Nova Reik III: Ragnar

Mientras Stan se comía la baya, me fui quitando todo lo necesario para entrar en el calor de la fogata. Me sentía un poco nerviosa, y a la vez emocionada, ya que era la primera vez que hacíamos esto en mucho tiempo. También me sentía un poco avergonzada, debido a que había pasado tanto, que no sabía si seguía teniendo un cuerpo que le atrajera a mi esposo.

—Ha pasado tanto desde… Mm… ¿Te gusta? Entiendo que no te guste o si prefieres a cómo me veía cuando tenía 21 pero…

Stan me interrumpió con un beso, con tan solo ese gesto me di cuenta de que no debía preocuparme por mi cuerpo, mi cuerpo se relajó poco a poco y cada vez más me dejé llevar. El calor de la fogata empezó a envolvernos hasta que todo el mundo simplemente se desvaneció, solo podía pensar en una sola cosa, mientras nuestros cuerpos se entrelazaron en el calor que nos rodeaba y eso era, en lo mucho que lo amaba y en lo mucho que él me amaba a mí.

Por primera vez en años pude volver a sentir la calidez que sentía en el planeta en el que había crecido, era una sensación tan cálida que te daba seguridad, debido a los años que estuve sola en esa prisión, creía que lo había olvidado pero supongo que solo necesitaba a la persona correcta para volver a sentir esa sensación de seguridad.

—Flor… —susurró acariciando mi mejilla de manera tierna y protectora—. A mis ojos, siempre serás la humana más hermosa del universo

—Jaja —me reí nerviosa y sonrojada por el repentino afecto de mi esposo— Nunca… nunca imaginé que volvería a ser tan feliz en mi vida —le di un beso en la mejilla—. Gracias, Stanley

En mi mente nada nos podía volver a separar, sin embargo, la realidad era una cosa completamente distinta y aún había una persona que trataría de separarnos. En otra parte del mundo de Asgard se encontraba el padre de los Aesir, el cual estaba siendo visitado por uno de los hombres de Rho Mar.

—Ah, miren quien se atreve a aparecer

—¿Dónde está? Odín —preguntó caminando hacia Odín—.

—¿Te refieres a tu papá adoptivo? ¿O a tu hermana?

—¡Tú sabes muy bien a quién me refiero! ¡¿Dónde está Nova y ese humano?!

—Te ves muy alterado, no me digas que tienes recuerdos de Titán

—Tuvimos suerte hace seis años, si hubiera sido verdad lo de que esos dos tuvieron un hijo, hubiéramos estado al borde de una guerra universal contra Nox

—Así que por eso los vendiste

—¿Qué? Tú cuánto sabes de eso

—Vamos muchacho, soy Odín además Mar me lo dijo

—¿Sigue vivo? Creí que había muerto por el humano

—No murió, está en un estado crítico, no sé quién sea el humano, aunque… es un hombre al cual temer ya que según tengo entendido por Zeus, les causó muchos problemas a su gente

—Tsh, eso significa que no debemos tomarnos esto a la ligera, si ese humano pudo derrotar a mi pa… —se detuvo antes de terminar la frase—. A Mar, entonces significa que debemos eliminar todo rastro de él, sin confiarnos esta vez

—Haha, nunca creí que vería al Rey de la ciudadela traicionar tanto a su propia hermana, hasta el punto de encerrarla en una prisión por años, eres cruel pero eso es digno de un rey

—Lo hice para protegerla, ella es lo único que me queda y no dejaré que su terquedad con ese humano la destruya como destruyó a nuestra raza

—Jaja, te entiendo, una relación entre un humano y una Titán es peligrosa para todo el universo debido a que puede romper el equilibrio

—Necesito que me digas dónde están, ya que su nave impactó con Asgard y por lo que escuche, tu hijo fue derrotado por una Titán

—Te ayudaré a encontrar a esos dos, si a cambio tú y tu tropa me ayudan a encontrar a Loki o como tu gente lo conoce, Loxy

—¿Qué? ¿Hablas del perro?

—Sí, ese mismo, son cosas de por aquí, así que no busques explicaciones, niño

—De acuerdo, ahora llévame con Thor que tenemos cosas que hablar

Odín con una sonrisa confiada en su rostro llevó a mi hermano con su hijo para que hablarán durante toda la noche sobre mi pelea contra él.

Con el pasar de las horas, el calor de la fogata dentro de nuestra cueva se fue haciendo más y más grande hasta llegar a su punto máximo, debido a lo sofocante del calor terminamos por perder la noción del tiempo y en menos de un parpadear, la luz del sol nos golpeó en el rostro. Era extraño, pues apenas estábamos por dormirnos.

Con el primer rayo del sol, me acurruqué en su pecho sintiendo sus latidos acelerados por el reciente calor. Mis ojos se cerraron lentamente mientras sentía su brazo rodeando mi cintura, y con un último respiro, me quedé completamente dormida.

Dormí como nunca lo había hecho antes por horas, pero como todo lo bueno, debe terminar tarde o temprano. Me desperté con el sonido de algo que se estaba arrastrando en la profundidad de la cueva, Stan no lo notó, y eso que normalmente él se despierta hasta por el sonido de un mosquito.

—¿Qué? —observé la profundidad de la cueva observando una larga cola de serpiente moviéndose dentro de la cueva—. Stan, Stan, despierta —murmuré adormilada mientras le daba pataditas en la espalda—

—Roxy, no quiero despertarme, Roxy basta ya te dije que no, déjame… Roxy… Deja que duerma más tiem… —le estiré el cachete con fuerza para despertarlo— ¡Au! ¡Mierda! Roxy por… —se quedó callado al verme frente a él con la ceja levantada y el ceño fruncido—.

—Roxy, eh, Stanley —me quejé con la ceja levantada—

—Ah… Eh… ¡Puedo explicarlo! No es lo que piensas, solo somos amigos

—Vaya que se nota, sin duda tienen una muy buena amistad

—Sí, solo es mi amiga, solo eso —respondió nervioso—.

—Ajam, casanova, ahora sí no te molesta, necesito que vengas conmigo —me burlé mientras le daba mi sudadera—.

—No voy a ponerme ropa de mujer, Flor

—Vamos, además no puedo dejar que alguien más mire a mi esposo desnudo, así que ponte mi sudadera y mis shorts

—Psh, bien

—Buena chica

—¡Flor! —se quejó—

—Jajaja, ya, ya, cariño