En un mundo donde las mujeres están infravaloradas, Una Ceo que se aferra con todas las fuerzas a permanecer y ser la mejor en el ambiente llenos de hombres.
Lara Parisi lo tiene todo:juventud, belleza,una fortuna heredada y un imperio empresarial a sus pies. Pero detrás del lujo, hay una presión silenciosa que no la deja respirar: la obligación de tener un heredero para mantener su legado y complacer las expectativas de una familia que no perdona desvíos del plan.
Cuando un viaje de negocios la lleva a Italia, una noche de pasión con un desconocido lo cambia todo. Lo que parecía ser un escape sin consecuencias se convierte en el inicio de un torbellino emocional, cuando descubre que está embarazada.. de gemelos.
Y como si no fuera suficiente, Owen Bracco, el misterioso hombre que creyó haber dejado en el pasado, reaparece como asistente de su mayor rival.
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El Instinto de un Padre
Narra Lara
Carlos lleva dos días llamándome y dejándome mensajes. Le escribí solo para decirle que me quedaría un tiempo en casa de mis padres. No pude decirle nada más... aún no estoy lista para confesarle que estoy esperando un bebé que no es suyo.
Kassy se está encargando de la empresa. Le di total libertad de entrar a mi oficina y hacer su trabajo como mejor lo considere. Confío en ella tanto como en mí misma. Si hay alguien que merece ser la vicepresidenta, es ella. Es algo que voy a oficializar en cuanto regrese.
Durante cinco años ha estado a mi lado, apoyándome, levantando esta empresa conmigo. Ya es hora de reconocer su esfuerzo. Sé que como asistente gana muy bien, y que será difícil encontrar a alguien como ella, pero no puedo ser egoísta. Ella merece crecer.
En cuanto a Aiden... quiero verlo lejos de mi empresa. No valoró la oportunidad que mi padre le dio. Es un idiota. Así de simple.
Semanas después
Lucas Parisi — Padre de Lara
Hoy es lunes, inicio de semana, y decidí pasar los días en la empresa hasta el mediodía. No tomaré ninguna decisión respecto a Aiden todavía. Primero quiero ver qué desea hacer Lara y, por supuesto, que él le pida disculpas como corresponde.
Voy a llamar a un viejo colega para que venga a verme. Debo reunir a mis antiguos socios para anunciar oficialmente que Lara será la dueña total de la empresa. Hasta ahora, solo se lo he dicho a Max Owen Morelli. Además de ser mi socio, es mi gran amigo, y quiero que sea el primero en saberlo.
Cuando entro en la oficina, noto que, aunque ahora es de Lara, mantiene los colores neutros que yo había elegido. Sin embargo, algunos detalles reflejan su toque personal. Me siento como en casa.
Decidí llegar temprano para revisar los pendientes. Lara me dijo que Kassy está encargándose de todo, pero no quiero dejarle toda la carga a ella. Además, quiero hacer oficial que Lara será la única dueña de Empresas Parisi. Yo ya no tendré nada que ver con esto.
Tocan la puerta.
—Pase —digo.
—Buenos días, señor Parisi. Estaré por aquí si me necesita —dice Kassy entrando.
—Buenos días, Kassy. Veo que ya casi terminaste todo lo que Lara dejó pendiente.
—Sí, ella me pidió que lo adelantara.
—Gracias por hacerlo. Y sobre todo, gracias por apoyar a mi hija. Ella me contó todo.
—Para eso estoy. A pesar de ser mi jefa, también es una amiga. Es muy importante para mí.
—Recuerdo que recursos humanos me pidió ayuda con algunas cosas de la nómina, así que estaré en otro piso. Si necesita algo, el asistente de Aiden está en la oficina contigua, o puede marcar a RRHH. Aquí estaré —concluye ella, antes de salir.
Narrador Omnisciente
Mientras Kassy está en Recursos Humanos haciendo algunos trámites, Lucas trabaja concentrado frente a su computadora. Al mismo tiempo, el señor Max Owen sube en el ascensor, y Owen sale de la oficina de Aiden con un documento que debe entregar a Lucas.
Al abrirse el ascensor, Max observa con sorpresa al joven que tiene frente a él. No puede dejar de mirarlo. Camina, sin pensarlo demasiado, en dirección al chico.
—¿Cuál es tu nombre? —pregunta, directo.
—Buenos días, señor. Soy Owen Bracco, un gusto —responde él, extendiendo la mano.
Max la acepta sin dudar, pero lo observa con más detenimiento. Sus ojos, su rostro, su cabello... el parecido es innegable. Es idéntico a su madre. No puede ser una coincidencia.
—¿Qué edad tienes? —inquiere con voz contenida.
—Veintiocho —responde Owen, sin sospechar nada.
Max no necesita más. Es su hijo. Su instinto lo confirma. El nombre, la edad... todo encaja.
—¿A dónde se dirige, señor? La asistente de Lara no está en este piso por ahora, pero puedo ayudarle.
—No te preocupes, hijo. Sé a dónde voy. Tengo una reunión con tu jefe. Soy uno de sus socios.
—Cierto... lo reconocí de alguna parte, aunque no estoy seguro si de una revista o un periódico. Hasta luego, señor. Fue un placer —dice Owen, cortés.
Max asiente y camina hacia la oficina de Lucas Parisi. Al entrar, lo saluda como siempre, pero le cuesta concentrarse en la conversación. Su mente sigue en el joven de hace unos minutos.
Acaba de encontrar a su hijo.