Almas Rebeldes: La Cazadora Y El Mago.

Alma ha nacido siendo la heredera de la tribu y Als su padre le ha enseñado todo con tal de cumplir su labor, pero la verdadera razón fue su tridente.

Nace con dos puntas (bidente) es lo normal en la tribu cazadora real, nace con solo una punta (lanza) significa que el niño es débil mientras que si nace con tres puntas (tridente) se dice que su fuerza no conocerá límite si se le enseña adecuadamente.

Solo se han escuchado historias de demonios nacidos con un arma de cuatro puntas, convirtiéndose en dioses o siendo cazadores de los mismos pero nunca se han visto algo así.

Por lo que Alma ha sido el orgullo de Als el jefe de la tribu desde que su tridente se formó a la edad de cinco años.

Cuando ella nació siendo la única usuaria de un tridente bien formado las personas han esperado mucho de ella.

En especial Als.

Literatura, matemáticas, historia todo lo aprendió incluyendo artes marciales y habilidades de caza, aunque destacaba en lo intelectual sus habilidades de pelea no resaltaban como otros de sus compañeros.

Pero siempre se le ha dicho que ellos encontrarían un tope el cual ella no tenía y que eventualmente sería la mejor de la tribu.

Frente a esto Als le ha dado todos sus caprichos cualquiera que sea.

Pero este capricho es diferente a los demás.

Alma llega a su casa en una reunión donde Kim está presente, el tema de discusión es el laberinto que comienza a perder el control liberando grandes cantidades de lobos originarios de allí, maduros y fuertes.

Lo que puede dificultar la caza y aumentar las muertes.

Alma llega y tan pronto cruza las puertas hace su pedido.

—Padre, deseo traer de vuelta al humano y quiero que viva en esta casa—. Reclama como si ella fuese la dueña.

Para enfatizar el pedido ella muestra su tridente bien formado, muchos de los niños al momento de crear su arma se crean Bidentes con una punta más pequeña o una torcida, incluso lanzas con varias puntas lo cual es malo pero no tanto como una lanza normal.

Estas palabras sorprenden a Kim presente, pero no suelta palabra alguna.

—Hija, entiende que no puedes traer a un humano a esta aldea, además fue expulsado de aquí no hace mucho—. Intenta expresarle pero Alma no suelta tregua.

—Ya lo sé, pero quiero permitirle su estancia en nuestros aposentos, deseo que sea un invitado especial de esta casa—. Dice con formalidad al darse cuenta que tienen visitas o mejor dicho que estaban en plena reunión.

Momento de mantener las apariencias.

—N-No será posible, la excepción fue por un tiempo, no está bien traer un humano aquí ¿Qué dirían los demás en la tribu?—.

—Es tu trabajo convencerlos, es tu especialidad—. Le reclama ella.

—¿Eh? Pero yo—

—Lo traeré para esta noche, espero poder confiar en tus habilidades de líder—. Exclama para finalmente retirarse del lugar.

Als no puede hacer otra cosa que suspirar y continuar con la reunión cono si nada hubiese pasado... Pero no funciona tan pronto continúa con el tema los demás hablan mal del humano y de Alma.

"Son nuestros enemigos"

"La futura líder se ha vuelto caprichosa"

"Es algo inaceptable"

Son frases que se hacen oír por los demás participantes.

Sin saberlo Alma dejó una bomba que Als tiene que solucionar en el lugar.

. . .

Al pasar la tarde Alma se dirige nuevamente con Aarón a la tribu pasando de los guardias tan solo con unas palabras como si todo fuese de ella.

En cierta parte si lo es.

Sin preguntarle a nadie le entrega una habitación a Aarón convenientemente cercana a la de ella.

—Ponte cómodo ¿Entiendes lo que digo?—. Le pregunta de manera amable.

—Si, entiendo—.

—Volveré luego para continuar con nuestras clases de idioma, puedes ir donde quieras—.

—¿Y Tae?—. Pregunta él.

Molesta por esta pregunta ella le contesta "Tae no está" como una simple respuesta que él pueda entender a la perfección.

A pesar de todo esto molesta a Alma de forma que deja el lugar algo nerviosa, el no tener la completa atención del humano le molesta demasiado.

Pero no le mostraría esa desagradable faceta al joven, intentaría mostrarle lo mejor sus habilidades y encanto femenino para llegar a enamorarlo superando a Tae.

*Toc* *Toc*

—A-Alma... ¿Puedo entrar?—. Se escucha la voz de Tae del otro lado de la puerta de entrada.

Aarón escucha esto y observa a Alma con una sonrisa, ella se rinde a esto y sin más opción elije abrir la puerta para dejarla pasar.

—Adelante Tae, puedes entrar—. Murmura con el mínimo disgusto.

—Muchas gracias Alma—. Le agradece de forma sincera.

Ahora con Tae aquí el plan sería difícil de concretar, por no decir imposible.

—Hola Aarón—. Le saluda.

Aarón exclama su nombre como es costumbre y con un gran cariño intenta tomarla en sus brazos pero Alma le detiene diciendo algo como "No hagan eso aquí tengan respeto por mi casa" por lo que Tae lo entiende y acepta sus palabras.

Aunque en realidad no existe tal regla no lo consideraría falta de respeto si se tratase de Alma.

—Y-Yo también ¿Podría quedarme aquí?—. Pregunta de una forma incómoda.

Claro que no puede, la razón por la que Aarón fue traído hasta este lugar era para poder tener una enfrentamiento nocturno, es decir tentarlo con lo más básico y útil que existe: El cuerpo femenino.

Alma cree en la posibilidad de que Tae descubriera esta estrategia e intentara detenerla en ese caso ella debía adelantarse a sus accionares.

Si ella sería un obstáculo inmutable no hay otra opción... Hay que echarla de aquí pero sin ganarse el odio de Aarón ni mostrando hostilidad hacía Tae ya que sería contraproducente.

Oh.. Una gran idea.

—Mientras ustedes se acomodan ¿Quieren algo de comer?—. Pregunta Alma.

—Si quiero—. Responde Aarón.

—Oh, déjame te ayudo—.

—No te preocupes Tae ustedes son los invitados déjenme servirles como es debido—. Dice de una forma amable.

Tae se ruboriza un poco cayendo en la trampa sin saberlo mientras espera con Aarón.

Alma prepara los aperitivos y la bebida tomando un frasco cercano con la etiqueta "Sedante de serpiente", el veneno que utilizan algunas de las serpientes para poder comer a sus víctimas.

Con esto quitará a Tae del camino.