Sabrina Taylor una bella joven de 24 años enamorada a punto de casarse, el día de la despedida de soltera consigue a su prometido con una compañera de trabajo, Sabrina molesta dolida junto con su mejor amiga Eleonor se va a las Vegas con los boletos de la luna de miel, para vengarse de Martin su prometido pero ella no contaba con encontrar en las Vegas un Dios griego como ella le llama, y que en medio de una noche loca iban a terminar casándose, el motivo de Sabrina despecho, pero ¿cuál será el motivo por el cual Logan se casó con esta desconocida? Acompáñame a descubrirlo.
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Soy su esposa no su hija
Me arregle primero y la dejé sola en la habitación para que se arregle tranquila, y me fui al despacho para revisar unos asuntos, me vino a la mente que ella me dijo mi amor, si sera que fue para mantener las apariencias pero es que ella lo dijo tan natural que pensé por un momento que lo había dicho por qué lo había sentido así, se que anoche me porte muy mal con ella Pero trataré de remediarlo, se que le prometí el divorcio pero mientras eso pasa puede que ella se enamore de mi, se que después que quede embarazada desistirá del divorcio o eso espero, me sentí muy bien con ella en el centro comercial aunque solo fue poco tiempo, lo disfrute trataré de ir con más frecuencia a lugares para hacerla sentir bien.
Salí del despacho directo a la habitación ya es tarde y necesito que nos demos prisa en salir, ya le di suficiente tiempo para que esté lista, iba de camino y ella venía de salida, si había dicho que era hermosa me había quedado corto, esta mujer es verdaderamente hermosa, no podía dejar de mirarla ese vestido marca su escultural cuerpo a la perfección, le llega unos dos dedos arriba de la rodilla es como doble vestido por arriba es tejido y abajo el vestido totalmente pegado a su cuerpo de mangas largas con un escote en sus pechos mostrando solo un poco de ellos nada vulgar ese vestido la hace ver muy elegante, los zapatos de tacón alto son del mismo color que el vestido
—¡Estas verdaderamente hermosa!—No puedo evitar decirlo.
—Gracias—Me dice sonrojada—Nos vamos
—Eh! si claro— le digo estaba distraído mirando su belleza
Ella camina bajando las escaleras como si estuviera en una pasarela sin duda alguna ganará la corona me digo a mismo al imaginarla en una pasarela concursando en el reinado de la belleza.
Llegamos dónde estan los de seguridad esperando y puedo notar como uno de los chicos mira a Sabrina, no lo culpo, está despampanante.
En la camioneta la siento algo nerviosa—¿Te sientes bien?
—Si solo un poco nerviosa, es que no conozco a nadie y bueno ya sabes
—No tengas nervios —le tomo la mano y ella trata de quitarla pero no la dejo
Llegamos al casino que ya abrió hace un par de horas, tomo a sabrina de las manos, está vez ella no la rechaza, entramos y está a rebozar de personas que ríen, Toman juegan y hacen diversas cosas, el jefe de seguridad me saluda y me hace saber que mi hermano está por aquí, y Kitty también, el que Kitty este aquí me pone un poco nervioso.
Caminamos por el lugar para mostrarle todo—Logan que más, ¿como estás? pensé no vendrías hoy —me saluda un buen cliente que viene con mucha frecuencia.
Inmediatamente posa sus ojos es sabrina la mira de arriba abajo con mucho descaro yo me remuevo nervioso quiero sacarle los ojos.
—Señor Vargas, le presento a mi esposa sabrina—Le digo para que deje de mirarla
—Linda alemana— dice el señor Vargas
—Te dejo, le estoy mostrando el lugar a mi mujer permiso—Avanzo sin esperar que me responda.
Seguimos viendo por largo rato, ya que el lugar es bien grande—Es muy bonito pero el de las Vegas es más animado—Dice ella mirando a todos lados
—Claro es que allá Son turistas sobre todo, es un buen negocio
—¿Te gusta esto? digo este ambiente—Esta vez pregunta y me mira
—La verdad cuando era pequeño no me gustaba nada de esto, después mi papá me comenzó a traer para enseñarme y le agarre el gusto, aunque nunca he jugado—Confieso
Voy a decir algo más pero diviso a lo lejos a kitty que esta como discutiendo con reinaldo—Vamos a la oficina— le digo girando al otro lado
—Pero no hemos ido para aquel lado—Me dice
—Mas tarde venimos, ahora mismo debo revisar algo en la oficina—Logro convencerla de irnos
Subimos a la oficina y ella la observa por todos lados, —es igual a la casa—dice sin agregar más se a lo que de refiere es bastante oscuro.
—Debe ser porque necesita una mujer que le dé vida, como a mí por ejemplo—Me acercó a ella lo suficiente como para que sienta mi aliento en su rostro
Ella intenta alejarse pero soy más ágil que ella y rápidamente la tomo de la cintura y la apego a mi—No me rechaces— le digo muy muy cerca de sus labios —¿No quieres? por qué mis labios mueren por besar los tuyos—Digo en un susurro ella cierra los ojos se que ella se está embriagando con mi aliento.
Aprovecho que ella tiene los ojos cerrados y la beso, con delicadeza no quiero asustarla además que solo le voy a dar un beso, quiero que sienta lo que la deseo.
Ella se deja llevar por el beso, abriendo su boca para que pueda introducir mi lengua dentro de ella.
—Logan—Dice mi nombre en un jadeo cuando estoy besando su cuello, como me encanta cuando pronuncia mi nombre con esa voz tan dulce, tan delicada y tan excitada
El beso se intensifica un poco más, la tomo de la cintura para poder subirla al escritorio, ella está sentada En el, y yo me acomodo en medio se sus piernas para poder besarla mejor, su cuello descubierto y sus pechos que se ven tan sensuales con ese vestido.
Toco sus piernas subiendo un poco más el vestido—Logan mi amor—La puerta se abre y Kitty entra como perro por su casa.
Sabrina y yo miramos al mismo tiempo, Kitty se queda como en shock Sabrina en cambio solo se acomoda el vestido
—Lo siento logan no sabía que estabas ocupado—Dice fingiendo vergüenza, por qué la conozco muy bien y se que está que destila su veneno
Solo la mire con cara de pocos amigos y salió de la oficina, Sabrina se quedó callada no dijo nada pero se sentó en el sofá.
—Creo que no podría trabajar contigo—Dijo después de un buen rato
—La mire extraño—¿Por que lo dices?
—No podría trabajar aquí si tu ex o no se que sea de ti está aquí como la dueña y señora—Dice con seguridad.
—Si quieres la mando a sacar, le digo a los de seguridad que ella no puede entrar aquí
—Esa no es la mejor idea ya que tú le has dado libertades aquí, no puedes nada más decirle a la seguridad que no la dejen entrar como si ella fuera una ladrona.
—Tienes razón que sugiere mi linda esposa que haga entonces—Le digo con mimo
—Quiero que la llames y le digas que si va a venir para el casino será como un cliente y no puede estar por las instalaciones como si fuera su casa—Veo la determinación en sus palabras, por un momento ví en sus ojos una especie de regocijo al decir esas palabras.
Cómo le voy a decir a Kitty que no puede venir al casino, después que el otro día le prometí que me iba a divorciar y que me casaría con ella, seguro va a pegar el grito al cielo y le dirá a Sabrina que estuvimos juntos, y también le dirá el verdadero motivo por el cual me case, ahora me encuentro en un verdadero dilema.
—El día que lo hagas vendré a trabajar contigo de lo contrario iré a trabajar en otro lugar—Me dice muy decidida—Tienes una semana para darme una respuesta
Ahora debo decidir o la dejo trabajar en otro lado o enfrento a kitty a sabiendas que igual va a destruir lo poco que tengo con Sabrina.
Sabrina se quedó sentada en el sofá mientras yo estoy en la computadora, ella está distraída en sus pensamientos.
—Logan necesito hablar contigo— dice Reinaldo entrando a mi oficina—Puedo entrar
— Ya estás dentro dime qué quieres—Le digo sin levantar la vista del computador
—Valla valla—Dice—Quien es está lindura
Levanto la vista enseguida y el ya esta frente a ella con una sonrisa encantadora, me levanté de un solo brinco para llegar hasta ellos, ella lo miraba con el seño fruncido.
—¿Como te llamas preciosa?
—Hola—Dice ella
—Reinaldo ella es sabrina Wilson—El parpadea en par de veces y nos mira—Mi esposa—Termino de decir
—Ella se queda mirando de uno al otro, se levanta del sofá y los ojos de mi hermano la detallan con lujuria.
Ella se acerca a mi y deja un beso en mi mejilla —Pero que dulces—Dice con ironía
—A que viniste reinaldo—Le digo molesto
—No era nada olvídalo, mejor quiero conocer a la cuñada, no la has dejado hablar, imagino en el contrato le dijiste que se mantenga a kilómetros de mi—Dice con una sonrisa que lo único que me provoca es romperle la cara.
Ella no comenta nada al respecto pero en cambio dice: —Mi esposo no me prohíbe nada, por qué soy su esposa no su hija.