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Desde Siempre Y Para Siempre

Desde Siempre Y Para Siempre

Status: En proceso
Genre:Escuela / Romance / Amor de la infancia
Popularitas:1.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Tapiao

Valeria y Alejandro, unidos por su amor al arte, la música, y las historias, vivieron un intenso romance en el bachillerato. Sin embargo, un malentendido los separó, dejando heridas sin sanar. Ahora, en la universidad, sus caminos se cruzan de nuevo. Aunque intentan ignorarse, Alejandro sigue luchando por reavivar lo que tuvieron, mientras Valeria se resiste a revivir el dolor del pasado. ¿Podrá el amor superar el tiempo y el rencor?

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Un nuevo día, Viejas heridas

Me despierto con la sensación de haber dormido solo unos minutos. La luz del sol entra a través de las cortinas, iluminando la habitación de forma casi molesta. Miro el reloj: 7:30 a.m. Me pregunto cómo es que no estoy más cansado después de haber pasado buena parte de la noche en la discoteca. Supongo que la preocupación por Valeria me ha mantenido en un estado de alerta constante.

Me levanto y me preparo para lo que sé que será otro día largo en la universidad. Hoy tengo Anatomía y Salud Pública, dos clases que siempre logran drenarme mentalmente. La docente de Anatomía, la doctora Morales, es una de las más exigentes del departamento. Es meticulosa, directa y no tolera ningún tipo de distracción en su clase. Tengo que estar preparado si no quiero que me pille desprevenido.

Al llegar a la facultad, el bullicio de los estudiantes es tan familiar como siempre. Veo caras conocidas, algunas amistosas, otras simplemente de compañeros con los que apenas intercambio palabras. Todo parece normal, excepto por esa sensación incómoda en el estómago que me recuerda lo que pasó ayer con Valeria.

Me dirijo hacia el aula de Anatomía, con el tiempo justo para encontrar mi asiento antes de que la doctora Morales entre. Cristian y Fer no han llegado aún, pero no me preocupa demasiado. Ellos siempre parecen tener la capacidad de aparecer justo a tiempo, aunque con un aire de desinterés que solo ellos pueden llevar con tanta confianza.

Mientras me siento, saco mis apuntes y trato de concentrarme. Las palabras de la conversación con Valeria siguen resonando en mi cabeza, y aunque intento ignorarlas, son como un eco constante, ineludible.

—Alejandro —una voz familiar interrumpe mis pensamientos. Es Fer, que acaba de entrar, acompañado como siempre de Cristian.

—¿Todo bien, hermano? —pregunta Cristian, sentándose a mi lado—. Te ves como si no hubieras dormido.

—Estoy bien —respondo sin mucho ánimo—. Solo ha sido una noche larga.

Fer me mira con curiosidad, pero no dice nada. Ambos saben que lo que pasó ayer con Valeria sigue pesando en mi mente, pero son lo suficientemente respetuosos como para no insistir. Cristian hace un comentario rápido sobre la clase de Salud Pública, bromeando sobre lo aburrida que es, y me esfuerzo por seguirle el ritmo, aunque mi mente sigue volviendo a Valeria una y otra vez.

La puerta del aula se abre, y la doctora Morales entra con su habitual porte imponente. Todos en la sala se enderezan de inmediato, sabiendo que con ella no hay espacio para errores. Empieza a hablar sobre el sistema cardiovascular, y aunque intento concentrarme, mi atención sigue deslizándose. No puedo evitar pensar en Valeria, en cómo la vida nos ha llevado a este punto. ¿Cómo pasamos de ser inseparables a desconocidos que apenas se cruzan?

La clase avanza lentamente, y finalmente, después de una larga hora y media, termina. Cristian y Fer salen conmigo al pasillo, pero esta vez es Fer quien rompe el silencio.

—A ver, Alex. No quiero sonar pesado, pero ¿qué vas a hacer con lo de Valeria?

Me detengo en seco. Sabía que la pregunta vendría tarde o temprano, pero no esperaba que Fer la soltara así, de manera tan directa. Cristian también me mira, esperando mi respuesta.

—No lo sé —admito, pasándome la mano por el pelo—. Ayer hablamos… o al menos intentamos hablar, pero no fue suficiente. Quedamos en que lo haríamos más adelante, pero aún no sé cuándo o cómo.

—¿Y estás seguro de que quieres hacerlo? —pregunta Fer, con su típico tono calmado, pero lleno de lógica—. Quiero decir, esto puede terminar bien… o muy mal. ¿Estás listo para cualquiera de los dos escenarios?

La pregunta me golpea. Claro que he pensado en eso. ¿Qué pasa si todo esto termina siendo un desastre mayor del que ya es? Si Valeria decide que nunca me va a perdonar, que todo lo que fuimos ya no importa, ¿podré soportarlo?

—No lo sé —respondo de nuevo—. Pero no puedo seguir ignorando lo que siento. Si no hablo con ella, voy a quedarme siempre con esa duda de qué pudo haber sido. No quiero vivir con eso.

Cristian asiente y me da una palmada en el hombro. —Esa es la actitud. Mira, aunque salga mal, al menos vas a poder decir que lo intentaste. Y si sale bien… bueno, quizás las cosas se arreglen. ¿Quién sabe?

Fer no dice nada más, pero puedo ver en su mirada que entiende lo que estoy pasando. Nos dirigimos a la cafetería antes de la siguiente clase, y aunque intento mantener una conversación normal, mi mente sigue en Valeria.

El resto del día transcurre en una especie de niebla. Las clases pasan sin que apenas me dé cuenta, y cuando me doy cuenta, estoy de vuelta en casa, solo, mirando mi teléfono y preguntándome si debería escribirle. Una parte de mí quiere hacerlo, pero la otra teme que sea demasiado pronto, que aún no esté lista para hablar.

Finalmente, decido dejar el teléfono a un lado. Lo último que quiero es presionarla. Si ella necesita tiempo, se lo daré. Aunque eso signifique seguir con esta incertidumbre por un poco más de tiempo.

Tomo la guitarra, intentando distraerme. Tocar siempre ha sido una forma de liberarme, de desconectar de todo lo que pasa a mi alrededor. Empiezo a tocar una melodía suave, una que solía tocar cuando Valeria y yo pasábamos horas juntos. Recuerdo cómo se sentaba a mi lado, dibujando mientras yo tocaba. A veces, nuestras actividades eran tan paralelas que parecíamos vivir en un universo propio, donde solo importaba lo que hacíamos en ese momento.

Esa sensación de nostalgia me golpea más fuerte de lo que esperaba. Mis dedos siguen tocando, pero mi mente está en otro lugar, atrapada en los recuerdos de lo que una vez fuimos.

¿Podremos alguna vez volver a tener lo que teníamos? ¿O esos días se han ido para siempre?

Solo el tiempo lo dirá. Por ahora, lo único que puedo hacer es esperar… y seguir tocando.

1
MARIBEL MORALES
Aburrido, sumamente repetitivo. Da excesivamente vueltas y no dice nada de los problemas de la pareja. En un capitulo se puede decir todo.
Eloisa Esther Aguirre
se hace aburrido solo hablan d clases d fiestas no se encaran bien los problemas desde el capitulob1 es más d lo mismo
Marihuxy Escalona🇻🇪
solo habla el, ella no habla por ningún lado
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