¿Qué pasaría si una persona dulce y amable como Eiran se encontrara con Damon, un líder de banda de motociclistas brutal, escéptico y extremadamente frío?
Un incidente los une cuando Eiran, un joven médico omega, debe ayudar a Damon, un alfa herido de bala en medio de la calle tras un violento enfrentamiento entre pandillas en Madrid.
¿Cómo se desarrollará esta historia? ¿Podrá Eiran derribar las barreras de Damon y cambiar la brutalidad del líder, quien ya está al límite? Acompáñanos para descubrir esta intensa y emocionante historia en un mundo Omegaverse...
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📌 BL/Omegaverse (ChicoxChico)
📌Embarazo masculino
📌Doctor x Ceo (Gánster)
📌Omega fuerte x Alfa fuerte (Personalidad)
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Capítulo 16
—¿Qué haces aquí, Aron? —preguntó Damon, reclinado sobre la cama, con un tono más relajado de lo habitual.
—Solo quería asegurarme de que estés bien… y de que Eiran no te haya inyectado formalina —respondió Aron con una sonrisa burlona.
Eiran, quien estaba de pie al lado de la cama con una jeringa en la mano, lo miró con una expresión neutral, aunque sus ojos brillaban con algo de fastidio. Sin decir palabra, se giró hacia Damon y, con precisión, le inyectó en el brazo el medicamento que tenía preparado.
—¿Cuántas veces me vas a inyectar en un solo día? —se quejó Damon, haciendo una mueca al sentir la aguja atravesar su piel.
—Tantas veces como considere necesario para lidiar con un paciente testarudo como tú —replicó Eiran sin titubear.
—Entonces, ¿puedo inyectarte yo también cuantas veces quiera? —respondió Damon con un tono cargado de provocación y una sonrisa ladina, ganándose la risa de Aron.
Eiran, sin decir nada, pisó con fuerza el pie descalzo de Damon, arrancándole un quejido ahogado.
—¿Siempre tratas así a tus pacientes? —preguntó Damon, recostándose de nuevo con una mezcla de fastidio y diversión.
—Solo a los insoportables como tú —respondió Eiran, su tono frío como el hielo.
—En una hora será la cena. ¿Vas a comer aquí o afuera? —preguntó Eiran mientras comenzaba a recoger el material médico.
—Afuera. Aron me acompañará —contestó Damon con un deje de superioridad.
—De acuerdo —respondió Eiran, mirando a Aron con un gesto que claramente le indicaba que se levantara de la cama, ya que iba a revisar la herida de Damon.
Con movimientos rápidos pero precisos, Eiran retiró el vendaje húmedo de la herida en el abdomen de Damon. Sus manos, ligeras pero firmes, aplicaron un ungüento antes de colocar un parche limpio y más práctico. Mientras trabajaba, Damon lo observaba con intensidad. Los movimientos concentrados y la serenidad de Eiran eran hipnotizantes.
Era un omega puro y dominante, algo extremadamente raro y codiciado. Su presencia exudaba una mezcla de autoridad y belleza que Damon encontraba casi insoportable. A pesar de su actitud fría, Eiran era fascinante, y eso lo irritaba más de lo que quería admitir.
Aron, quien había estado observando en silencio, notó la mirada de Damon y no pudo evitar sonreír con complicidad.
—Eiran, ¿tienes pareja? —preguntó Aron de repente, rompiendo el momento.
—No es asunto tuyo —respondió Eiran con rapidez, sin siquiera mirarlo.
—No tiene pareja —intervino Damon con total seguridad.
Eiran lo miró fijamente, entrecerrando los ojos.
—Y si lo tuviera, me encargaría de que terminara con él —añadió Damon con una sonrisa ladina, dejando claro que hablaba en serio.
Aron soltó una carcajada ante la audaz declaración de su amigo.
—Entonces, ¿estás admitiendo que estás obsesionado conmigo, señor Ruiz? —preguntó Eiran, arqueando una ceja mientras terminaba de ajustar el vendaje.
—¿Yo? ¿Obsesionado contigo? —respondió Damon con fingida incredulidad, aunque la forma en que lo miraba traicionaba su actitud despreocupada.
Los ojos de ambos se encontraron en un duelo silencioso lleno de tensión.
—Sí, estoy obsesionado contigo —admitió finalmente Damon, su voz más baja pero cargada de significado.
Eiran, sin embargo, no se dejó intimidar. Su expresión seguía tan imperturbable como siempre.
—Qué pena, porque no eres mi tipo —replicó Eiran con frialdad mientras se levantaba para guardar el material médico.
Damon lo tomó del brazo, obligándolo a detenerse.
—Ya te he marcado con mis feromonas. Ningún alfa se atreverá a acercarse a ti —dijo Damon, su tono lleno de posesividad.
Eiran soltó una leve risa sarcástica, liberando su brazo con un movimiento firme.
—Wow… Estoy aterrado —respondió Eiran con burla, alejándose con elegancia.
Aron, que había estado disfrutando de toda la escena, estalló en carcajadas una vez más.
—No puedo creer que un Ruiz haya sido rechazado tan descaradamente por un omega dominante. ¿Será esto parte de tu legado histórico, Damon? —comentó Aron, aún riendo.
Eiran, por su parte, ignoró las miradas de ambos. Sabía perfectamente que Damon no estaba interesado en él por lo que realmente era, sino porque no se dejaba intimidar por su actitud dominante. En el fondo, Eiran veía sus palabras como una mera obsesión pasajera, típica de un alfa acostumbrado a salirse siempre con la suya.
Eiran no tenía interés en involucrarse románticamente con Damon ni con nadie más. Si alguna vez consideraba una relación, debía ser con alguien que estuviera dispuesto a comprometerse al cien por ciento y aceptara ser evaluado exhaustivamente por su familia, que no perdonaría ni el más mínimo defecto. En este momento, cualquier tipo de relación estaba fuera de sus planes.
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