La Fotógrafa Y El Coronel

Clarisa lo piensa y le pregunta: ¿Por qué aceptaste un acuerdo matrimonial sin conocer a tu prometida?

Lauren: La verdad es que no tengo mucho tiempo para conocer mujeres, me he abocado a mi carrera, y el matrimonio para mí… era un plan mas dentro de mi vida… mi madre me lo propuso, me convenció de que ya era hora… y bueno… acepté… pero cuando vi tu foto… no te voy a mentir, quedé deslumbrado por tu belleza…

Ella sonríe y se sonroja

Lauren: ¿Y tú, por qué aceptaste? tenías otros planes para tu vida…

Clarissa: Lo hice por mi hermana menor, por Marie. Mi hermana mayor Pia, también se casó por un acuerdo, y aunque está cómoda y tiene un buen status… sé que realmente no es feliz. En mi familia, los matrimonios casi siempre han sido acordados… cuando mis padres me presionaron y me amenazaron con dejarme sin ningún tipo de apoyo, mandé las fotos a París… pero el tiempo pasaba… y decidí aceptar, pero con la condición que Marie elegiría su propio destino… algo que Amelia se cansó de repetirme que no había garantías de que ellos cumplieran…

Lauren: tiene razón, posiblemente no lo hagan…

Clarissa: y bueno… cuando vi tu foto… (sonríe) también me pareciste muy atractivo y me dio curiosidad…

Lauren la mira, besa sus manos, su piel es tan suave, las acaricia suavemente…

Lauren: Entonces? Aún no me has contestado… ¿Seguimos?

Ella lo mira con amor y le dice: Seguimos… aún hay un acuerdo que cumplir y una boda en camino…. (sonríe)

Lauren la mira: al diablo con el acuerdo y con la boda… dime lo que deseas tú…

Clarissa Sonríe y acaricia su rostro suavemente: yo deseo seguir…

Los ojos de Lauren se iluminan y sonríe, saca un estuche del bolsillo y lo abre frente a ella: Entones, te casarías conmigo? Ella lo observa confundida, ese no era el anillo que le había dado antes, el que dejó en aquella mesita de París cuando estaba llena de ira por lo que él había hecho… el la mira y sonríe…

Lauren: Quiero que nos casemos porque queremos compartir la vida juntos, quizás no sea  perfecta, ambos tenemos mucho que aprender aún y evidentemente no habrá un plan que nos garantice el éxito… pero prometo hacer todo lo que esté a mi alcance para que seamos felices… y mi primer paso es este, este anillo lo escogí yo para ti, pensando en nosotros, en tu mirada… en París…

Clarissa lo mira y sonríe, contiene sus lágrimas y le dice: Sabes que no voy a abandonar mis sueños…

Lauren: No importa, encontraremos la manera, yo voy a apoyarte, solo quiero que seas feliz…

Clarissa lo mira con amor y le dice: Si Lauren, claro que quiero casarme contigo…

El le coloca el anillo en sus dedo, se inclina sobre la mesa, acaricia su mejilla y acerca su rostro suavemente para darle un tierno beso, cierran sus ojos y poco a poco se dejan llevar, sus lenguas bailan en la profundidad de la pasión que los invade, mientras las olas del mar golpean con fuerza, como si fueran millones de aplausos frente a una escena.

Disfrutan de su compañía, la escena refleja la imagen vívida de un poema que se escribe a cada instante, el mar los acompaña con su arrullo, ahora más sereno, como la calma que antecede a la tempestad, así pasan la velada.

Al terminar la cena, caminan por la playa, descalzos, tomados de la mano, sintiendo la brisa y en una total oscuridad, ella se acerca a la orilla para sentir las olas en sus pies y lo moja un poco salpicándolo, el la corre, la toma de la cintura y la acerca hacia el, con su pulgar acaricia su mejilla, corre su cabello detrás de su oreja, la toma por su cuello y la acerca hacia él lentamente, y la besa, amando la sensación de sus labios bailando con los suyos, el mundo parece detenerse, todo desaparece, solo están ellos…