La Reencarnada Y Los Pegasos

Cuando el banquete terminó, Arya estaba exhausta.

Había mantenido la calma durante horas, controlando cada gesto, cada mirada.

Y lo más importante: había logrado convencerse a sí misma de que el duque no la había reconocido.

Había sido tan frío, tan formal, tan indiferente… que incluso ella, que llevaba días pensando en ese beso, comenzó a dudar.

[Quizás… de verdad no sabe quién soy.]

Con esa idea reconfortante, se levantó y se inclinó con cortesía.

[Agradezco la cena. Me retiraré..]

Pero antes de que pudiera dar un paso, uno de los magos del templo habló..

Mago del templo: Lady Arya, nos gustaría que nos acompañara al jardín. Hay asuntos espirituales que requieren de su presencia.

Arya sintió un vacío en el estómago.

Arya: Yo… preferiría descansar. Mañana puedo..

- Debe ser ahora, Lady Arya. La noche está cargada de magia.

Otro noble asintió.

- Sería un honor que nos acompañara.

Arya intentó negarse otra vez, pero la presión de todos era demasiada.

Arya: Solo por un momento, entonces.

Los magos parecieron satisfechos y comenzaron a caminar hacia el jardín iluminado.

Arya caminó detrás de ellos…

pero no se dio cuenta de cuándo ni cómo el duque Kiran Page se colocó casi a su lado.

No había hecho ruido.. No había anunciado su presencia.. Simplemente… estaba allí.

Tan cerca que Arya sintió su brazo rozar el de ella cuando avanzaban por el sendero de piedra.

Arya inhaló bruscamente y se tensó por completo.

El duque, sin embargo, lo notó al instante.

Y sonrió.

No una sonrisa amplia ni evidente.. Una sonrisa pequeña, traviesa, como quien disfruta de un secreto compartido.

Si él no la había reconocido en el festival antes, ahora sí debía haberlo hecho.

El corazón de Arya latió tan fuerte que temió que todos los magos pudieran oírlo.

Trató de caminar más rápido, de poner distancia…

Pero Kiran ajustó su paso al de ella y durante el trayecto hasta el jardín, no dijo una sola palabra. Ni una mirada. Ni un susurro.. Un silencio impecable.. Ese silencio.. tranquilo, contenido, perfecto.. hizo que Arya respirara un poco mejor.

El jardín estaba iluminado por esferas flotantes de luz azul y blanca.

Habían dispuesto una pequeña terraza de mármol, con sillas y mesas cubiertas de manteles delicados.

Todo parecía preparado para una discusión pacífica… …pero la presencia de tantos hombres de alto rango llenaba el aire con un peso invisible.

Arya se ubicó en un extremo, tratando de ser discreta.

Intentaba concentrarse en respirar, mantener la compostura, no temblar. Pero entonces… Kiran abrió la boca.. No para hablarle.. No directamente.. No de una manera obvia.

Sino para lanzar comentarios aparentemente inocentes… pero tan peligrosos que Arya sintió que sus rodillas podían fallar.

Mientras un mago hablaba sobre la antigua magia de los pegasos, Kiran apoyó un codo en la baranda de mármol, con elegancia casual..

Duque Kiran Page: Ah… las noches de festival también tienen magia antigua, ¿no es así?

Arya sintió que se atragantaba con su propia saliva.

Miró al frente, rígida como una estatua.

- ¿Festival? ¿En Valenia?

Kiran sonrió levemente, sin apartar la vista de la luna.

Duque Kiran Page: Sí. Un festival muy animado… con música, luces, dulces… y visitantes con nombres interesantes.

Arya bajó la mirada al suelo.. sus manos se cerraron con fuerza.

[No. No. Por favor no. No digas más.]

Cuando la conversación derivó en magia elemental, Kiran comentó con aire despreocupado..

Duque Kiran Page: en el festival tambien tuvo algunas sorpresas.. Aunque debo admitir que lo que más recuerdo es cómo algunos invitados… huían de la multitud con una gracia sorprendente.

Arya sintió cómo el alma se le caía a los pies.

Le sudaban las manos.

Le ardían las orejas.

Quería desaparecer.

Lira, a su lado, no entendía por qué Arya se tensaba tanto.

Le ofreció agua, preocupada.

Lira: Mi lady… ¿está bien? Está muy pálida.

Arya: Estoy… bien… solo un poco cansada.

Mientras otro noble hablaba de rituales nocturnos, el duque murmuró.. lo suficientemente alto para que Arya escuchara pero lo suficientemente bajo para que no pareciera dirigido a nadie..

Duque Kiran Page: Y, por supuesto… siempre existen esas personas que desaparecen entre luces brillantes cuando uno menos lo espera.

Arya apretó la mandíbula.. Era un milagro que siguiera de pie.

Lira pensó que Arya tenía frío y la cubrió con una capa ligera.

Pero Arya sabía que no era frío.. Era pánico.. Era vergüenza.. Era nervios.. Era la certeza absoluta de que el duque estaba jugando con ella.

Jugando suave.

Jugando elegante.

Jugando cruel.

Y ella estaba al borde del colapso.

Entonces, como si pudiera sentirlo..como si hubiera estado apuntando a ese punto exacto.. Kiran hizo un último comentario..

Duque Kiran Page: Aunque debo admitir… es aún más fascinante cuando crees que no te han reconocido.

Los nobles ni los magos entendieron y el duque solo se rio diciendo "que no lo entenderian"

Arya contuvo un grito.

No habló..

No respiró..

No movió un músculo.

Solo cerró los ojos un instante, deseando convertirse literalmente en una calabaza para huir de ahí.

Un noble de barba recortada, con voz alegre y ajena al terremoto interno de Arya, comentó mientras bebía vino..

- Duque Kiran, el próximo año quiero visitar ese famoso festival de Valenia. ¡Dicen que todos han ido al menos una vez!

Kiran ladeó la cabeza con elegancia.

Duque Kiran Page: ¿Todos…? Bueno, sí. La mayoría ha tenido la oportunidad.

Arya contuvo el aliento.

Maestro Aldren, que había estado muy atento a cada palabra, intervino con un tono seco..

Aldren: Lady Arya no lo conoce. Ella nunca sale del templo.

Lira se tensó, discretamente.

Y entonces ocurrió.

Por primera vez en toda la noche, Kiran volvió la vista directamente hacia Arya.

Arya sintió que su respiración se detenía por completo.

Kiran levantó lentamente la mano… y se acarició los labios con la punta de los dedos.

Un gesto casual para los demás.

Pero para Arya…

Para Arya fue como un impacto directo en el corazón.

Porque ese gesto era un recordatorio.. Calmado.. elegante.. Cruel.

[“¿Recuerdas el beso?”]

Y la sonrisa que lo acompañó… Una sonrisa coqueta, pícara, peligrosa. Una sonrisa que parecía decir..

[“Yo sí lo recuerdo… y tú también.”]

Arya sintió un temblor en las piernas.

El aire se volvió insuficiente.

Como si todo el jardín se hubiera quedado sin oxígeno.

Se llevó una mano al pecho intentando respirar sin llamar la atención.

Lira: Mi lady… ¿está mareada?

Arya solo pudo asentir levemente, con el rostro más rojo que las flores que decoraban la terraza.

Kiran desvió la mirada entonces, satisfecho, como si el pequeño tormento que le había provocado fuera exactamente lo que esperaba.