TU AMOR EGOÍSTA.

Después de enviar el mensaje no pude evitar llorar. Este había sido un pésimo día. Primero tuve que soportar la presencia de Tobias y que se adueñara de mis labios. Después recordé el peor día de mi vida. Y para rematar el hombre que amo ahora es novio de mi mejor amiga.

Revisé la galería de mi celular. Desde que me casé no he tenido el valor de ver mis fotos con Justin. Hoy las ví y eso me puso peor de lo que ya estaba. No supe cómo pero me quedé dormida hasta que sentí unas manos recorriendo mi cuerpo.

Abrí los ojos.

— ¿Que estás haciendo?. — Me senté rápido.

— Quiero consolarte, tu no debes llorar por nadie que no sea yo. — Me acercó a el.

— No me hagas nada por favor. — Estaba asustada, enserio no podía soportar que volviera a tocarme.

— ¿Porqué?, soy tu esposo y casi nunca te tocó.

— Te lo ruego, no lo hagas.

— Tienes dos opciones amor.

— ¿Cuáles?

— Hacerlo por las buenas o hacerlo por las malas.

— No. No quiero. — Lo empujé pero de nada sirvió.

— Quiero que cumplas tus deberes de esposa.— Me acercó y besó mis labios.

— Cualquier cosa menos eso.

— Si no lo haces no iremos a México, ni en una semana ni es un mes. No sé hasta cuándo se me pasé el coraje.

— Trataré de ser una mejor esposa. Pero no me pidas que me acueste contigo.

T: Empieza por darme un beso todos los días, y espérame para comer y cenar.

...N. Tobías....

No me agrada mucho la idea de ir a la fiesta de Layla. Gracias a ella mi matrimonio con Raquel empezó de la peor manera, claro que yo también tuve la culpa pero si esa noche ella no me envía ese vídeo las cosas hubieran sido diferentes.

Llegué a la casa. Subí a la habitación y la ví dormida con los ojos hinchados y las mejillas coloradas.

Tenía su teléfono en la mano.

Lo revisé, ví las fotos de su galería y el mensaje que le había enviado a su amiga Claudia.

Me llené de coraje había estado llorando por el imbécil de Justin.

Rompí su teléfono.

Le quité la sábana y empecé a acariciarla.

— Quiero que cumplas tus deberes de esposa.— Besé sus labios.

— Cualquier cosa menos eso.

— Si no lo haces no iremos a México, ni en una semana ni es un mes. No sé hasta cuándo se me pasé el coraje.

— Trataré de ser una mejor esposa. Pero no me pidas que me acueste contigo.

Eso es un avance.

— Empieza por darme un beso todos los días, y espérame para comer y cenar. Dejá que te abracé en las noches. No me alejes.

Raquel asintió con la cabeza.

— Muy bien hermosa, iré a darme un baño de agua fría, antes de que cambie de opinión. — Le di un beso y entré a bañarme.

Por poco y pierdo la razón. Esperó que cumpla su promesa. Quiero llevarme bien con ella. Quiero que se enamoré de mí.

Hacerla feliz y tener una familia con ella. Es todo lo que quiero.