NovelToon NovelToon
La Aventura Zodiacal (LA Sociedad Del Poder)

La Aventura Zodiacal (LA Sociedad Del Poder)

Status: En proceso
Genre:Mundo de fantasía
Popularitas:243
Nilai: 5
nombre de autor: Juliet Castillo

La historia se centra en 12 personajes que descubren que poseen poderes especiales y que son la clave para salvar al mundo. Estos personajes tienen que aprender a controlar sus poderes y luchar contra fuerzas oscuras. La historia se desarrolla en el marco de "La Sociedad de Poder", donde los personajes deben enfrentarse a diversos desafíos y peligros.

NovelToon tiene autorización de Juliet Castillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

14. La llegada.

GÉMINIS:

Caí al suelo, cerré los ojos y respiré profundamente y rápidamente. Habíamos pasado solo treinta minutos realizando el mismo ejercicio, pero la dificultad de no fatigarse era extrema. Lo positivo fue que todos logramos evitar las esferas.

No fue sencillo. En repetidas ocasiones, alguno necesitó la ayuda de otro para no sufrir el mismo destino que la espada de Ofiuco; Sagitario había sujetado a varios de nosotros, haciéndonos flotar para impedir que se desintegraran. Piscis, de vez en cuando, se teletransportaba para rescatarnos.

—Creo que ya están listos en este aspecto—dijo Hiro en voz baja, acariciándose la barbilla pensativo.—Necesitaremos otro entrenamiento. Por eso traje esto.

Hiro hizo un ademán, mostrándonos una docena de figuras humanas metálicas.

—¿Qué es eso?—preguntó Ofiuco, frunciendo el ceño.

—Son robots—explicó el chico—. Inventos míos. Son muy fuertes y excelentes peleadores. Serían oponentes perfectos, solo que carecen de poderes.

Asentimos lentamente, procesando la información. "¿Entonces tendríamos que combatir robots asesinos, luchando por sobrevivir?" La idea parecía atractiva, pero solo al enfrentarlos nos dimos cuenta de que no era un ejercicio simple.

PISCIS:

—¡Buenos días!—gritaba la voz de Hector desde afuera de la habitación—. ¡Despierten, son las 6:00 de la mañana!

Abrí los ojos y miré a mi alrededor. Era el séptimo día desde que habían llevado a mi abuelo. Me sentía de mejor ánimo que ayer, aunque seguía soñando. Los días anteriores habíamos entrenado para evitar ataques, y Hiro nos había puesto a pelear contra un gran grupo de robots.

Después de mucho tiempo haciendo lo mismo, varios se habían quejado de que era aburrido, pero el científico solo nos dijo que al llegar a la Sociedad del Poder extrañaríamos ese entrenamiento monótono.

A los pocos minutos, todos nos levantamos para desayunar. Hoy era el día de ir a la Sociedad del Poder, y me sentía muy nerviosa y asustada.

—Coman bien. Quién sabe cuándo volverán a comer estando allí—nos aconsejó Hugo.

—¡Qué motivador!—replicó Escorpio de mal humor.

—Solo soy sincero—dijo el chico encogiéndose de hombros—Es mejor prevenir que lamentar.

Tras ese comentario, desayunamos y nos dirigimos al laboratorio de Hiroshi. Henry nos abrió la puerta, y entramos al enorme espacio que había abajo. El científico nos esperaba abajo, con una misteriosa sonrisa.

—¿Están listos?—preguntó.

—¿Para morir?—preguntó Hugo—¿O para salvar al abuelo?

Todos hicimos una mueca de incomodidad al escuchar su comentario. ¿Cómo era posible que un chico tan depresivo y sombrío fuese el hermano gemelo de otro tan alegre y amigable?

—¿Bueno, nos vamos o qué?—preguntó Ofiuco con impaciencia.

—Primero, hay algunas cosas que necesito decirles antes de que partan—nos advirtió el científico—La Sociedad del Poder es un lugar inmenso; es muy fácil perderse dentro. Por lo tanto, es mejor que se mantengan juntos—Asentimos con entusiasmo, deseosos de escuchar lo que decía.

—Segundo, Sao es una figura muy conocida en la Sociedad del Poder, por lo que seguramente haya gente que desee su muerte. Estén atentos y distingan entre quién es bueno y quién es malo.

—¿Entonces habrá personas que puedan ayudarnos?—preguntó Acuario.

—Quizás sí, quizás no. No quiero darles falsas esperanzas, pero tampoco quiero dejarlos a oscuras—dijo Hiro, finalizando con un comentario que alegró a más de uno.

—Y por último: en esta misión, irán acompañados por Hector y Hugo—dijo, señalando a los gemelos—Mientras estén con ustedes, nada malo les ocurrirá.

—Nos quedan 23 días, ¿no?—pregunté con los labios apretados.

—Sí, más o menos—respondió Hugo.

—¿Y tú crees que lograremos salvar al abuelo?—cuestionó Tauro.

—No lo sabremos a menos que lo intenten—comentó Hiro con una sonrisa enigmática.

El chico desenvainó su espada, antes de pasarla frente a él, igual que hizo Ofiuco una semana antes. El paisaje frente a él se dividió, dejándonos frente a un enorme círculo azul eléctrico.

—Tengan cuidado y no se separen—nos aconsejó, sonriendo con picardía—Veamos si unos simples novatos pueden vencer a toda la Sociedad del Poder.

Ofiuco fue el primero en avanzar. Asintió a Hiroshi al llegar al portal antes de entrar y desaparecer.

—Esto me da miedo—susurré cuando llegó mi turno—¿Y si nos lleva a algún lugar peligroso?

—Técnicamente, la Sociedad del Poder es un lugar peligroso—argumentó Hector.

Géminis, detrás mío, soltó una risita antes de empujarme con fuerza hacia adentro. Al abrir los ojos, estaba tendida en el suelo, en un largo pasillo blanco sin paredes ni techo. A mi alrededor solo veía a mis amigos y el suelo blanco, pero todo fuera de ese pasillo era negro.

—¿Qué deberíamos hacer?—preguntó Aries, después de que todos estuviéramos reunidos, incluyendo a Hector y Hugo.

Ni siquiera pudimos elaborar un plan cuando oímos un grito ahogado, seguido de un rugido potente. Miramos hacia atrás y vimos a unos veinte metros una enorme larva de más de veinticinco metros, moviéndose a una velocidad alarmante.

—¡Corran!—gritó Hector, seguido por todos.

—¿No tenemos que luchar contra eso?—pregunté, sintiendo un ligero alivio.

—¡Es la criatura limpiadora de la Sociedad del Poder!—gritó Hugo—Su función es absorber cualquier cosa que encuentre a su paso, sea basura, humanos o incluso poderes.

—¿Entonces tenemos que escapar?—preguntó Virgo un poco más adelante.

—A menos que quieras ser absorbido y morir al instante, lo más lógico es correr—explicó Hector—Aun así... —este se tocó la barbilla pensativo, antes de mirar a su hermano.

—Cierto, llegamos en el peor momento—asintió Hugo sin dejar de correr—El limpiador pasa una vez por semana, en un día que no sabemos, ya que cambia mucho de opinión.

Seguimos corriendo, mirando hacia atrás, lo cual fue una mala idea: cada vez que mirábamos, el limpiador estaba más cerca, así que teníamos que correr más rápido para no ser absorbidos.

Después de unos minutos, un enorme cuadrado de luz apareció a lo lejos, creciendo a medida que nos acercábamos. Volví la cabeza por última vez, viendo al monstruo a pocos centímetros de mi espalda.

—¿Qué hacemos?!—grité, intentando acelerar.

—¡Salten adentro! —respondió Hugo, corriendo un poco más despacio para ser el último.

Salté sin dudarlo, cayendo de cara al suelo. Al levantarme con la ayuda de Libra, me quedé boquiabierto al ver el paisaje a mi alrededor. Frente a nosotros, a varios metros, había una enorme puerta de casi quince metros. A ambos lados de la puerta había dos guardias, custodiándola con una espada en mano.

—¿Qué hay detrás?—preguntó Cáncer, escondido tras un arbusto como todos los demás.

—Ahí está la Sociedad del Poder—explicó Hugo con la mirada vacía.

—¿Así que tenemos que entrar por esa puerta para poder entrar?—preguntó Leo, antes de cambiar su mirada a una nerviosa al ver cómo los gemelos asentían.

—En resumen, estamos muertos antes de entrar—añadió Hugo.

—¿Alguien dijo Jax?—preguntó una voz a nuestras espaldas.

—No, nadie lo mencionó—respondí, intentando idear un plan antes de sobresaltarme y girarme—¿Qué haces tú aquí?

Jax, el rey del infierno, estaba frente a nosotros con una expresión aburrida. Llevaba pantalones negros, una chaqueta roja y su cabello estaba ligeramente inclinado hacia la derecha.

—Bueno, si no me necesitan, regresaré al infierno—respondió el chico, girándose y alejándose.

—¡Espera!—lo llamó Hector intentando no gritar para no atraer la atención de los guardias—¿Puedes ayudarnos a entrar, por favor?

El demonio se volvió, nos miró uno a uno y luego fijó su vista en la puerta. Tras diez segundos de silencio, nos dio la espalda y empezó a acercarse a la puerta a grandes pasos. Al verlo, los cuatro guardias levantaron sus espadas, listos para atacar.

De pronto, estos se quedaron rígidos y levantaron la cabeza como robots, antes de que uno de ellos introdujera una llave en la puerta y la abriera, haciendo que esta emitiera un fuerte chillido.

Jax se giró hacia nosotros, antes de hacer un gesto con la mano para que nos acercáramos.

—¿Cómo hiciste eso?—preguntó Tauro, sorprendido.

—Un mago nunca revela sus secretos—respondió el demonio con una sonrisa irónica.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play