Naomi es una excelente esposa y madre abnegada, pero tiene un secreto que nadie sabe. Un día comete un error y por accidente besa a un hombre que no es su marido. Esto le dará un cambio al rumbo de su vida. ¿Qué será de Naomi? Los invito a descubrirlo.
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Capítulo Veinte
Al día siguiente, temprano en la mañana Naomi se mudaba a su nuevo hogar, Estela le había ayudado a traer sus cosas.
Antes de llegar, habían ido a hacer algunas compras para llenar la heladera y que no le faltará nada. Estaban en la cocina terminando de acomodarlas. Cuando su exsuegra recibió una llamada de su esposo, diciéndole que se sentía muy mal.
_ Lo siento, cariño. Mañana te ayudaré a desempacar. Te lo prometo - dijo la mujer angustiada y sintiéndose culpable.
_ No te preocupes. Ve tranquila, mándale mis saludos a Antonio. Cuídalo bien.
La mujer salió rápidamente del lugar y marchó rumbo a su casa.
Naomi se pasó el día tratando de acostumbrarse a su nuevo hogar caminando de un lado a otro, contando los pasos y midiendo distancias.
Estaba comenzando a hacer la cena, cuando tocaron el timbre de entrada. Tanteó el comunicador al lado de la puerta y oprimió el botón.
_ ¿Sí? ¿Quién es?
_ Soy yo, Julio.
_ Pasa, por favor. Sube - la mujer rápidamente se acomodó el cabello, le habría encantado poder verse a un espejo. Lo sintió detrás de la puerta y la abrió.
_ No te esperaba tan temprano. Todavía no terminé de hacer la cena - sintió sus labios sobre su mejilla.
_ Buenas tardes, Naomi.
_ Buenas tardes - se agarró de su brazo - ¿Qué tal tu día?
_ Muy bien y se pone mejor - el repentino piropo hizo que sonriera algo tímida.
_ Eres un conquistador ¿verdad? ¿Eso te funciona con las mujeres?
_ No lo he intentado nunca. Solo contigo ¿Funciona?
_ ¡Tonto! - lo apartó de ella y fue hacia la cocina - ¿Quieres darte una ducha antes de cenar? Mientras lo haces, ya estará listo.
_ No quiero molestar. Puedo hacerlo abajo
_ No es molestia. Hazlo - le sonrió. Y siguió revolviendo el contenido de la olla.
_ Ok, gracias - se dirigió al baño.
Un rato después salió del baño y comenzó a escurrir el piso.
_ ¿Qué estás haciendo? - Preguntó acercándose a él.
_ Estoy secando el piso. No quiero que te resbales y te caigas.
_ Eres muy atento, gracias - se quedó en silencio mirando hacia donde estaba él.
_ ¿Qué sucede? - le pareció extraño que se quedará así.
_ Imaginaba como te verías recién salido de la ducha - sonrió y mordió levemente su labio inferior. Se dio la vuelta para irse y él la sujetó de la mano.
_ No tienes que imaginarme - le susurró al oído mientras la acercaba a su cuerpo - puedes sentirme - tomó sus manos y las colocó alrededor de su cuello. La mujer acarició su cuello ancho y músculoso, pasó sus manos por su mandíbula cuadrada y afilada, sus orejas, sus pómulos y nariz. Con sus dedos pulgares acarició sus labios carnosos y este se los besó. La mujer se mordió los labios del gusto que le produjo ese acto. Subió un poco más y acarició su frente amplia y lisa. La piel de su rostro se sentía perfecta al tacto, sin cicatrices, sin arrugas sin ningún tipo de imperfección. Llegó hasta su cabello mojado y revuelto, lo enredó entre sus dedos, tiró un poco hacia abajo haciendo que este inclinara la cabeza. Lo olió, podía sentir un olor agradable a manzana verde. Sonrió, era tan correcto que había usado su propio shampoo. Deslizó sus manos suavemente hacia abajo, pasando por su cuello y sus anchos hombros, acarició la piel perfecta de su espalda, se deslizó hacia su pecho, lo sintió gemir, su respiración estaba cada vez más agitada al igual que la suya. Sintió las gotas de agua deslizarse entre los vellos de su pecho. Si la rigidez de su abdomen no era el trabajo arduo de gimnasio ¡Por Dios, que aquel hombre era su creación más perfecta! Sintió el roce de la toalla envuelta en su cintura
_ Ya no sigas - le suplicó, con la voz entrecortada - No creo que pueda soportarlo.
_ Yo tampoco - le susurró ella y apartó su mano de su cuerpo.
_ Podría... ¿Darme otra ducha? - dijo algo avergonzado.
_ Sí, yo iré a beber un poco de agua helada - sonrió algo ruborizada por el incendio del que acaba de escapar.