RECUPERAR TU AMOR

Cuatro años después

—Mami, buenos días —me saluda mi pequeña hija. —Hola, mi sol hermoso, ¿cómo dormiste? —Bien, mami.

—¿Cuándo viene el abuelo de España? —Creo que viene la otra semana, mi vida.

—Buenos días, tía Melissa. ¿Madrugaste hoy domingo? Y Samuel, —está dormido, cariño

—¿Puedo ir a levantarlo, tía? —pregunta Paola con una sonrisa de niña traviesa.

Paola

Samuel

Otro día sin saber nada de Samuel y Pablo —lo sé, Melissa. Pero llevamos cuatro años investigando a mi querida madre y no encontramos nada. Algo me dice que ella es la culpable de que Pablo y Samuel no aparezcan. ¿Su familia qué? —pregunta Melissa sirviendo el desayuno—. No se sabe nada de ellos.

Hemos pasado momentos difíciles. Llegué a pensar que no podría vivir sin Pablo, sin sus besos, caricias. Paola es quien llegó a darle sentido a mi vida, igual que Samuel para mí —me contesta Melissa abrazándome.

"Angie, no pierdo la esperanza de volver a estar a su lado", me dice entre lágrimas. "No lloremos, no quiero que los niños se pongan tristes de nuevo al vernos así."

"Mejor apuremos a desayunar y llevemos a los niños al parque de diversiones", le sugiero a Melissa con una sonrisa.

A pesar de la incertidumbre y la angustia que nos embarga, tratamos de mantenernos fuertes por el bien de nuestros hijos. Ellos merecen disfrutar de la vida y a pesar de todo lo que hemos pasado, queremos asegurarnos de que tengan momentos felices.

Así que nos preparamos para un día de pura magia en el parque de diversiones, con la esperanza de que, quizás, en medio de risas y juegos, podamos encontrar un momento de paz y tranquilidad en medio de esta tormenta que nos rodea.

Seguimos en la búsqueda de respuestas, de pistas que nos lleven a encontrar a Samuel y a Pablo, y descubrir la verdad detrás de la desaparición de la familia de Pablo. Pero por ahora, intentamos mantener la esperanza viva y disfrutar de los momentos felices que la vida nos regala, aunque sea por un breve instante.

Mientras los niños corrían emocionados de un juego a otro, nosotros observábamos con una sonrisa en el rostro, intentando olvidar por un momento nuestras preocupaciones. Sabíamos que era importante estar presentes para ellos, brindándoles amor y apoyo en medio de la incertidumbre que nos rodeaba.

A medida que avanzaba el día, pudimos sentir un respiro en medio de la tensión que nos había acompañado desde la desaparición de Pablo y Samuel . Por un instante, el sol brillaba con fuerza y las risas de los niños parecían borrar cualquier rastro de tristeza que pudiera haber en el ambiente.

Aunque no podíamos olvidar la angustia que nos acompañaba constantemente, encontramos un momento de paz en medio del caos. Nos aferramos a ese sentimiento, sabiendo que sería un recuerdo que nos daría fuerzas en los momentos difíciles que aún estaban por venir.

Al final del día, regresamos a casa con el corazón lleno de amor y gratitud por los momentos felices que habíamos compartido juntos. A pesar de todo, sabíamos que seguiríamos luchando por encontrar respuestas y justicia para Pablo y Samuel , pero por ahora, nos bastaba con disfrutar de la alegría que nuestros hijos nos regalaban cada día.

—Mami, estoy cansada —me susurra Paola, dejando un beso en la mejilla—, "sabes que te amo, mamita chula".

La miro con una sonrisa, pensando en qué me saldrá ahora esta jovencita, —¿Qué quiere mi princesa ahora?

"Yo quiero dormir esta noche contigo, no quiero que extrañes mucho a mi papá. ¿Tú crees que lo vamos a encontrar algún día, mami? Tengo la certeza de que está vivo, mi princesa, y no pierdo la esperanza de que la vida nos lo va a devolver".

"Ojalá, mamita. Yo quiero compartir muchas cosas con mi papá. Sabes que todas las noches le pido a Dios que me lo devuelva para que tú y yo seamos felices y me den un hermanito".

Sonrío ante la inocencia y sinceridad de Paola, mientras acaricio su cabello y le doy un beso en la frente. "Sé que lo encontrarás, mami. Juntas vamos a seguir luchando y no perder la fe. Y quién sabe, tal vez algún día mis deseos se hagan realidad".

Paola me abraza con fuerza y susurra un "te quiero mucho, mami" antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por el sueño. La observo dormir, con el corazón lleno de amor y esperanza. Sé que mientras estemos juntas, podremos superar cualquier obstáculo que se nos presente.

Así que me acomodo junto a ella en la cama, abrazándola con ternura, lista para compartir nuestros sueños y seguir luchando juntas por un futuro mejor. Porque mientras estemos unidas, sé que podremos enfrentar cualquier adversidad con valentía y amor. La noche avanza, pero sé que con ella a mi lado, todo va a estar bien.

Miro por la ventana la luna, cierro mis ojos pensando en Pablo y en lo que vivimos juntos. Mi amor, donde quiera que estés, cuida tu vida para que vuelvas a mí. Necesito recuperar tu amor, nuestra princesa te necesita igual que yo, mi cielo, mi hombre aventurero. ¿Dónde estás, mi amor? ¿Qué pasó ese día? Pero nunca dudaré de tu amor, ¡cariño! Me limpio mis lágrimas, doy la vuelta para ver a mi niña dormir. Es una traviesa igual que tú, Pablo, tiene tus ojos y ese amor por las motos.

Cada noche le cuento historias de ti, de nuestras aventuras juntos, de los momentos felices que compartimos. Ella te extraña tanto como yo, y sé que, estés donde estés, siempre estarás en mi corazón.

Prometo no rendirme, seguir buscándote hasta encontrarte, hasta poder abrazarte de nuevo y sentir que todo está bien. Me aferro a la esperanza de que pronto podremos volver a ser una familia feliz, juntos como siempre lo hemos sido.

Te espero con todo mi amor, Pablo. Vuelve pronto a mi cada día que pasa sin ti es un dolor que se hace más fuerte en mi pecho, pero no pierdo la fe de que volverás a mi lado. Te extraño en cada rincón de esta casa que alguna vez fue nuestro hogar, y en cada canción que escuchamos juntos.

Prometo seguir esperando por ti, con la certeza de que nuestro amor será más fuerte que cualquier distancia que pueda separarnos. Te espero con los brazos abiertos, con el deseo de volver a sentir tu calor y tu presencia a mi lado. Vuelve pronto, amor mío, que tu ausencia es el vacío más grande que siento en mi vida. Te amo con todo mi ser, y no descansaré hasta tenerte de regreso a mi lado. Siempre tuya, mi Pablo...

Continuara...