Ésta es la historia de una doctora que conquista sin querer a todos quienes la rodean... hombres, mujeres, niños... Todos la llegan a querer sin medidas, y muchos son los que quieren ir más allá con ella, pero su corazón siempre perteneció a alguien más...
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No eres rival para mí...
Maximilian...
Escuchar a esa mujer decirme amargadito es como agradable porque sabe que JAMÁS seré amable con ella. ¿Me quería a la fuerza? Pues que se atenga. Hizo el intento de besarme los labios, pero de inmediato le coloqué la mejilla y me deshice de su fastidioso toque para saludar a mi madre que estaba a unos pasos.
Su cara fue de fastidio pero siguió fingiendo. Este juego 2 lo podemos jugar. Madre -hablé- Te contó Lydia que quiere quedarse acá en la casa? Como le conté que yo no tengo departamento, pues me dijo que quería quedarse aquí con nosotros... Pero también quiero saber... ¿Tú que opinas? -El cejo de mi madre se frunció inmediatamente, acto seguido respondió... Señorita Boyle, como bien sabes, ambos son parte de la realeza y no está bien visto que usted una señorita se quede a dormir en la casa de su novio. Solamente estoy cuidando la reputación de mi hijo. Por esa razón ya te alquilé una habitación presidencial en el mejor hotel de New York.
Lydia: ¡Ahh vieja maldita! No me dejará quedarme aquí. Quería que cuando todos estuviesen durmiendo, escabullirme hasta la habitación de Maximilian y finalmente comérmelo. Vieja puritana ¡Maldita sea!
Me siento feliz por la respuesta de mi madre y lo rápido que actuó al respecto. Bueno, pasemos a cenar por favor. -Habló mamá- Efectivamente pasamos a la cena. El ambiente en la mesa estuvo ameno, al menos entre mis padres y yo, porque la cara y la actitud de Lydia era una mierda. Poco o nada nos interesa ella, así que seguimos en lo nuestro. Al final terminó nuestra cena, pasamos al postre y durante este Lydia habló... Amor, ¿pero tú si me vas a llevar al hotel no es así? Porque no soportaría tener que ir con un chofer. Me vas a llevar ¿verdad? Anda bebé... Promete que me vas a llevar. Escuchar que me llamara bebé me pudría la vida de a poco. Mentalmente, me debí controlar porque escuchar ese apodo cariñoso me hace recordar el porqué no puedo estar con MI BEBÉ.
Sí, está bien. Te llevaré. -contesté secamente- Ay gracias bebé ¡te adoro! No imaginas lo rico que se siente saber que voy a estar protegida por ti. -Habló con ese estúpido acento británico que tanto odio y con su actitud de niña desvalida cuando sabe perfectamente que conozco su prontuario. Seguimos disfrutando del postre y pues ella estaba en lo suyo, tomando fotos, del postre de la mesa y tomó una selfie donde todos nosotros tenemos cara de que estamos hartos de ella y en la leyenda de su Instagram posteó... Cuando la familia de tu prometido son tan aristocráticos como él. Deliciosa velada. ¡Gracias suegris todo delicioso! No sé si es que verdaderamente ella tiene problemas mentales o que es lo que tiene. Mi madre no entró a la cocina en ningún momento. Ella solo cocina cuando es una ocasión súper especial, y esta no es precisamente una de ellas.
Mirándola, supe que el llevarla al hotel suponía un peligro para mí. Por lo que llamé al chico que ya habíamos contratado para que se hiciese pasar por mi. Es, debo admitir, bastante parecido a mi. Hay cositas como el color de sus ojos que es un poquito más oscuro que mi azul, y es como 2 cm más bajo que yo. En complexión es exacto a mi, su nariz también es un poco más grande que la mía, pero del resto es como si el dicho este de que todos tenemos un clon en el mundo fuese cierto. Le envié un texto citándolo en el hotel donde se quedaría esta loca y si no hay nada, pues perfecto. Pero dónde esta mujer quiera tener algo conmigo, pues allí estará él para hacer el sacrificio. Por otra parte según sé, el tipo también es un mujeriego empedernido, por lo que estar con una mujer, no representará ningún problema y mucho más si le estamos pagando tanto dinero.
Me despedí de mis padres, diciendo que ya volvería, ellos sabían que esto era tan solo la coartada y luego de dejarla a ella me voy directo a mi departamento. La llevo y cuando estamos de camino llevaba la playlist que me hizo mi bebé y Lydia tuvo la osadía de querer criticar mi música. ¡Qué música tan cursi amor! Está demasiado romántica y tú conmigo no eres así ¿Quién te la hizo? Parece hecha por una niñita enamorada. Frené el auto de golpe. No iba a tolerar que estuviese hablando mal de mi bebé.
Escúchame bien Lydia... JAMÁS en tu vida vuelvas a criticar o a emitir comentarios de absolutamente NADA de mi vida. Es MI auto, es MI música y me importa muy poco si te agrada o no. Te recuerdo que tú quisiste que esto fuese a las malas, así que no esperes que te trate como a una princesita que claramente NO eres. Te conozco, así que ya basta de esos jueguitos estúpidos y de andar publicando estupideces como si de verdad me amaras o yo te amo a ti. He sido bastante paciente contigo, pero ¡no estás colaborando! -terminé dándole un golpe al volante del auto- ¡Yo si te amo maldita sea! Desde la universidad lo he hecho. Y ahora que ya estás mostrando tu verdadera cara, te voy a decir esto... Si tú no eres para mí, no serás para nadie más. Así que déjate de estupideces moralistas, y de venerar a tu noviecita porque si no dejas de hacerlo, la buscaré por cielo mar y tierra y te juro que haré de su vida un infierno. Por lo que más te vale que vayas cooperando y esta noche no volverás a casa porque vas a pasar la noche conmigo y me vas a hacer tu mujer toda la noche o te juro que comenzaré a buscar a la maldita mujercita para acabar de una vez con lo que me estorba.
Escucharla hablar así me da escalofríos. ¿Que clase de mujer eres Lydia? -pregunté con asombro a lo que ella respondió- Una que está dispuesta a hacer TODO por ti. Así que déjate de estupideces YA y mejor terminemos de llegar al maldito hotel porque ésta noche vas a ser MÍO Maximilian Edwards.
En silencio volví a arrancar el auto y no volví a poner mi música. Llegamos al hotel y pues lo que me dijo fue que me esperaba arriba en la suite de ella sin excusas ni peros. Se bajó mientras yo parqueaba el auto, cosa que agradecí porque me dio la oportunidad de contactar a Christian que es mi clon e informarle donde nos veríamos.
Minutos después nos encontramos en el ascensor y juntos nos dirigimos a la suite. Tenía una copia de la tarjeta de acceso, por lo que al entrar, miré que ella no estuviese en el recibidor y al cerciorarse de que no estaba, hice que Christian entrara a uno de los closets y se escondiese allí hasta que le de la señal para entrar... Te crees muy mala Lydia. Pero no eres rival para mí...
felicitaciones querida autora 👏👏