Sin Importar La Edad

Leandro bajó del auto sin haber dicho nada durante todo el camino.

Yo sentía una tensión muy extraña entre él y yo. Deseaba intercambiar una palabra, saber qué pasaba; sin embargo, cada vez que volteaba a verlo, notó esa expresión de angustia y seriedad en su cara.

Me abre la puerta del coche y me quedé sentada unos segundos más, presentía que algo no estaba bien

Leandro no era así, aunque, pasen mil años, yo conocía a este hombre. Era como el agua transparente, sus emociones flotan desde el interior de su ser.

_______ Aquí te quedarás por unos días. _____ Me dice agarrando mi brazo con mucho respeto, mientras caminamos hasta la puerta.

Nos detenemos en la entrada; antes de que Leandro abra, la puerta se abre por dentro. Una hermosa mujer rubia nos saluda sonriente.

_______ Hola, señora Córdova. Mi nombre es Aída Wings.

Jamás había escuchado un apellido tan raro, Wings (alas; en español). No obstante, la mujer delante de nosotros me daba buena espina.

Era de la misma edad que yo. Hermosa, piel blanca, y cabello corto, usaba un elegante traje azul cielo, y un maquillaje natural que solamente resaltaba su belleza.

Ella entiende su mano, tomando la mía.

______ Leandro me habló mucho de ti...

_______ Lamento que estés pasando por esta situación.

______ Soy abogada y fundadora de una fundación de mujeres maltratadas por su pareja y también tengo un albergue para mujeres que han sido víctimas de violación.

______ Aída, es hija de un antiguo político con mucha influencia. Amiga de periodistas muy prestigiosos. _____ Mencionó Leandro.

Volteó a verlo, soltando la mano de Aída.

_______ ¿Ella me ayudará a ponerle un alto a Rafael? _____ Pregunté anhelando escuchar un sí como respuesta.

______ Sí. A partir de ahora, Aída será tu nueva abogada.

______ Yo no podré controlarme y soy capaz de matar a Rafael con mis propias manos, si vuelve a intentar ponerte una mano encima.

Leandro estaba hablando muy en serio. Aunque, no quería que dejara de ser mi abogado, creo que era lo mejor.

Rafael podía usarlo en mi contra para obligarme a hacer lo que él desea.

Me arrojé a los brazos de Leandro, lloré y lloré desconsoladamente. Por mucho tiempo, nadie dijo nada, dejando que me desahogue.

Después de un rato, tomamos asiento. Conversamos de todo lo que viví a lado de Rafael, de la manera tan cruel en como me ha tratado todos estos años.

Aída había escuchado a tantas mujeres con la misma historia que yo. Me hizo ver que ya no estoy sola, que siempre habrá alguien que me extienda la mano para salir del infierno donde estuve por muchos años.

______ Yo también viví un infierno con mi antigua pareja.

____ Él me dominaba en todos los sentidos. Me decía como vestir, que comer, como peinarme, con quien salía, a donde iba.

_______ Yo tenía el respaldo de mis padres y de mi familia, pero, igual que muchas mujeres, por vergüenza prefieren callarse.

_______ No fue hasta que me envió al hospital y perdí a mi hijo que dije, basta.

______ No era la vida que quería para mí. Usó el amor que sentía por él, para dominarme a su antojo.

______ Me vendó a los ojos, haciéndome creer que lo que hacía lo hacía por mi bien. Me cortó las alas, y me encerró en una cárcel invisible.

_______ Digo invisible, porque aunque podía salir de mi casa, no podía escapar. Volvía al mismo lugar donde era tan infeliz.

Aída hizo una pausa, el dolor de los recuerdos todavía estaba ahí.

Dentro de su corazón, donde se quedó guardado el odio que siempre sentirá por ese hombre.

_______ Tengo miedo... Rafael tiene mucho dinero y poder.

______ Estoy dispuesta a renunciar a todo e irme muy lejos, solo quiero el divorcio y que me deje en paz.

_______ No sé lo que quiere de mí, ya no lo hago feliz, ahora más que nunca me quiere lastimar. _____ Dije, sintiendo un terrible miedo.

_______ Así son ese tipo de hombres. Bueno, si se les puede llamar hombres, ya que, no son más que basuras.

______ Un hombre de verdad, nunca golpearía a una mujer.

_______ Por ahora debes venir conmigo, te llevaré a un refugio para mujeres maltratadas. Donde vamos a exponer tu caso, y vamos a comenzar a atacar a tu esposo.

_____ Ese infeliz podrá tener todo el poder del mundo, pero no podrá callar a tantas personas. Podrá comprar a quien sea, pero, no a nosotras.

Aída y yo nos dimos un abrazo, ambas teníamos una historia muy parecida. La única diferencia es qué, Aída si logró abrir los ojos a tiempo.

Al día siguiente, ya estaba en un refugio. Me desperté temprano, ya que, desde ese momento mi vida iba a cambiar completamente.

Una de las mujeres encargadas del refugio, nos levantó a todas, a las nuevas mujeres que llegábamos, nos dio las instrucciones de lo que debemos hacer.

______ Marcela Córdova, vas a darte un baño y luego irás a ayudar a las demás cocineras a preparar los alimentos.

Estaba muy de acuerdo con ir aprendiendo cosas nuevas.

Así que fui a darme un baño, me vestí con la ropa que Leandro me trajo, y fui a la cocina. El lugar era enorme, nada parecido a lo que estaba acostumbrada.

Todo esto era tan nuevo para mí, me gustaba mucho todo lo que veía.

_______ Hola; ¿tú debes ser nueva en este hogar? _____ Una de las mujeres me dice.

________ Hola, sí.

_______ Mi nombre es Marcela Córdova. ____ Respondí, presentándome.

________ Mucho gusto, Marcela. Mi nombre es Carol, soy afroamericana, y fui víctima de maltrato por parte de mi antigua pareja. Solo estaré aquí un par de días más.

_______ Pasale, Marcela. Si tienes algo que preguntarnos, solo hazlo, estamos aquí para ayudarnos. Unidad siempre seremos más fuertes.

Todas las mujeres ahí me recibieron con mucha amabilidad, me enseñaron cosas que no sabía...

Al terminar de preparar los alimentos, nos tocó repartirlo. En este refugió había mujeres de todo tipo, niñas, y mujeres embarazadas.

Todas las que estábamos ahí, estábamos huyendo de hombres malvados. Por primera vez en muchos años, me sentí feliz y segura.