conquistarla para que se enamore de ti.

Yo: Me declaré dos veces María, ella dijo que va demasiado rápido y que no nos conocemos, así que la llamé para conocernos, pero ella lo negó, dijo que solo es una empleada que se supone que debo hacer. olvidar.

Maria: Trata de entenderla hijo mio, ustedes apenas se conocen y al parecer ella quiere hacer todo bien. Tiene razón al pensar así, se nota que es una buena chica. No sabes si ella tiene algún agravio en su pasado para que actúe así, estabas acostumbrado a recibir siempre un sí pero no todas las mujeres son así Adams. Hay que hablar con ella, llevarla a cenar, conocer sus miedos, lo que quiere, ir conociéndonos poco a poco, no querer que todo vaya rápido, sino se asustará y saldrá corriendo.

Yo: Dios no lo quiera Mary.

Seguimos hablando y baja la amiga de Melissa.

Zoe: Bueno... Me iré. Gracias señor por dejarme verla. Aquí está la taza María, gracias.

María: Pero ni siquiera se lo llevó todo.

Zoe: Ella no quería tomarlo, solo tomó un poco porque yo insistí.

Adams: Voy a verla.

Zoe: Mejor no, ya está durmiendo mejor déjala descansar.

María: ¿Cómo está ella?

Zoe: Ahora está más tranquila, no te preocupes, es normal que esté así en esa cita. Voy, ok, te dejo mi número y cualquier cosa me llamas ok.

María: ¿No quieres dormir aquí?

Zoe: No, tengo que volver a mi trabajo pero ella estará bien, creo que se despertará mañana.

María: Está bien, te acompaño hasta la puerta.

María la lleva a la puerta y ella se va.

Me enoja mucho no poder verla, me alivia más saber que está bien.

Yo: María escuchaste cuando dijo que se ve así en esa cita? ¿Qué sucedió?

Maria: No lo se mi hijo, eso solo lo puede decir ella y si quiere tambien.