Siempre Has Sido Tú

Terminamos de cenar y Noah puso música romántica de fondo, me pidió bailar con él extendiendo su mano, acepte gustosas, me levanté de mi silla y me llevo al centro de la sala, él tomó mi mano derecha y la izquierda la puso sobre su hombro, mientras él ponía su mano sobre mi cintura, empezamos a movernos al son de la música y siempre con nuestras miradas puestas en el otro, un rato después llevo la que él sostenía entre la suya y la coloco en su otro hombro, mientras él llevaba su otra mano s manos a mi cintura, me pegó más a él y terminé abrazándolo por el cuello, nuestras alturas eran muy diferente, pero como hoy llevaba zapatos de tacón alto, está diferencia se acostó un poco, unimos nuestros labios en un suave beso, el cual se mantuvo casto por unos segundos, para después ir subiendo de tono, me sentí en las nubes, amaba tanto a este hombre, la sola idea de perderlo casi me mata de la desesperación.

Después de bailar nos sentamos frente a la chimenea en aquella hermosa alfombra blanca, empezamos a hablar de tantas cosas, parecíamos recién enamorados.

— Sabes lo más extraño de todo? — Le pregunté recordando algo.

— No se dime. — Contesto el curioso.

— Nunca he visto a tu hermana, pensé que la conocería el día de la boda, pero como no llegamos a la recepción no tuve la oportunidad de conocerla.

— Tienes razón apenas lleguemos a casa la conocerás, ella es de tu misma edad, espero y se lleven bien.

— Ok, trataré de llevarme bien con ella.

Nos quedamos en silencio por un tiempo, mirando el fuego de la chimenea.

— Puedo preguntar por tu ex? — Dijo Noah.

— Qué quieres saber?

— Lo que paso entre ustedes, ¿por qué durante tanto tiempo de novia y que te hizo decepcionarte de él?

— Bueno, él y yo nos conocemos desde hace diez años aproximadamente, nuestras familias eran muy amigas, pero de un momento a otro mis padres se distanciaron de ellos, nunca me prohibieron acercarme a esa familia, solamente no estaban de acuerdo con la relación, no les hice caso y seguimos saliendo, hasta que el día de la fiesta de Camilo no sé si recuerdas esa fiesta, bueno en fin ese día lo vi besando a otra muchacha y desde entonces no supe más de él hasta ese día que me pidió hablar, pensé que me daría una explicación y dejaríamos las cosas así, pero me salió con que quería volver y demás, ese día le dejé las cosas en claro y él no me volvió a buscar.

— Entonces el muy idiota te cambio por otra? Y dime por qué si estuvieron cinco años de novios nunca llegaron a tener relaciones.

— Debió ser por eso que me cambio, él siempre me insistía solo que yo no me sentía segura de hacerlo con él, siempre pensé que una vez que lo hiciéramos me dejaría, pero ahora sé que me rehusaba a hacerlo era porque no lo quería, ahora sé que estaba con él por pura costumbre.

— Y yo no te supe apreciar, me entregaste lo que más cuidabas en este mundo y yo solo te lastime.

— No te voy a justificar, pero igual no sabías que yo no había estado con nadie.

— Eso no es excusa, yo solo me dejé llevar por los celos, no sabes cuánto me arrepiento de haberte hecho daño.

— Ya no se puede volver el tiempo atrás, ahora tenemos que construir buenos recuerdos, solo espero que si hay una próxima vez, primero me preguntes.

— Te prometo que lo haré.

— Noah se levantó y después me ayudó a levantarme, me besó en la frente.— Es hora de descansar te acompaño a tu habitación.

Subimos a la habitación tomada de la mano, Noah me dio un beso en la boca, no quería dejarlo ir, así que intensifique aquel beso, la pasión se estaba adueñando de mí, él abrió la puerta y entramos en esta, después de un tiempo separamos, nos miramos a los ojos y de la nada le dije "te amo", él sonrió y continúo besándome, llevando nuestros cuerpos hasta la cama, con cuidado me ayudó a acostarme, para luego acostarse él encima de mí, continuamos con la sesión de besos, empezó a quitarme el vestido hasta dejarme en ropa interior, después él se despojó de su ropa dejando al descubierto su muy bien trabajado cuerpo, lo admiré por unos segundos, hasta que volvió a adueñarse de mi boca, no sé en qué momento me quito la ropa interior quedando completamente a su merced, no sentía miedo, no estaba nerviosa, lo único que sentía era un inmenso placer.

— No quiero que te sientas obligada a nada.

— No lo estoy haciendo por obligación, lo hago porque te amo.

— También te amo y te lo demostraré todos los días.

Nos entregamos a la más sincera pasión, comparado con la primera vez, en esta vez fue increíble, me sentí tocar el cielo, Noah me trató de la manera más delicada posible, claro solo al principio porque una vez que me acostumbré a él, desatamos toda nuestra pasión, pasamos el resto de la noche haciendo el amor.

Dormimos hasta tarde, era más de medio día cuando nos despertamos.

— Hola princesa. — Me dijo Noah dándome un fuerte abrazo.

— Buenos días, amor.

— Qué te gustaría hacer hoy?

— Quiero ir a nadar, y después caminar por la playa.

— Creo que primero te preparo algo de comer.

— Mejor yo te preparo algo para ti, te parece?

— Pero yo te quiero consentir, así que yo cocinaré para ti.

— Está bien como digas, voy a asearme.

— Vamos juntos, te parece?

— Parece tentativa tu propuesta.

Nos fuimos a bañar juntos, estuvimos más de una hora en el baño, al terminar nos cambiamos y salimos a la cocina, yo me senté en la barra a ver cómo Noah preparaba los alimentos, nunca imaginé que un hombre como el supiera cocinar, definitivamente Noah es una caja de sorpresas, solo espero que no vuelva a lastimarme.