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LIBERAME. Saga Destruyeme Parte II

LIBERAME. Saga Destruyeme Parte II

Status: En proceso
Genre:Posesivo / Arrogante / Dominación / BDSM / Escena del crimen / Enfermizo
Popularitas:3.8k
Nilai: 5
nombre de autor: DayMarJ

Soy Eros Montalbán. A simple vista, un estudiante brillante de medicina. Pero por dentro, soy otra cosa. Algo que no encaja. Algo que no se puede domar.

Desde niño he sentido esa pulsión: el cosquilleo en los dedos, la sed, la oscuridad. Mi madre me enseñó a mantenerla bajo control, a domar la bestia… pero incluso ella sabe que es cuestión de tiempo. Porque la sangre de Lucas Santori corre por mis venas, y su legado me pertenece.

Mientras el mundo celebra mi genialidad, yo observo desde la sombra. No busco amor, ni redención. Busco respuestas. Y si el precio es desatar lo que llevo dentro… entonces que el mundo arda.

NovelToon tiene autorización de DayMarJ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 16

HELENA.

Entre un giro y otro, mientras mi cuerpo se arquea contra el tubo y sus ojos se clavan donde yo quiero que se claven, deslizo la mano por el escote. Ahí está. La pastilla. Pequeña, blanca, pero letal. Suficiente para dormir a un elefante durante horas.

La sostengo con dos dedos, manteniendo la sonrisa en los labios, fingiendo que juego con un mechón de la peluca rosa. Me acerco al sofá, bailando aún, como si solo quisiera provocarlo un poco más. Jeremy está tan idiotizado que apenas puede parpadear. Su mirada va de mis muslos a mi boca, de mi boca a mis senos, y de nuevo al vaso.

No lo piensa. No se da cuenta.

Aprovecho un movimiento de cadera, una vuelta sensual frente a él, y cuando su atención está en el balanceo de mi trasero, dejo caer la pastilla en su vaso como si fuera parte del acto. Un simple destello blanco que se hunde en el whisky sin hacer ruido, sin levantar sospechas.

Ni siquiera parpadea. Se limita a relamerse los labios, a mirar como un imbécil mientras el veneno se disuelve. Mientras yo continúo bailando, segura, dueña del momento.

Los hombres a su alrededor están igual de distraídos. Uno incluso se acomoda más en el sofá, otro se sirve más trago. Están tan perdidos en la carne que se les olvida que soy la muerte vestida de rosa.

Jeremy levanta su vaso y yo sonrío.

Un estruendo en la parte de afuera corta el aire como un cuchillo. Un golpe seco, violento, que hace que los dos gorilas en la esquina se pongan de pie de inmediato. Sus manos van instintivamente a la cintura, buscando las armas que probablemente llevan escondidas.

—Vayan a revisar —dice Jeremy con voz pastosa, uno de ellos ya se dirige hacia la puerta, seguido por el otro sin necesidad de más órdenes. Solo queda uno junto a él, el más joven y probablemente el mas torpe.

Yo no me inmuto. No necesito hacerlo. Sé lo que significa ese ruido. Es él. Mi tío. Como lo planeamos.

El alivio me recorre los músculos y la sonrisa que dibujo esta vez no es fingida. Me relajo más, me entrego al personaje que tanto he perfeccionado. La muñeca que ellos creen controlar.

Jeremy se recuesta en el sofá, un poco más pesado, un poco más lento. Sus párpados titilan con un esfuerzo visible. Pero no lo suficiente aún.

Me acerco, deslizándome como una sombra vestida de provocación. Lo tomo de la mano y lo jalo hacia mí, guiándolo hasta el centro de la sala.

—Ven... —susurro con voz melosa, envolviéndolo—. Quiero bailar contigo.

Él accede, tambaleante, torpe, pero obediente. Me rodea con los brazos, sus manos buscan mi espalda. Su respiración es irregular y su cuerpo está caliente, sudoroso.

Siento su pulso acelerado mientras comienzo a moverme sobre él, como si fuera una amante ansiosa, cuando en realidad soy la parca vestida con encaje.

El vaso vacío descansa a un lado de la botella. El veneno ya corre por sus venas.

Es cuestión de tiempo.

Jeremy se deja caer en el sofá con el cuerpo completamente rendido, los ojos entrecerrados y la boca apenas abierta, como si estuviera a punto de quedarse dormido. Su respiración es pesada, arrastrada. Yo finjo preocupación, dejo que mi voz tiemble un poco mientras doy un paso atrás.

—¡Oye! —digo, mirando al único guarda que queda—. Algo anda mal con él... No sé qué le pasa. ¡No está bien!¡Jeremy!

El tipo se endereza de inmediato, con el ceño fruncido. Se acerca al sofá rápidamente, apartando los cojines con la mano para revisar a su jefe. Apoya una rodilla en el suelo, sin sospechar lo que se le viene encima.

Ese es mi momento.

Tomo la botella medio vacía de whisky de la mesa, la sujeto con fuerza y sin pensarlo dos veces la estrello contra la cabeza del gorila. El vidrio se quiebra en mil pedazos, un chasquido seco y brutal que llena la sala como una explosión contenida.

El tipo cae de lado con un gruñido ahogado, desplomándose junto a Jeremy.

Yo respiro hondo, jadeando por la tensión, con los fragmentos aún temblando en mi mano. Miro los cuerpos frente a mí y por un segundo dejo que la adrenalina me abrace.

Ahora es cuando empieza la verdadera parte del espectáculo.

Salgo de la casa sin mirar atrás, con el corazón latiéndome fuerte en el pecho, pero con una calma extraña instalada en los dedos. Afuera, la noche es húmeda y oscura, y la brisa acaricia mi piel como una advertencia. No necesito pensarlo mucho. Confío en mi tío, claro que sí, pero son dos los que lo acechan y no puedo quedarme sin hacer nada... además, no quiero perderme la diversión.

Mis ojos recorren el jardín como si buscaran una presa, hasta que distingo una silueta moviéndose entre los setos. Uno de los hombres. No parece haberme visto aún. Se mueve con sigilo, pero no con suficiente cuidado.

Entre las sombras, mis manos tantean el entorno hasta dar con algo firme, algo útil. Es un pedazo de tronco, grueso, de los que se usan para avivar el fuego en invierno. Lo levanto, pesa lo justo. Suficiente para abrirle la cabeza a alguien.

Me acerco sin ruido, como me enseñaron desde pequeña. Como lo he hecho tantas veces antes. El tipo está de espaldas, pendiente de cualquier cosa menos de mí. Error fatal.

Levanto el tronco con ambas manos, apuntando con precisión. Lo bajo con toda la fuerza acumulada en mis brazos, descargando en ese golpe todas las emociones contenidas de la noche. El crujido que suena cuando impacta es seco, casi satisfactorio. El cuerpo cae de rodillas primero, luego de bruces, y no vuelve a moverse.

No me detengo.

El tronco sube y baja con una fuerza descontrolada, guiado por una rabia que no sabía que tenía guardada tan profundo. Golpeo su cabeza una y otra vez, hasta que deja de parecer una cabeza. Hasta que no hay hueso reconocible. Hasta que los jadeos se mezclan con el sonido húmedo y espeso de la carne cediendo.

Pierdo la cuenta. Ni siquiera sé si llegué a contar.

La sangre me salpica el rostro, me mancha las manos, se cuela por mi escote y siento cómo me empapa las piernas. Pero no me importa. Jamás me ha importado. A veces me molesta estar sucia, es cierto… pero la sangre no. La sangre nunca ha sido el problema. Es como si mi piel la reclamara, como si una parte de mí despertara solo al sentirla caliente sobre mi cuerpo.

Cierro los ojos un momento. Respiro hondo. El olor metálico, crudo, intenso, llena mis pulmones.

—¡Quédate quieta, maldita perra! —escucho justo antes de que el estruendo de un disparo me taladre los oídos.

El proyectil pasa tan cerca que siento cómo corta el aire a centímetros de mi cabeza. Apenas tengo tiempo de reaccionar, cuando me percato de la sombra que está empujando con fuerza al bastardo que me apuntaba. El arma cae, da un par de vueltas sobre la grava húmeda y queda justo a unos pasos de mí.

Mis ojos se cruzan con los del atacante, y es entonces cuando lo reconozco. Es el mismo cabrón al que le estampé la botella en la cabeza. Maldita sea… no fue suficiente. Aún tiene fuerzas. Aún respira.

Pero yo también.

Sin pensarlo, me lanzo hacia el arma. Mis dedos se cierran con firmeza sobre el metal aún caliente y, sin dudarlo, sin dar espacio al arrepentimiento o la compasión, le apunto a la frente.

—Muérete de una vez, hijo de puta—susurro con rabia, y aprieto el gatillo.

El disparo le abre la cabeza como una flor grotesca. Su cuerpo deja de moverse y la sangre se esparce por el césped.

Respiro agitada. Mi corazón late a mil por hora. Entonces lo veo. La sombra toma forma.

—¿Papá?

Él me observa, todavía con el gesto endurecido, las manos temblando por haber empujado al atacante. Lo miro con confusión, con miedo, con rabia… con todo a la vez.

—¿Qué haces aquí?

—Ya no puedo seguir esperando en casa, Helena —dice con la voz ronca, con la tristeza clavada en los ojos—. No puedo seguir fingiendo que no me importa lo que estás haciendo. No puedo seguir permitiendo que ustedes desaten el infierno solos… porque me muero de preocupación por ti.

Sus palabras me golpean más que cualquier puño. Porque en medio de todo este caos, en este infierno sin fin que hemos construido… él sigue siendo mi padre y me ama.

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🤎 Lisseth 🤎
Excelente gracias
Nancy RoMo
lucas solo esta haciendo q lo odien y cuando sepan la verdad lo van a odiar mas 😮‍💨
Alejandra 🩷
ahora sí está mal todo!! Lucas está cometiendo un error al no decirle la verdad a Valeria , por qué ahora eros piensa que su mamá lo traicionó 🥹
Alejandra 🩷
eso! chingatelo por cobarde ! jajajaj
Alejandra 🩷
inteligente el muchacho 🥹👏de tal palo ya está la astillita
Mar
jajajaja esto está muy bueno maratón dame un lindo maraton /Sob//Sob//Sob//Sob/
Nancy RoMo
esto esta de infarto necesito mas x favor 🥺🙏🙏🙏
🤎 Lisseth 🤎
Excelente gracias
Alejandra 🩷
ahora sí Lucas sabrá lo que eros puede llegar hacer por su madre! maratón porfis porfis 🥹❤️‍🔥
Alejandra 🩷
a la madre!!!!! ahora sí se va a poner sabroso!!!!👏
Alejandra 🩷
y aquí eros demostrando que no lo va a perdonar cuando sepa la verdad!
Jesica Ortiz
entonces... si es Lucas, Dante es el papá de Helena, y serian primos con Heros?!
Nancy RoMo
entre mas tarde en contarle la verdad a valeria, mas va a odiarlo despues
Nancy RoMo
la q mas sufrio en todo esto fue valeria 😣, lucas siguio una vida sin dolor de perder a nadie
🤎 Lisseth 🤎
Excelente gracias 🙏
🤎 Lisseth 🤎
Vez Lucas aunque te cueste mucho trabajo aceptarlo la amas con locura
🤎 Lisseth 🤎
Aunque él no lo quiera aceptar el la ama 🤔🧐🤨
Melisa Salvador
Me encanta la descripción de los capítulos, muy buenos
Alejandra 🩷
deja te doy otra cachetada para que reacciones ! 😉 ella necesita saber para que no le llore a un muerto, por qué sin memoria o con memoria tu eres su lucas !
Alejandra 🩷
aaaaa verdad!! no que no !?😂😅👏ya callo!
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