Rome Fantasy

Dos días después de que el ataque del Imperio Owary fue obstruido y repelido. Mario llegó a la reunión con Drina.

Luego, Mario fue recibido y dirigido por un soldado a la sala de reuniones, donde Drina estaba esperando.

Sin embargo, no era solamente Drina la que esperaba en esta habitación. También había docenas de aristócratas, incluido el general Fraldo Saledo, quien lideraba los refuerzos del reino.

Después de una breve presentación, Drina le pidió a Mario que se sentará y comenzó a hablar.

-Entonces, empecemos.

-Primero, Marius. ¿Quién eres y de dónde vienes realmente?

Mario abrió la boca y comenzó a responder a la pregunta de Drina.

-Vengo de una ciudad llamada Roma, capital de un imperio.

Drina y Fraldo mostraron caras preocupadas ante las palabras de Mario.

-Lo siento, Marius. Nunca he oído hablar de una ciudad llamada Roma.

-Eso es obvio, ya que la ciudad de Roma solo apareció en este mundo hace apenas unos meses.

Ignorando la conmoción que causó, Mario continuó.

-Roma es... O más bien fue la capital de un imperio en un mundo llamado Tierra. Pero por capricho de los dioses, la capital fue transportada a este mundo, concretamente en el Bosque Demoníaco.

-Al menos con esta historia podre ocultar mi habilidad de invocación.

-¡¡Tal cosa, eso es imposible!!

-¡¿Un país que viene de otro mundo?! ¡Esto debe ser una broma!

-¡¡Imposible!! ¡¡No hay forma de que un país aparezca de la nada en este mundo!!

-Así que fue algo así... bueno, de lo contrario no reunirías un ejército tan grande en tan poco tiempo. Entonces, además de diplomático, ¿qué otra posición ocupas en Roma? ¿Eres también general?

Drina parecía algo confiada después de decir eso. Sin embargo, las siguientes palabras de Julia causaron que la habitación se silenciara instantáneamente.

-Marius es la máxima autoridad del Imperio. En otras palabras, él es el emperador de Roma.

-...

El silencio de la habitación empezó a ponerse incómodo.

-Marius, ¿es verdad eso?

Después de un silencio de 15 segundos. Drina rompió abruptamente el silencio.

-Sí, es cierto.

-¿Podrías darnos un poco de tiempo?

Tomando el asentimiento de Mario como respuesta, la discusión fue suspendida.

-Bueno, la persona frente a tus ojos es el soberano de otro país, y que tiene un gran ejército a tus puertas. Estando en sus zapatos, yo también estaría nervioso.

Mientras se detenía la discusión, una joven criada condujo a Mario a otra habitación. Después de un corto periodo de tiempo, lo llevaron de regreso.

-Por nuestra falta de respeto hasta ahora, por favor perdónanos.

-Por favor, no hace falta eso.

Tan pronto como Mario entró en la habitación, fue recibido por Drina y los demás nobles que estaban arrodillados en el suelo con la mirada hacia abajo.

-Si es tu deseo.

Después de recibir las palabras de Mario, Drina inmediatamente se levantó. Sin embargo, temiendo ofender a Mario, los otros nobles tenían demasiado miedo para moverse.

* * *

-Aun así, es increíble que seas un emperador.

-¿Te sorprendió mucho?

-¡¿Tú que crees?! ¡Por supuesto, definitivamente estoy sorprendida!... Oh, lo siento.

La charla está vez se continuó con solo 3 personas. Mario, Julia y Drina.

Luego de que Drina se calmara y corrigiera su postura. Mario habló.

-Bueno, me gustaría visitar el Reino de Brigan de manera oficial, ¿cuándo podría hacerlo?

-Mmm... tendré que preguntar antes de darte una respuesta, Majestad.

-Entendido, ¿enviarás un mensajero ahora? Mientras espero una respuesta, volveré a Roma.

-Ok.

-Bien. Por cierto, Drina. ¿Te gustaría visitar Roma?

-Por supuesto.

Mario quería llevar a Drina y algunos nobles del reino para que sean testigos de la ciudad de Roma. Para así tener más apoyo a la hora de hacer las negociaciones con el Reino de Brigan.

* * *

Dos semanas después.

-¿Cómo estuvo el recorrido por Roma?

-Es una ciudad muy hermosa. Su arte y arquitectura sin impresionantes.

Después de que Drina terminó de visitar la ciudad de Roma, tanto ella como Mario compartieron unas copas de hidromiel en su palacio, que es una réplica de la Domus Augustana en la colina Palatina.

Mario quería beber té, pero las hierbas de té no estuvieron disponibles en Occidente hasta finales de la Edad Media, que fue traída por mercaderes portugueses desde la India.

Drina estaba asombrada por el orden y el saneamiento en Roma. Aunque eso fue gracias a Mario que pudo planificar la ciudad desde cero. Gracias a eso, esta versión de Roma es mucho más ordenada, limpia y segura que su versión de la Tierra durante su apogeo.

-¿Puedo hablar honestamente?

-Ah, sí.

-Sé que esto es malo, pero, ¿podemos estar solos antes de hablar?

-Ya veo.

Después de que Mario hizo contacto visual con el sirviente, este inclinó la cabeza y salió rápidamente de la habitación.

Pero no hubo una persona que no salió de la habitación y se quedó junto con Mario.

-Julia, ¿Podrías esperar un momento afuera, por favor?

-¡¡No voy a dejar a Marius solo con otra mujer!!

-No puedo apartarme de ti, ya que soy tu emperatriz.

-No dejaré que te acerques a él. ¡¡Aunque diga eso, no he estado al lado de Marius recientemente porque él ha estado muy ocupado!!

Un sudo frío comenzó a formarse en la frente de Mario mientras siente que la atmósfera cambia.

-¿Por qué hay tanta tensión en el aire?

-Marius, ¿no podemos hablar en privado?

-Uh.. ¿No puede Julia quedarse? Ella es básicamente mi esposa.

-Aunque no hubo ceremonia de matrimonio, ella es mi esposa de acuerdo a su Estado de invocación.

Julia, a quien Mario llamó esposa, comenzó a temblar de alegría.

-¡No! ¡Es algo importante, solo nosotros dos!

Drina mostró una mirada altiva mientras enfatizaba la parte de "solo nosotros dos". Una veza azul flota en la frente de Julia.

-Ya veo. ¿Podrías darnos un momento, Julia?

-Haa, está bien.

De acuerdo con la petición de Mario, Julia se levanta de su asiento y sale lentamente de la habitación. Pasa junto a Drina y está susurra ferozmente.

-(¡Mierda! ¡Debí deshacerme de ti desde el principio! ¡Perra!)

-(¡Ja! Como sea, ¿crees que puedes acercarte a Marius? Él me llamó su esposa, ¿Estás celosa?)

-(¡Uy!... ¡Solo date prisa y vete!)

-(No me voy porque me lo dijiste tú. ¡Fue orden de Marius!)

Julia sale de la habitación. Drina deja su copa con fuerza.

-¿Pasa algo?

Mario ve a Drina en ese estado y pregunta.

-¡No pasa nada!... por favor, no te preocupes por eso.

-¿En serio?

Drina rápidamente vuelve su voz normal después de gritar fuerte por accidente.

-Iré al grano. ¿Qué harás... que hará Roma ahora?

-Bueno, primero visitaré el Reino de Brigan.

-Es patético admitirlo, pero gracias por tu ayuda. Pudimos repeler la invasión de Owary. Si retiras tus tropas, el ejército enemigo nos pisoteara. Si pones a todo tu ejército en nuestro reino por digamos... un año... entonces nos sería posible resistir. Podríamos llegar a un acuerdo.

-Bueno, claramente nuestro poder militar es superior. Entonces sería así.

-Y... ¿Fuiste tú quien acabó con los monstruos que acosaban nuestro reino?

-Sí.

-Gracias por eso.

Drina le devuelve una sonrisa a Mario.

-Entonces ahora, ¿le echarías una mano al Reino de Brigan?

-Aún no he decidido claramente si ayudarlos o no. Sin embargo, si ayudare. Será un apoyo puramente defensivo. Sin embargo, es un caso diferente si salen más héroes.

-Bueno, eso me tranquiliza sabiendo que al menos lo consideraras.

Al menos sabiendo que considerará ayudar, eso tranquiliza a Drina. Se acaricia el pecho con alivio, como si tuviera cierta determinación.

-Entonces, tengo que asegurarme de que definitivamente ayudes al Reino.

-¿Qué?

Cuando Drina dijo eso, se levanta de su asiento. Se sentó en el asiento al lado de Mario y se apoyó en él. Mario estaba confundido por su comportamiento.

-¿No dijiste "aún no he decidido claramente si ayudarlos o no"?

-Bueno... dije eso.

-Por eso será un problema si no prestas ayuda en un momento crucial, te daré un depósito.

-¿Ah?

Drina se para frente a Mario y se quitó su túnica griega dejándolo en el suelo.

Sin nada debajo, excepto la ropa interior de abajo, revelaba sus pechos. Su piel era brillante y su cuerpo estaba naturalmente tenso mientras se exponía a Mario.

El rostro de Drina se tiñó completamente de rojo de vergüenza al notar la mirada de Mario. Su cuerpo bien definido era tal que fácilmente encendería la lujuria de cualquier hombre.

-...

-Por favor di algo.

-Oh, ah... te ves hermosa.

Mario accidentalmente derramó algunas palabras mientras miraba a Drina.

-¡...!

Drina, que escuchó la impresión de Mario, se tiñó de un rojo aún más intenso.

-... ¡No, no! ¿Qué estás haciendo? Deberías vestirte ya.

-Ofreciendo su cuerpo por política. ¿Qué creen que soy? ¿Julio César?

Cuando Mario finalmente se dio cuenta de la situación, intentó moverse, pero Drina lo empujó hacia el sofá.

-¡Por favor cállate! ¡¿No ves que te estoy entregando mi virginidad?!

-¡Entonces hazlo con alguien que amas!

-Tú... ¿Crees que hago esto solo por el Reino de Brigan?

-¿Oh? ¿No es así?

Mario estaba confundido. Al ver esa expresión, Drina suspiro.

-... Sí que eres un tonto insensible. Es cierto que necesito tu apoyo para proteger al Reino, pero también tengo sentimientos. Me di cuenta de que no puedes entender mis indirectas. Por lo que te lo diré directamente. ¡Te amo!

-¡¿...?!

-Y ya que no puedo casarme por traer mala suerte a los hombres, lo que me convirtió en una solterona de 25 años, pensé que tendría oportunidad contigo.

Drina agarró la nuca de Mario y acercó su rostro hasta que sus narices se tocaron. No sabía cuándo ocurriría otra oportunidad como esta además este era su primer amor. Finalmente, había podido decirle sus sentimientos.

-... ¡¿Oh?! Uh, ¿está bien?... bueno... esto es...

Marius intento decir algo, pero tartamudeo.

-¡Hola!

Drina y Mario escuchan un grito desde la otra habitación y se quedan paralizados.

-Marius, se hace tarde.

Cuando Mario escuchó la voz débil de Julia desde la otra habitación, mira por la ventana. Ya se había puesto el sol.

Debido a que no existía la iluminación eléctrica, las actividades diarias se realizan desde la salida hasta la puesta del sol.

-Fuimos interrumpidos. Continuaremos esto en otra ocasión. Estaré esperando tu respuesta.

-¡¡Mierda!! ¡¡Solo un poco más!!

-Ah, está bien.

Drina comenzó a vestirse mientras su rostro se tiraba en un rojo intenso.

-Debo irme ahora.

-Bueno, nos vemos mañana.

Antes de despedirse, Drina se detiene, se da la vuelta y se acerca a Mario.

-¿Qué pasa? ¿Olvidaste algo?

-Puede que no creas mi confesión si son solo palabras. Debería mostrártelo con una acción directa.

-¿Oh?... ¡¡Nmu!!

Drina se acerca al rostro de Mario tocando su mejilla mientras intercambiaban un beso profundo.

*RUIDO DE BESO FRANCÉS*

Drina pasó su lengua en la lengua de Mario y la movió agresivamente.

Drina separó su rostro del de Mario formando un puente de saliva entre sus dos labios.

-Gracias por la comida.

Drina se lamió los labios rojos con la lengua, saboreando la saliva de Mario mientras salía de la habitación.

-...

Para Mario, el beso parecía un sueño. Era casi como si le hubieran arrancado el alma.

-Es la primera vez que me besa una mujer mayor que yo...

-¿Ya terminaste? ¿Por qué tu cara está roja?

Julia miró a Mario cuyo rostro parecía borroso y sonrojado.

-¡Ah! ¡No es nada! Deberíamos irnos a dormir ahora.

Mario, que finalmente había recobrado el sentido, se apresuró a responder.

-¡Ah! ¡Espera un momento! ¡Marius!

Las sospechas de Julia se profundizaron mientras perseguía a Mario quien corrió hacia su habitación.