En medio de la adversidad y la desconfianza, dos almas se ven unidas por un destino implacable. Ella, acusada injustamente y condenada por un crimen que nunca cometió. Él, sediento de venganza y convencido de su culpabilidad. Obligados a un matrimonio forzado por circunstancias ajenas, se embarcan en un viaje lleno de secretos, intrigas y pasiones ocultas. ¿Podrán superar el peso del pasado y encontrar la verdad que los liberará? Descúbrelo en esta apasionante novela de amor y redención.
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Capitulo X ¿Qué me está ocurriendo?
"¿Qué tiene, doctor?", pregunto Gabriel preocupado.
"Por sus síntomas parece ser una gastritis aguda, debemos hacerle algunos estudios", explico el doctor.
"¿Gastritis?, pero ella no había manifestado síntomas antes", respondió Gabriel incrédulo.
"Se nota que Daphne ha estado bajo mucha presión, eso sumado a una mala alimentación puede traer estos resultados", manifestó el doctor.
"¿Cuándo podremos tener los resultados de esos estudios?", pregunto Gabriel ansioso.
"La enfermera le está extrayendo sangre en este momento, para luego pasarla a realizar una ecografía, hoy mismo tendrás los resultados", Gabriel se quedó al lado de su esposa todo el tiempo.
"Qué me pasó?", pregunto Daphne despertando desorientada.
"Sufriste un desmayo, pero ya estás en el hospital y todo está bien", respondió Gabriel acariciando la cabeza de Daphne.
"Recuerdo sentir un fuerte dolor y nada más", comento Daphne adormilada.
"Sigue descansando, en un momento vienen para realizarte una ecografía", explico Gabriel comprensivo.
"Debe ser algo viral, no se preocupe señor Hoffman", respondió Daphne tratando de levantarse.
"Quédate quieta", Gabriel la estaba regañando cuando entró la enfermera con el doctor.
"Qué bueno ya despertó, ¿cómo se siente señora Hoffman?", pregunto el doctor amablemente.
"Me siento bien, ya me puedo ir a casa", respondió Daphne ansiosa.
"Eso lo veremos en un momento, aquí están los resultados de sus análisis de sangre y déjeme decirle que tiene anemia, eso no puede seguir así, ahora vamos a realizar la ecografía y otro estudio más complejo para determinar la causa de su malestar", el doctor fue muy paciente a la hora de explicar.
Empezó con todos los procedimientos necesarios para descartar cualquier enfermedad grave llegando a la conclusión de que Daphne tenía lo que él ya presentía una gastritis aguda, causada por el estrés y una mala alimentación, Daphne estuvo en observación por dos días hasta que su condición fuera estable, Gabriel no la dejo sola durante ese tiempo, algo que conmovió a la muchacha. Aunque ella también creía que lo estaba haciendo para que no se escapara.
Daphne recibió la visita de su mamá y hermana, Tiffany estaba encantada con Gabriel, la manera en la que trataba a su hermana le hacía sentir envidia, tampoco entendía por qué si Daphne era la responsable de la muerte de Alberto, Gabriel fuera tan amable con ella. Por otro lado, Lidia estaba preocupada por su hija, ella no era ingenua y sabía que algo estaba pasando, veía a Daphne muy ansiosa y eso le parecía extraño en una pareja de recién casados. El abuelo Álvaro también fue a visitarla, estaba preocupando por la manera en que su nieto estuviera tratando a su esposa, él sabía perfectamente las razones por la cual Gabriel se había casado con esa muchacha.
"Espero que no haya tenido nada que ver con el colapso de Daphne", comento el abuelo.
"Aunque no lo creas, yo no le hice nada a tu querida Daphne" respondió Gabriel a la defensiva.
"Más te vale, no permitiré que le hagas daño", amenazó Álvaro fríamente.
"¿Por qué la defiendes tanto?, ella le quitó la vida a tu nieto, no entiendo que te pasa", le reclamo Gabriel a su abuelo.
Lo cierto era que Álvaro guardaba un importante secreto que no lo dejaba vivir en paz, pero hizo un juramento y no podía revelar lo que él sabía, lo más que podía hacer por Daphne era ayudarla desde la distancia.
"Hay cosas que algún día entenderás, solo te pido, no arruines más la vida de esa muchacha", Álvaro se retiró dejando a Gabriel con muchas dudas.
Después de algunos días Daphne regresaría a la casa de su esposo, el infierno volvería a empezar.
"Hija, bienvenida de nuevo", saludo Gertrudis muy emocionada.
"Gracias Gertrudis, tu siempre tan linda" respondió Daphne con una sonrisa.
Las otras muchachas del servicio también la recibieron con amabilidad y la cocinera le había preparado un almuerzo nutritivo, todos estaban apoyando a Daphne para qué se recuperará pronto.
"Te ayudo a ir a la habitación", dijo Gabriel de mala gana.
"Yo puedo llegar sola, gracias", respondió Daphne en su mismo tono.
"Dije que yo te ayudo, mejor coopera y no seas malcriada", Gabriel alzó a Daphne en sus brazos y la llevo a la habitación, al estar tan cerca pudo respirar el aroma de Gabriel, era embriagador para ella tenerlo tan cerca.
Para él no era diferente, Daphne lo enloquecía y si no fuera por su estado de salud, ese mismo día la hubiera hecho suya. Coloco cuidadosamente a su esposa sobre la cama, el espacio entre ellos era muy corto, sus respiraciones agitadas chocaban una contra la otra, su aliento se mezclaban en un ambiente cargado de pasión desbordada por cada poro de su piel, sus miradas estaban conectadas, Daphne mordió su labio inferior haciendo perder el control a Gabriel, quien sin pensarlo más, la besó apasionadamente. Ella en su inexperiencia trato de llevar el ritmo de aquel beso que la dejaba sin respiración, de pronto él se detuvo, apartándose bruscamente de ella.
"Mejor descansa", fueron las palabras de Gabriel quien salió corriendo de la habitación.
Daphne se quedó inmóvil pensando en lo que acababa de ocurrir, «¿por qué deseo tanto ese beso?, ¿qué le estaba ocurriendo?», los pensamientos le taladraban la cabeza haciéndola sentir tan confundida.
Después de mucho pensar logro quedarse dormida, en su sueño revivió la pesadilla vivida aquella noche en la que Alberto intento abusar de ella, aún sentía el frío del cuchillo en las manos y el líquido rojo espeso que recorría su cuerpo, desesperada por despertar empezó a gritar, «"no por favor, no, dejame en paz, no me toques"», en ese último intento por escapar despertó llena de sudor y un dolor incrustado en la piel. Miró sus manos y en esta estaban las cicatrices de su intento por defenderse. Sin percatarse que entre las sombras de la habitación había una figura familiar viendo todo lo que ella estaba haciendo.
"¿Soñaste con la noche en que le quitaste la vida a mi hermano?"
Daphne brinco, del susto llevando las manos a su agitado pecho.
mi única recomendación es cuidar un poco más la ortografía y pequeños errores de escritura.