Sangre Traidora

El persistente timbre del teléfono de Aurora resonó por enésima vez. Amina, con la curiosidad haciendo estragos en su cabeza, alzó la vista__¿No vas a contestar?__ Preguntó, aunque la respuesta es evidente. No es la primera vez que Aurora ignora las llamadas; ya lleva días inmersa en un silencio telefónico.

__No voy a contestar. Es mi madre. Seguramente quiere dinero. Mi hermana menor tiene 'necesidades', y ahora que se ha instalado en la casa que compartí con Arnold, debe estar dándose cuenta de que su príncipe azul no era tan perfecto__. Aurora habló con una irritación que apenas oculta el dolor punzante en su interior. La idea de su hermana y su ex juntos, bajo el mismo techo, es una daga. Pero lo que realmente la enfurece es la actitud de su madre, quien parece aplaudir la traición hacia ella por parte de su hermana y su ex esposo como si fuera un logro.

__Sería el colmo de la hipocresía que tu madre te llamara solo para pedirte dinero para Aura. ¿Cómo se atreve, después de que se enteró de la infidelidad de Arnold con ella y de que te contagió de VIH? Ni siquiera ha tenido la decencia de preguntar cómo estás, si estás recibiendo tratamiento__.

Amina siente un nudo de furia y decepción arder en su interior. La mujer que debería ser el pilar de Aurora, su madre, se ha convertido en su verdugo emocional. Su favoritismo enfermizo, su ceguera ante las faltas de su hija predilecto y su perversa costumbre de premiar la maldad, son una afrenta a todo lo que Amina considera justo.

__El tema de mi madre pesa demasiado ahora. Mi prioridad es mi recuperación. Necesito concentrarme en reducir la carga viral hasta que sea indetectable, el primer paso para la fecundación in vitro. Y, por supuesto, debo reanudar las ventas de mi repostería online, mi sustento y una de mis pasiones__.

Una sonrisa de admiración se dibujó en el rostro de Amina mientras asentía. A pesar de las adversidades, de las heridas infligidas por su propia familia, y su ex esposo, la determinación de su amiga brilla ahora con más fuerza. Su sueño de ser madre, lejos de apagarse, se ha convertido en un faro de esperanza, una promesa de futuro que alimenta su inquebrantable espíritu de lucha. Como un junco que se dobla, pero no se rompe, ella personifica la perseverancia. Cada error es una lección, cada caída un impulso para levantarse con más ímpetu, desafiando la adversidad con una voluntad inquebrantable.

__¿Qué harás con Maximus si continúa insistiendo en algo más que una amistad?__. El nombre de Maximus resonó, quebrando la aparente serenidad de Aurora. La sonrisa se congeló, y una sombra de angustia se apoderó de su rostro. Intentó desterrarlo de su mente, usando el VIH como un escudo, pero el recuerdo de él persiste, como una cicatriz latente. La lejanía que ella impuso, paradójicamente, la ha herido más a ella. Dos fugaces encuentros y ese hombre se había tatuado en su alma, una presencia imborrable, y eso la asusta.

__Le dejé claro a Maximus que no soy la mujer para él. No quiero ponerlo en riesgo, no quiero que tenga que cargar con el mismo miedo y peso que yo__. La frustración se había convertido en su sombra, un eco constante en su vida. Las llamadas de su madre son puñaladas sutiles, recordatorios de un afecto condicionado, un interés que se evapora ante la ausencia de beneficios. No hay lugar para la preocupación genuina, para el consuelo ante su sufrimiento.

Como si la traición no hubiera sido suficiente, su hermana también se deleita en su dolor. La acosa con fotos de ella junto a Arnold, un recordatorio constante de su infidelidad, como un verdugo que disfruta cada golpe. Y por último, alejar a Maximus diciéndole que tiene VIH, aunque le destrozara el alma, es lo mejor. No puede permitirse ilusionarse de nuevo con el amor, solo para que la vida le lance un nuevo golpe aún más devastador que los anteriores.

__El amor posee una fuerza sorprendente. Cuando es genuino, trasciende cualquier obstáculo. Si dos almas están destinadas a unirse, encontrarán el camino. No te extrañe si Maximus, con su interés sincero hacia ti, halla la manera de estar contigo, sin importar tu condición__. Las palabras de Amina, cargadas de poesía y sentimiento, despertaron en Aurora el anhelo más profundo: verse a sí misma junto a Maximus, formando al fin la familia que siempre había deseado, unida por lazos de amor y comprensión.

Los dorados sueños de un futuro junto a Maximus, que Aurora veía en su mente con esperanza, se desvanecieron ante la cruda realidad de su diagnóstico, el peso de sus años y las cicatrices de un divorcio. Pero la sombra más grande es el temor paralizante a abrir de nuevo su corazón, a arriesgarse a amar y caer, una vez más, en el abismo del desengaño.

__Maximus se merece un futuro brillante, un amor que florezca en la realidad, no en las sombras de mi imaginación. Yo anhelo la felicidad tangible, la que se construye con los pies en la tierra, la que se encuentra en la maternidad y en las pequeñas alegrías cotidianas. El tiempo para los romances apasionados quedó atrás; ahora busco la serenidad. Confío en que el abogado Silvex, al conocer mi diagnóstico, comprenderá que nuestros caminos deben separarse. Deseo que encuentre un amor que le corresponda plenamente, un amor que yo ya no puedo ofrecerle__. La lógica le susurra a Aurora que ha tomado la decisión correcta, pero su corazón, con latidos caóticos, le grita que está cometiendo un error al alejar a Maximus. Él no es Arnold, lo ha demostrado con creces desde el primer instante.

La terquedad de su amiga, un defecto tan arraigado como una mala hierba, provocó un resoplido de frustración en Amina. Cuando una idea se le mete en la cabeza, es como una obsesión, una caída libre hacia un abismo, sin importar las advertencias de serpientes venenosas. Amina anhela que su amiga abra los ojos a tiempo, que no deje escapar la oportunidad de ser feliz, una dicha que se ha ganado a pulso.

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Holis 👋🏼.

Cada uno de sus 👍🏼👍🏼👍🏼 al final del capítulo me ayudan a llegar a muchos más lector@s.