[Una historia Omegaverse/ABO con varios arcos que ire subiendo, es principalmente BL pero tiene una pequeña parte Yuri pero ya avanzada la historia. Hay OmegaxOmeg, AlfaxAlfa, BetaOmega]
Suni, un joven Omega que tenía todas las características de un Beta, un carácter peculiar, y una esencia tan débil que nadie notaba que era un Omega con el que hablaban.
A él no le molestaba en realidad, tampoco es que ocultará el hecho de que era un Omega , gracias las peculiaridades de su cuerpo había podido trabajar en lo que eligió y ser como quisiera, convirtiéndose en una clase de terapeuta y consejero de parejas.
El era como un Omega sin identidad, con un aspecto que lo hacía indeseable, probablemente a su familia le molestase lo inusual de su fisiología, porque siendo honestos, el había sacado provecho de sus aparentes carencias como Omega.
Pero los planes y la casualidad no se llevan.
Y viendo la vida de Suni, vemos cómo esta se entrelaza con otras parejas y personas.
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Extra Arco 1. Extra. Los Pormenores De Ti
Si algo podía decir Jian, era que jamás se imaginó tener una familia; en cierta manera se sentía agobiado por la idea de ser un Alfa, razón por la que se separó de su familia.
Y no eran las expectativas lo que lo inquietaba, sino todo lo que había observado eran capaces los Alfas en su sociedad: quizás, también, sentía remordimiento de no haber podido hacer algo para que la vida de su primo, a quien siempre consideró su hermano, no hubiese dependido de ser llevado lejos con solo para entregarlo a un Alfa extraño.
Sufrió mucho cuando Mae fue, en realidad, vendido a alguien que ofreció una buena dote. El ponerle a su hijo el nombre de su primo, fue natural; de toda su familia, fue el único que realmente lo quiso por ser él.
Buscó mucho tiempo a su hermano, porque así lo consideraba; cuando se rindió, la tristeza y el arrepentimiento, lo hicieron alguien cobarde: no quería ser un Alfa, no podría soportar hacer daño a un Omega.
Así que, cuando se unió a Suni, empezó a experimentar cosas que antes reprimía, o simplemente no había sentido: recordó parte de lo que era ser un Alfa, claro que eso era equilibrado por su naturaleza serena.
Aunque si había algo que causó cierto conflicto en Suni, y desconcierto en sí mismo; nunca había visto la magnitud del deseo de cuidar, y a veces mimar de un Alfa.
Otros dirían que más que mimar, era más bien la parte posesiva del Alfa; cabe decir que para Jian, era más bien la necesidad de proteger, y querer a alguien, pero eso era debido a sí mismo.
Lo difícil, al menos con la pareja que la vida le trajo—y a quien adoraba—, era que este no era muy asiduo a dejarse llevar por las muestras de afecto de Jian, y a veces algo denso, incluso, en el efecto que provocaba en el Alfa.
Los celos fueron algo bastante problemáticos, una vez su pequeño Mae llegó a sus vidas.
—Ya te dije que me gusta mi espacio —dijo una vez Suni, quizás irritado por no poder trabajar, quizás porque detestaba su celo, que ya estaba cerca—, no es otra cosa.
Y pasó algo que, hasta al mismo Jian, sorprendió: el Alfa gruñó, demostró esa parte territorial que Suni pensó no vería en su pareja.
Hye sólo suspiró, conocedor de cómo era ser joven, y comenzar a entender a tu pareja; obligó a ambos a buscar un bonito hotel para pasar esos días, descansar un poco. El Omega mayor, estaba más que experimentado en cuidar niños.
A pesar de que fue la segunda vez que Jian pasaba intimidad con Suni, se sintió como la primera vez; ambos estaban conscientes, al menos lo mínimo en el efecto de celo de un Omega, y ambos lo quisieron: todo fue diferente, e incluso sobrecogedor.
Suni no sería considerado un Omega afectuoso; sin embargo, cuando ambos padres regresaron, lo primero que hicieron fue ver a su bebé.
Hye rio un poco por aquello; y porque el niño se veía más tranquilo que sus padres.
Algunas otras cosas que no esperaban ver en un Alfa, vinieron de la mano de Jian; especialmente el día que recibió la carta de a quien llevaba buscando mucho tiempo, unos años después, el único miembro de su familia que le importaba: Mae, su primo, le dijo que estaba bien, y que iría a verlos.
Jian lagrimeo un poco, pero no podía decir lo feliz que estaba de que su hermano, estuviera bien.
— ¿Por qué lloras papá? —fue lo que preguntó su hijo, el segundo Mae a sus diez años.
—Recibí una buena noticia —contestó el Alfa, no le apenaba llorar en frente de Suni, pero quería procesar la noticia solo—. A veces las cosas muy buenas te hacen llorar.
— ¿Es muy bueno?
—Mucho —afirmó Jian sonriente, y revolvió los cabellos de su hijo—. Conocerás a alguien que tiene un nombre igual al tuyo.
Cuando Mae, el primero, se encontró con Jian; el Omega no pudo evitar reír por lo sentimental que su primo se puso.
Pero el Alfa había esperado tanto volver a ver a su hermano. Quizá no fuera un hermano de sangre, pero para él era incluso más importante que su propio hermano nacido de su madre biológica.