¿Una extraña sensación de Déjà vu? ¿Un sentimiento de haber vivido todo eso por segunda vez?
Aquellas eran las constantes de la vida de Claire; sin embargo, debido a su salud un poco débil y el cansancio por su trabajo como policía, decidió ignorarlas.
No obstante, tras su divorcio y motivada por la difícil situación de su hijo recién nacido, quien necesita una donación de sangre para sobrevivir, la ahora detective privada se ve obligada a buscar al padre del niño, su exesposo. A pesar del dolor causado por sus múltiples infidelidades, ella deberá revelarle que tiene un hijo al que ni siquiera conoce.
Sin embargo, para llegar hasta él, deberá enfrentarse al infierno en el que se ha convertido la ciudad donde él vive, evitando ser víctima de las monstruosas criaturas que la habitan.
¿Podrá dejar de lado su resentimiento y ser lo suficientemente fuerte para salvar a su exesposo?
¿Por qué la extraña sensación de déjà vu no se va de su corazón?
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CAPÍTULO 17
Henry seguía observando a Claire en la pantalla, verificando en otra pestaña la ubicación exacta de una de las entradas más cercanas al laboratorio.
Chasqueando la lengua, la única disponible, que no estaba por completo comprometida, era la del orfanato.
—Le mandaré un mensaje con el mapa que debe seguir—habló—si lo sigue podrá llegar a la entrada de laboratorio donde la estaré esperando.
Con el cuerpo sumido en el dolor, abrió el mensaje de texto y en efecto allí estaba el mapa. No obstante, según la ruta, debía pasar por donde había ingresado a la comisaría y aquello no era posible debido a la cantidad de poseídos a las afueras del lugar.
—Imposible—respondió intentando levantarse—¿no hay otra ruta?
El médico investigador quedó en silencio unos segundos, mientras seguía revisando su tablet. Allí encontró las rutas internas que conectaban la alcantarilla cercana de la comisaría con la del orfanato.
Si bien no lo dejaría dentro del lugar, sí en una calle cercana y menos asediada de poseídos.
—Las alcantarillas—habló—hay una entrada dentro de la comisaría, usando el ascensor de la oficina del capitán.
—¿Ascensor en la oficina del capitán?—preguntó confusa—¡Allí no hay ningún ascensor!
—En efecto, fue colocado después del ascenso de su exmarido—respondió—y con las reformas a la comisaría lo ocultaron bien. Si usa ese ascensor y sigue la ruta, podrá llegar a una tapa de alcantarilla cercana al orfanato.
Claire intentó limpiarse un poco el sudor y la sangre de su rostro, pero seguía un poco herida en dicha zona.
No sabía si podía confiar en aquel extraño, ni siquiera sabía si Leon se había enterado de que sus superiores habían colado un ascensor secreto en la comisaría que él comandaba.
Temiendo que tanto su exmarido como el médico le estuvieron jugando algo raro, respiró profundo y comenzó a analizar el mapa de las alcantarillas, asegurándose que en efecto hubiera un acceso cercano al orfanato.
—¿Cómo sé que me dice la verdad?—preguntó—¿Cómo sé que tiene una forma de salir de la ciudad?
—La empresa compró una línea subterránea del tren, exclusiva para el laboratorio—respondió contundente—la cual se usa para la entrega de suministros. Una vez se ponga en marcha, saldrán directo al estacionamiento privado a las afueras de la ciudad y allí hay una camioneta de la cual yo poseo las llaves.
—¿Y qué necesita de mí para ayudarnos?—preguntó—si se está arriesgando para hacernos entrar es por algo, ¿no?
—Hace cinco años, la empresa fue la aliada de la comisaría para la realización de los exámenes médicos y de laboratorio que la clínica Central quiso dejar de prestar por falta de presupuesto—respondió de manera sincera—de acuerdo con los registros, usted es compatible con mi hija. Necesito un poco de su médula espina para salvar a mi niña...
Claire cerró los ojos, intentando controlarse, Henry sabía como llegarle al corazón, en especial porque ella también tenía un hijo enfermo que esperaba una donación de sangre del infiel de su exmarido.
Sabiendo que, tras la traición doble de Sara, el extraño médico científico era su única posibilidad de salir.
—Está bien—dijo finalmente—Haré lo que me pides. Iré por el ascensor y seguiré el mapa. Pero si esto es una trampa, te juro que no me quedaré de brazos cruzados. Pero primero debo de encontrar al comandante Leon.
—Lo entiendo—respondió Henry con una voz que sonaba casi aliviada—Estaré esperándote en la entrada del laboratorio. Buena suerte, Claire.
Con una última mirada al mapa en su pantalla, Claire se preparó para moverse. Sin embargo, un gruñido familiar la desalentó.
Tomando su arma, estuvo por dispararle a un cuarto perro poseído que había salido de la perrera cercana; sin embargo, otra persona le había disparado.
Leon, con su linterna, finalmente pudo encontrar a Claire, dándose cuenta de que había logrado salir debajo de los escombros; sin embargo, al ver que un perro se estaba acercando, comenzó a dispararle sin piedad.
Tenía tanta ira interna que no le importó quedarse sin balas en ese momento con tal de salvar lo único bueno que tenía.
—¡Maldito!—gritó al terminar de rematarlo.
—¿Leon?—la voz debil de Claire resonó.
Saliendo de su ensimismamiento, Leon guardó su arma y salió corriendo hacia donde estaba una Claire herida.
Con una sonrisa, la abrazó y comenzó a besar con cuidado su rostro, feliz de que hubiera sobrevivido al estallido.
—Suelta...—no pudo hablar ante un beso que su ex le depositó—¡Leon!
El comandante de policía se separó un poco, consciente de que no podía presionarla; sin embargo, tampoco podía negar la felicidad que sentía al tenerla de nuevo con él.
Cargándola en sus brazos, entró por un pasillo cercano, el cual daba acceso a la misma enfermería que en el inicio fue llevada por Oliver y su compañero.
Allí, logró encender una de las lámparas de mesa para no estar tan a ciegas y en el baño encontró un kit de primeros auxilios.
Con Claire acostada en una camilla, comenzó a limpiar, tratar y vendar las heridas que se había hecho.
Claire se sentía extraña, no quería tener tanta interacción con su exesposo; sin embargo, él no le ponía fácil la situación.
No obstante, no podía ocultar el hecho de lo bien que se sentía que aquel idiota la tratara como un tesoro para él.
"Si tan solo fuera cierto que yo soy un tesoro para él"
Fueron las palabras que ella pensó a medida que Leon trataba las heridas de su cabeza, para luego pasar a las de sus piernas y terminar con las de su brazo.
Ella lo seguía queriendo; sin embargo, no podía olvidar, no aún, el engaño y la traición que le hizo pasar mientras ella soportaba no solo las humillaciones de los demás, sino el dolor de la perdida de sus embarazos.
—¿Y Sara?—preguntó un poco celoso y preocupada.
—La dejé atrás con los detonadores—respondió—lo más probable es que haya entrado al sistema de vías del subterráneo.
Espero que tengas el apoyo a futuro porque hiciste un excelente trabajo escribiendo 🌹 Sigue así /CoolGuy/y seguiré leyendo 🤞🏻/Smile/