La novela trata sobre una joven llamada Jazz que, después de un accidente de tránsito, se reencarna en el mundo de su novela favorita, "Príncipe de la Oscuridad". Ahora es la reina Anastasia, casada con el rey Richard y es madre del pequeño Ethan de cinco años. A medida que explora este nuevo mundo, Jazz debe navegar por la política y la magia, mientras descubre su papel en la historia y su conexión hacia ese mundo.
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Capítulo 17 : Te Deseo
Anastasia se inclinó aún más hacia Richard, su mirada brillante y seductora. Pero antes de que pudiera decir nada, Richard la interrumpió.
-"Anastasia, es hora de descansar"-, dijo, intentando cargarla en sus brazos. Pero Anastasia se resistió, se levantó de la silla y se acercó a Richard, acorralándolo contra la mesa.
Lo miró fijamente, su mirada seductora y desafiante. Richard se puso nervioso y sonrojado, intentando apartarse de ella.
‐"Anastasia, por favor, debes ir a descansar"-, dijo, intentando mantener la calma. Pero Anastasia no se movió, y en su lugar, se inclinó hacia adelante y le dio un beso en los labios.
Richard se sorprendió por el beso, pero no se apartó. En su lugar, se quedó quieto, sintiendo la boca de Anastasia sobre la suya.
Anastasia se separó de él y lo miró, sonriendo. -"Eres hermoso, te- te deseo"-, dijo, su voz llena de emoción.
Richard se sonrojó aún más, y la miró con una expresión de sorpresa y sonrojo. -"Anastasia, si me sigues mirando de esa forma, no me voy a poder controlar"-, dijo, su voz baja y ronca.
Anastasia se rió, y lo miró con una sonrisa pícara. -"No lo hagas"-, dijo, su voz llena de coquetería.
Richard la miró, sonriendo. -"Entonces tú te harás responsable de lo que suceda"-, dijo, su voz llena de desafío.
Anastasia sonrió, y se inclinó hacia adelante de nuevo. Richard la trajo hacia él, y se empezaron a besar descontroladamente en la mesa...
Anastasia y Richard se besaban apasionadamente, sus labios moviéndose en perfecta armonía. Richard comenzó a jadear, su respiración entrecortada por la emoción del momento. Anastasia también jadeaba, su pecho subiendo y bajando con cada respiración
Richard comenzó a besar bajo el cuello de Anastasia, su boca moviéndose suavemente sobre su piel. Anastasia se estremeció, su respiración acelerándose aún más. Jadeaba más rápido, su pecho subiendo y bajando con cada respiración.
La habitación parecía haberse reducido a un solo punto, un solo momento. Anastasia y Richard se encontraban en el centro de ese momento, sus cuerpos y sus almas conectados de manera indisoluble.
Anastasia se encontraba en los brazos de Richard, su cuerpo relajado, su respiración suave. De repente, emitió un pequeño gemido, un sonido sutil y romántico que hizo que Richard sonriera.
-"Eres hermosa"-, le susurró Richard al oído, su voz baja y suave.
Anastasia abrió los ojos y miró a Richard, una sonrisa en su rostro. Pero antes de que pudiera decir algo, se quedó dormida de repente, su cuerpo relajado, su respiración suave.
Richard sonrió y la cargó en sus brazos. La llevó a su habitación y la acostó en la cama. Le acomodó el cabello y la cubrió con una manta. Luego, se sentó a su lado y la miró, sonriendo.
-"Duérmete, mi Anastasia"-, le susurró, su voz baja y suave. Y con eso, se quedó sentado a su lado, vigilándola mientras dormía.
Richard se sentó a su lado, mirándola mientras dormía. De repente, se le vino a la mente el recuerdo de lo que había pasado hace unos minutos. El rostro de Anastasia, sonrojado y radiante, nunca lo había visto así antes. Se sintió caliente, sonrojado también, y se agachó para tocarse la cara, rascándose el cabello.
-"Eh, qué mujer"-, susurró para sí mismo. -"Es una mujer... sublime"-. La palabra parecía insuficiente para describir la belleza y la gracia de Anastasia, pero era la única que se le ocurrió en ese momento.
Se quedó sentado allí, mirándola mientras dormía, sintiendo una sensación de admiración y gratitud hacia ella. Era una mujer verdaderamente especial, y se sentía afortunado de tenerla a su lado.
Richard miró a Anastasia, que seguía durmiendo pacíficamente. Su rostro todavía estaba sonrojado, y Richard no pudo evitar sentir el deseo de besarla de nuevo. Pero sabía que ella necesitaba descansar, así que se contuvo.
En su lugar, se levantó y cubrió a Anastasia con una sábana, asegurándose de que estuviera cómoda. Luego, salió de la habitación, cerrando la puerta suavemente detrás de él.
Mientras caminaba por el pasillo, se encontró con Lemel, que lo miró con curiosidad.
-"¿Qué pasó?"-, le preguntó. -"¿Por qué estás con la cara roja?"-
Richard se encogió de hombros. -"No pasó nada"-, dijo, intentando parecer indiferente.
Pero Lemel no se creyó la excusa. ‐"Estás enfermo"-, dijo, frunciendo el ceño. -"Deberías ir a ver a un médico."-
Richard sacudió la cabeza. -"No"-, dijo, y se dirigió hacia su habitación, cerrando la puerta detrás de él.
Al día siguiente, Anastasia se levantó temprano, como era su costumbre. Se estiró y se dirigió al baño para darse un baño refrescante. Mientras se lavaba la cara, se miró en el espejo.
Fue entonces cuando vio un pequeño chupetón en la base de su cuello. Anastasia se sorprendió, sin recordar nada de lo que había pasado la noche anterior. Se miró el chupetón con confusión, intentando recordar cómo se lo había hecho.
Pero su memoria era borrosa, y no podía recordar nada. Se sintió un poco confundida y preocupada, sin saber qué había pasado la noche anterior. Se cambió de ropa, eligiendo un vestido que cubriera el chupetón.
Anastasia se encontraba en su habitación, arreglando su cama y ordenando sus cosas. De repente, la sirvienta entró corriendo en la habitación, con una expresión de pánico en su rostro.
-"¡Reina Anastasia!"-, exclamó la sirvienta. -"¡El niño Ethan se ha caído!"-
Anastasia se asustó instantáneamente. -"¿Dónde está?"-, preguntó, sintiendo un golpe de ansiedad en su pecho.
-"Está en el jardín"-, respondió la sirvienta. -"Pero no reacciona."-
Anastasia no perdió un momento. Salió corriendo de la habitación, a toda desesperación, -"Avisa al rey"- dijo con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Mientras corría, pensaba: -"Por favor, por favor, quiero que estés bien"-. No tiene que terminar así.
Su mente estaba llena de pensamientos de preocupación y ansiedad, y solo podía pensar en llegar al jardín lo antes posible para ayudar al pequeño Ethan.