La vida de Aura da un giro inesperado cuando, tras un trágico accidente, despierta en el cuerpo de una dama noble destinada a un matrimonio sin amor con el Duque Desmon. Con el recuerdo de su vida pasada, aún fresco en su mente, Estela, ahora Aura, lucha por encontrar su lugar en este nuevo mundo mientras enfrenta la hostilidad de criadas groseras y la indiferencia de su esposo.
Pero los desafíos no terminan ahí. Pronto, Aura descubre que está embarazada como resultado de su primera noche con su esposo. La noticia del embarazo sacude aún más su mundo ya complicado. En un castillo lleno de murmullos y sospechas, la gente a su alrededor cuchichea y especula sobre las circunstancias de su embarazo, cuestionando la lealtad de Aura y la fidelidad a su esposo, especialmente ahora que Desmon se encuentra en la guerra, lejos de su lado.
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La Luna Atrapada.
El sol se filtraba suavemente a través de las ventanas del comedor, pintando rayos dorados sobre la larga mesa de roble pulido. Aura, sentada en su silla habitual, jugueteaba con la cuchara en su plato de porcelana, absorta en sus pensamientos. Una extraña sensación de inquietud la invadía, como si hubiera olvidado algo importante, pero no lograba recordar qué era.
Emily, la fiel dama de compañía de Aura, notó de inmediato el cambio en el comportamiento de su ama. Con pasos silenciosos, se aproximó a ella con una expresión de preocupación en su rostro.
"Milady, ¿todo está bien?", preguntó Emily en voz baja, colocando una mano con delicadeza sobre el hombro de Aura. "Parece estar muy pensativa el día de hoy".
Aura levantó la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de confusión y preocupación. "No lo sé, Emily", respondió con sinceridad. "Siento como si algo estuviera fuera de lugar, como si hubiera olvidado algo importante".
Emily asintió con comprensión, aunque su expresión reflejaba un ligero desconcierto. "¿Te refieres a la tranquilidad en el castillo?", sugirió, recordando la conversación de momentos antes.
Aura frunció el ceño, reflexionando sobre las palabras de Emily. "Sí, exactamente", dijo con cautela. "Es como si todo estuviera demasiado calmado, como si una perturbación en el ambiente hubiera desaparecido de repente".
Emily asintió con determinación. "Creo que sé a qué te refieres, milady", dijo con un brillo de orgullo en sus ojos. "El mayordomo despidió al investigador. Parece que sus métodos poco éticos finalmente fueron descubiertos".
Las palabras de Emily resonaron en los oídos de Aura, quien se sintió sorprendida por la noticia. "¿El mayordomo despidió al investigador?", repitió con incredulidad. "¿Por qué no me informaron de esto antes?".
Emily bajó la mirada, consciente de que tal vez había hablado más de la cuenta. "Lo siento, milady. Pensé que ya lo sabías", se disculpó con humildad.
Aura suspiró, tratando de mantener la calma. "No importa. Lo importante ahora es averiguar qué pasó realmente", declaró con determinación. "Necesito hablar con el mayordomo de inmediato".
Con esa decisión tomada, Aura se puso de pie y se dirigió hacia la puerta del comedor, seguida de cerca por Emily. Ambas mujeres cruzaron los pasillos del castillo con paso rápido, dirigidas hacia el despacho del mayordomo.
Al llegar, Aura golpeó suavemente la puerta y entró sin esperar una respuesta. Jenkins, el leal mayordomo del castillo, se levantó de su escritorio al verlas entrar, mostrando sorpresa al notar la seriedad en el rostro de Aura.
"Milady, ¿qué sucede?", preguntó Jenkins con preocupación, notando la expresión preocupada de Aura y la presencia de Emily a su lado.
Aura se acercó al escritorio de Jenkins y se sentó frente a él con solemnidad. "Me han informado sobre la expulsión del investigador. ¿Puedes explicarme qué sucedió?", inquirió con firmeza, buscando respuestas claras y concisas.
Jenkins bajó la mirada por un momento antes de responder. "Milady, el investigador, fue despedido debido a sus métodos poco éticos y su falta de profesionalismo. Descubrimos que estaba filtrando información confidencial sobre el ducado a personas externas", explicó con seriedad.
Aura frunció el ceño, preocupada por las posibles repercusiones de esta revelación. "¿Y cómo afectará esto nuestra relación con la familia real?", preguntó con urgencia, temiendo lo peor.
Jenkins suspiró, comprendiendo las preocupaciones de Aura. "Milady, he tomado todas las medidas necesarias para asegurar que esta situación no cause problemas con la familia real. He informado a las autoridades correspondientes y estamos trabajando para restaurar la confianza en nuestra administración", aseguró con determinación.
Aura asintió, sintiéndose aliviada al escuchar las palabras de Jenkins. "Gracias, Jenkins. Confío en tu juicio y en tu capacidad para manejar esta situación", expresó con gratitud, sintiendo un peso levantarse de sus hombros.
Jenkins asintió con humildad. "Estoy aquí para servirte, milady. Haré todo lo que esté en mi poder para proteger los intereses del ducado y mantener la paz y la estabilidad en nuestro territorio", afirmó con determinación.
Con el asunto del investigador resuelto, Aura se sintió más tranquila y centrada en sus responsabilidades como líder del ducado. Sabía que aún quedaban desafíos por delante, pero confiaba en su capacidad para enfrentarlos con valentía y determinación.
A medida que caminaban por los senderos sombreados, Aura se permitió relajarse y disfrutar del momento presente. La brisa suave acariciaba su rostro, trayendo consigo un sentido de paz y serenidad.
"¿Cómo te sientes ahora, milady?", preguntó Emily con suavidad, notando el cambio en el ánimo de Aura.
Aura sonrió, sintiéndose agradecida por la compañía de su leal dama de compañía. "Me siento mejor, Emily. Gracias por estar siempre a mi lado", respondió con sinceridad, apreciando la amistad y el apoyo de Emily en los momentos difíciles.
Mientras tanto, en las afueras del castillo, un hombre misterioso observaba desde la distancia. Sus ojos estaban fijos en Aura, llenos de malevolencia y determinación. Había llegado el momento de poner en marcha su plan para desestabilizar el ducado y derrocar a Aura del poder.
Con sigilo, el hombre se deslizó entre los árboles, ocultándose en las sombras mientras trazaba su próximo movimiento. Sabía que no sería fácil desafiar el dominio de Aura, pero estaba decidido a hacer lo que fuera necesario para alcanzar sus objetivos.
De vuelta en el castillo, Aura y Emily continuaron su paseo por los jardines, ajeno al peligro que se cernía sobre ellos. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y rosa mientras el día llegaba a su fin.
Sin embargo, en las sombras, el hombre misterioso se preparaba para actuar. Sabía que su momento se acercaba y que pronto desataría el caos sobre el ducado.
Mientras Aura y Emily continuaban su placentero paseo por los jardines del castillo, el sol se deslizaba lentamente hacia el horizonte, tiñendo el cielo con tonos dorados y rosados. La tranquilidad del entorno se veía interrumpida por el sonido de las hojas crujientes bajo sus pies, y el suave murmullo del viento entre los árboles agregaba una sensación de paz al ambiente.
Sin embargo, en las sombras, varios secuaces del Marqués acechaban, observando cada movimiento de Aura con ojos llenos de malicia y determinación. Habían esperado pacientemente el momento adecuado para llevar a cabo su plan, y ahora, con la oportunidad perfecta ante ellos, se preparaban para actuar.
Sigilosamente, los secuaces se acercaron al dúo, ocultos en las sombras de los árboles. Sus mentes maquinaban un plan retorcido, y sus corazones latían con anticipación por lo que estaban a punto de hacer. Con pasos silenciosos, se movieron más cerca, listos para poner en marcha su malvado designio.
De repente, un ruido inesperado rompió el silencio de la tarde. Aura y Emily se detuvieron abruptamente, alertas ante la presencia de algo fuera de lo común. Sus corazones comenzaron a latir con fuerza mientras escuchaban atentamente los sonidos que provenían de los arbustos cercanos.
"¿Qué fue eso?", susurró Emily, su voz temblorosa con el miedo que comenzaba a apoderarse de ella.
Aura apretó los puños, preparada para cualquier eventualidad. "No lo sé, pero debemos tener cuidado", respondió en un tono firme, tratando de mantener la calma a pesar de la creciente sensación de peligro que la rodeaba.
De repente, los secuaces emergieron de las sombras, sus figuras oscuras recortadas contra la luz del atardecer. Una sonrisa siniestra se extendió por sus rostros mientras se abalanzaban sobre las dos mujeres indefensas.
Emily gritó de terror mientras veía impotente cómo su ama era arrastrada hacia la oscuridad. Antes de que pudiera hacer algo para ayudar, uno de los secuaces la golpeó por detrás, dejándola inconsciente en el suelo.
El secuestro se había consumado, y Aura se encontraba ahora en manos de sus captores, enfrentando un destino incierto y aterrador.
Mientras tanto, en el castillo, la noticia del secuestro de Aura se extendió como un reguero de pólvora, sembrando el pánico y la confusión entre los habitantes del ducado. Jenkins, el leal mayordomo, se apresuró a organizar una búsqueda, movilizando a todos los recursos disponibles en un esfuerzo desesperado por encontrar a su amada señora.
La noche se cernía sobre el castillo, trayendo consigo una sensación de angustia y temor. En lo más profundo de su corazón, Jenkins sabía que el tiempo corría en su contra y que cada minuto que pasaba sin noticias de Aura aumentaba las posibilidades de un final trágico.
Mientras tanto, los captores mantenían a Aura prisionera en un lugar secreto, oculto de las miradas curiosas y protegido por la oscuridad de la noche. Sus motivos para el secuestro aún eran un misterio, pero una cosa era segura: no tenían intención de dejarla ir fácilmente.
pensé que era porque desmon no la había matado aún, pero veo que las mujeres de la familia real están es locas al punto del delirio 😁
autora actualizar cuando puedas.
gracias.