Amor Sobre Ruedas

El viaje fue bastante tranquilo, aunque Maik, insistía en hablar con Valeria ella no quería, lo único en lo que estaba interesada era en que Maik llegara a la meta en primer lugar.

Esta sería su primera temporada con un piloto con bastante recorrido y no solo eso, sería una carrera en la cual podía demostrar lo que ella sabía y había aprendido.

No todo depende del auto, un buen piloto logra mucho y ella lo sabía. Y se sentía presionada por eso.

- Lista.

- Más que nunca.

- Lo harás muy bien, the e visto trabajando en ese auto día y noche, también tengo que decirte que mi hermano ha mejorado mucho.

- Espero que todo funcione bien, si no, me Puedo despedir de esta oportunidad.

- Lo lograrás mi pequeña.

Un delicado beso en la frente, por parte de Lorenzo. Un hombre que va detrás de cualquier escoba con falda, Pero que después de aquel encuentro con ella, en el cual un golpe recibió.

Su actitud cambió por completo, era más atento, hablaba con ella la escuchaba cuando ella decía algo.

Para él, esa mujer no era como las demás, no le importaba él dinero, le apasionaba lo que hacía, estar en un taller y tener un motor en sus manos era algo digno de admirar.

En cuanto a Alan, ella no sabía que hacer lo había visto en el aeropuerto pero no se cruzaron una sola palabra. Se sentía triste, ya que él era su única familia y con el que había estado compartiendo durante diez años.

Sentía una gran soledad, una soledad que sintió tanto tiempo en el orfanato.

Habían llegado un día antes de las preliminares, Valeria había estudiado la pista, cuántas curvas, cuántos kilómetros tenía.

Nunca dejaba nada al azar, ese puede que no fuera su trabajo, Pero para ella todo tenía que salir muy bien, algunos podrían decir que era bastante perfeccionista y controladora.

Nadie se equivocaba, así era ella tenía que tener todo bien organizado para saber a qué se iba a enfrentar.

Y como siempre la noche fue su amiga y el sueño nunca llegó, el amanecer apareció en el horizonte y Valeria ya estaba lista para salir.

Un café en el restaurante del hotel, era la mejor opción, recargar energías para continuar con el día.

- Hola. - un aroma inundó el espacio personal de Valeria, su inconfundible loción.

- Preparado. - fue su única respuesta hacía Maik.

- Más que nunca.

- Adelante.

Después de un desayuno bien trancado, todos salieron hacia la pista, mientras los demás preparaban los equipos, Valeria y Maik fueron directo al monoplaza.

- Te extraño. - su voz ronca, sonó en su oído, su aliento la hacía estremecer.

- Ok.

- Solo eso.

- No es algo que se pueda olvidar de la noche a la mañana, necesito tiempo.

- Lo entiendo y te lo daré.

Puso sus labios en la mejilla dejando un calor, que reconfortaba de alguna manera a Valeria.

Y los días pasaron rápidamente, el viernes habían corrido libremente, el sábado fue la clasificación y ya era domingo.

La pista tenía 16 curvas, y una longitud de 6299, los pilotos tenían que dar 58 vueltas para lograr el premio de Bahréin.

Todo estaba saliendo como era debió, vuelta tras vuelta, Maik, Lorenzo y Alan estaban en los primeros lugares.

- Sam has que entren los hermanos.

- Por qué haría eso, van bien de tiempo.

- Tenemos que cambiar los neumáticos.

- El desgaste no es mayor, pueden dar un par de vueltas más.

- Hay que cambiarlos, por los de lluvia.

- Estás loca, si hacemos eso, el agarre no será el mismo, no va a llover.

- Sam, confía en mí.

Una mirada de súplica, y Sam no sabía qué hacer.

- Maik.

- ¿Qué pasa Sam?.

- Valeria dice que necesitas entrar a los pits.

- Y por qué tendría que hacer eso, ¿qué razón te dio?.

- Dice que tienes que cambiar los neumáticos por los de lluvia.

- Y tú qué piensas.

- Que ella está loca.

Maik se estaba debatiendo si seguirle la corriente o no, pues está era su primera vez en el box.

- Alisten todo, avísale a Lorenzo y de paso a Alan.

Sam les hizo señales a todos los ingenieros y mecánicos para que se alistaran para el cambio y la revisión del mono plaza.

Valeria estaba que saltaba de alegría, le había hecho caso, solo esperaba que no estuviera equivocada. Aunque nunca lo había estado siempre tenía razón.

Su corazón latía como loca al ver a los tres entrar en los pits, a lo lejos se escuchaba lo que decía, los cementerios del porqué estaban cambiando los neumáticos si no se veían señales de que fuera a llover.

Muchos de los pilotos continuaron con la carrera, dejando a los hermanos atrás y a Alan, pero al momento de salir de la zona de pits las gotas de agua empezaron a caer, y mientras los demás pilotos entraban los hermanos y Alan ya habían vuelto a la delantera.

Las demás vueltas vieron fáciles y ella se sintió orgullosa de ella misma y de lo que había logrado, los tres lograron el gran premio, Maik como siempre fue el primero, Lorenzo llegó de segundas y Alan el joven del momento llegó de terceras.

Valeria se sentía orgullosa de todo lo que había hecho, su corazón casi se salía de su pecho.

Al terminar, los medios de comunicación acorralaron a los hermanos y a Alan, pidiéndole explicaciones del porqué cambiaron las llantas antes y como sabían lo que iba a ocurrir, ella pensó que le iban a nombrar, pero lo único que dijeron fue que todo el equipo colaboró.

Sintió una pequeña pintada de decepción, no podía esperar más, no podía esperar más, al fin y al cabo era una simple desconocida.

- Siempre cuidas mi espalda. - la voz de su hermano la saco de sus pensamientos tortuosos.

- Estaré contigo hasta que me lo permitas.

Lágrimas salieron de Alan y de ella y sellaron esa promesa con un fuerte abrazo, esto era lo que ella esperaba ambos eran orgullosos y no daban el brazo a torcer, Pero se extrañaban más de lo que se imaginaban.

- Eres la mejor. - y hay entraba Lorenzo, tomándola en brazos y dándole un par de vueltas.

- Bájame, me estás mareando.

- Está carrera fue la mejor de nosotros, aunque mi hermano siempre gana, hoy tres personas del mismo equipo llegó al podio.

Lorenzo la bajo, y ella vio como Maik se acercaba, pero antes de que pudiera llegar a ella dos personas bien vestidas se le acercaron.