LAZOS DE SANGRE

Asela fue sometida a las quimioterapias, estas, la debilitaron mucho, las náuseas fueron muy fuertes, los malestares, su cabello empezó a caerse, eso tenía a Federico muy mal, por lo que le dedicaba mucho tiempo, buscaba comprar para que comiera cosas ligeras, pero de su agrado, pedía que le prepararan alimentos nutritivos. Afrontarse como matrimonio a la enfermedad de Asela fue muy duro, Sira la visitaba todos los días, no la dejaba sola, cuando estaba con ella Federico aprovechaba para salir a respirar, sentía que debía ser fuerte ante ella para darle fuerzas y que no se dejará caer, necesitaba sacar fuerza para sostenerse los dos de pie.

Federico tenía mucho miedo de que su esposa no superará la enfermedad, ella ante él se mostraba fuerte, pero en momentos como ese en que ella se quedaba con Sira y él aprovechaba a salir o encerrarse en su despacho se sentían que se derrumbaba y sacaba ese dolor que los estaba consumiendo, no era fácil, pero sabía que podían lograrlo siempre que fueran fuertes.

Cristian era ajeno a lo que pasaba en casa, al ser tan pequeño no entendía por qué mami ya no jugaba con él, porque papá estaba siempre perdido en sus pensamientos y atento a su mami, pasaba la mayor parte del día al cuidado de la niñera y empleados de la casa, pocos ratos, estaba en la habitación de su mami o en algún lugar de la casa con ellos, Asela se debilitaba mucho con el tratamiento y dos semanas se la pasaba en cama la mayor parte del tiempo. Al sentirse desplazado o que no lo trataban como antes, empezó a idear hacer cosas para llamar la atención de sus padres.

Un día Cristian despertó por la noche, se sentía solo, su niñera lo había dejado dormido y bien tapado para que no pasará frío, después se fue a descansar, el pequeño nunca se despertaba en la noche, así que no vieron problema, sin embargo, esta vez el pequeño despertó a la media noche, se talló sus ojitos, ya no quería dormir, quiso salir a buscar a sus papás o su niñera, se bajó de su cama y salió de su cuarto, al ser muy inteligente había aprendido a abrir las puertas de la recámara y la que daba al jardín, fue a la habitación de su mamá, ella estaba profundamente dormida, así que opto por buscar a alguien más.

Federico estaba en el despacho tomando whisky, necesitaba despejar su mente, se sentía abrumado por la enfermedad de su esposa, en vez de ver mejoría, ella se debilitaba cada día más. Al terminar su bebida, salió del despacho, al ir a media sala, escucho el grito de su hijo que grito “papi, te estaba buscando, mami está dormida y yo no puedo dormir”. Federico fue a la escalera a paso apresurado, pero no fue tan rápido como hubiera querido, su hijo había corrido a alcanzarlo y al correr tropezó en los escalones rodando por la escalera.

Solo se escucharon los gritos de Cristian al caer y el de Federico al ver a su hijo tirado en el piso, mientras pedía ayuda, los empleados que se quedaban a dormir en la casa corrieron al escucharlo y Asela que estaba dormida, teniendo un sobresalto se levantó con cuidado de la cama, estaba mareada, como pudo llego a las escaleras, fue cuando vio a su pequeño en el suelo lleno de sangre, dio un grito desgarrador dejándose caer sobre sus piernas, unos de los empleados corrió escaleras arriba para evitar que sucediera otra tragedia mayor, la cargo y la ayudo a llegar a donde estaban su hijo y esposo, necesitaba verlo y saber si estaba bien.

Asela respiraba con trabajo, desde que inició su enfermedad, se mantenía de pie pensando en que su pequeño la necesitaba, por lo que se recuperaría por él, para estar a su lado, verlo crecer, ahora que lo veía ahí sin reaccionar no lo soporto y termino desmayándose. La ambulancia llegó y atendieron a Asela, la llevaron a su cama y después de dejarle inyectado un sedante, llevaron al pequeño para realizar los trámites que correspondían, el cuerpo fue llevado para que lo prepararan, había muerto a raíz de un golpe en la nuca mientras caía, mismo que lo dejó sin vida al impacto.

Federico se sentía morir, recordaba las palabras de su hijo antes de caer “papi, te estaba buscando, mami está dormida y yo no puedo dormir”, fue entonces que reacciono, su hijo por las mañanas iba a darles el beso de buenos días, y al decirle que lo buscaba porque su mami estaba durmiendo, todo indicaba que había ido a su recámara a buscarlo y por eso estaba en la escalera, se decía que sin tan solo hubiera estado arriba y no tomando en el despacho su hijo no hubiera intentado bajar y no hubiera sucedido esa tragedia.

Ahora faltaba enfrentarse a continuar con una tormenta tras otra, la enfermedad de su esposa que le faltaba dos terapias más para  terminar su tratamiento y la pérdida de su pequeño; solo esperaba que esto no la hiciera dejar el tratamiento, porque perderlos a los dos sería lo más doloroso para él.

Arturo al enterarse de tan lamentable noticia, fue a ver a su amigo y ofrecerse a ayudar en lo que fuera necesario, puesto que se imaginaba que estaría destrozado por los sucesos que estaban viviendo, así que sin dejar solo a su amigo se dedicó a dar las vueltas que debían para agilizar los trámites funerarios para que el cuerpo de su pequeño les fuera entregado para velarlo. Sira también llegó angustiada, le dolía ver a su amiga de esa manera, sabía cuánto amaba a su bebé y lo mucho que le afectaría la pérdida del pequeño en estas circunstancias.

El velorio fue realizado en su hogar, así Asela podría estar sin tener que salir, ya que su debilidad no le permitiría estar mucho en otro lugar, ni ella querría estar lejos de su hijo, Federico le suplicaba que comiera algo, o que durmiera, pero ella no aceptó, dijo que cuando terminará todo ella dormiría y comería, que ahorita solo se dedicaría a estar al lado de su pequeño bebé.

Arturo trataba de animar a su amigo, pero no tenía palabras para consolarlo, no hay palabras en esos momentos tan tristes, Sira igual se la pasó sentada abrazando a su amiga que estaba decaída a más no poder. Los padres de Federico y Asela trataban de mantener la calma, pero solo verla a ella, les destrozaba el corazón, ella era una mujer fuerte, decidida, firme, inteligente, pero con todo ahora se veía frágil, débil, decaída, sin vida.

Al día siguiente fue enterrado el pequeño en el lugar que estaba asignado para la familia, Asela quería ser enterrada con su pequeño, lloraba y lloraba, Federico la sostenía para darle fuerza, pero él estaba por perder la suya, al final, ella llegó a encerrarse en su habitación y no quiso saber de nadie, le había pedido a Sira que le consiguiera algo para dormir, Sira le dio una pastilla que el médico le había dejado por si volvía a ponerse mal.

Sira le pedía a Federico que le tuviera paciencia, que estaba sufriendo mucho, que no le sería fácil asimilar la situación, que no los dejarían solos, que cualquier cosa le marcara y ella iría de inmediato a auxiliarlo, Federico le agradeció por su apoyo, realmente era muy valioso en esas circunstancias tener a sus amigos y familiares para sostenerlos en su dolor. Arturo a diferencia de Sira, decidió quedarse con su amigo, sabía que no dormiría por más que lo intentará, que querría a lo mejor ahogar su dolor en alcohol, así que se ofreció a acompañarlo y cuidar de él mientras se desahogaba.

Los padres se quedaron a dormir ese día también, a Federico lo dejaron, sabían que Arturo cuidaría de él, pero estarían pendientes por si Asela necesitaba algo cuando despertará, estarían con ellos hasta asegurarse que los dos estaban superando su pérdida.