Fénix

Capítulo 16

⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Cristin a los dos días salió a correr, pensaba en la discusión que había tenido con Gael. No había estado bien, porque para ser sincera él le gustaba mucho, era inteligente y educado sobre todo guapo. Esa manera varonil que lo caracterizaba no lo había visto en otro hombre, tenía el poder de ponerla de rodillas. Por eso actuaba a la defensiva, tenía que defenderse así misma.

Después del ejercicio matutino, hizo unas compras para preparar su comida favorita de ella. Sabía o por lo menos intuía que Gael volvería a buscarla, lo esperaría con una lasaña especial. No podía negar que él le agradaba bastante, aunque no aspirara a tener su amor, por lo menos tendría su atención y disfrutaría los momentos a su lado.

Pasó la mayor parte del día cocinando, mientras se horneaba la lasaña, tomó una ducha y se preparó para cualquier eventualidad, debajo de su vestido sencillo tenía puesta su lencería provocativa. Por si había suerte.

Más tarde comenzó a oscurecer, aún sin saberlo sus suposiciones se volvieron realidad. Llamaron a su puerta, sin esperar más abrió y efectivamente estaba ahí Gael frente a ella.

—Marina, ¿puedo pasar? Necesito hablar contigo.—preguntó Zaid

—Adelante Gael, te estaba esperando.—respondió Cristin

—Te ves hermosa como siempre.—la adulaba Zaid

—Gracias, estaba apunto de comer. ¿Me acompañas?.—preguntó Cristin

—Será todo un honor.—respondió Zaid

Zaid se sentó a la mesa, había dos lugares puestos sobre ella. una botella de vino y algunos panecillos en una canasta. Cristin llevó la lasaña hasta la mesa, se dispuso a servirla con un poco de ensalada. Zaid se sentía diferente, comprobaba cada vez más que Marina era especial.

—Huele delicioso, ¿tiene carne?.—preguntó Zaid

—No, la hice de vegetales. Es mejor, ¿por qué?.—preguntó Cristin

—Es que no como de todo, pero sin duda huele delicioso.—respondió Zaid

Cristin y Zaid disfrutaron de la compañía, del vino, de la comida y sobre todo del intercambio de sonrisas. Cristin sin que él insistiera en cuestionarla le explicó que había viajado a Estambul. Pero que solo había ido a conocer, Zaid la escuchaba atentamente. Después de unos minutos él se disculpó por su actitud, pero también le aclaraba que no podía estar lejos de ella, y que después de muchos años nuevamente tenía miedo de no volver a verla.

—Lamento haberte corrido, y haber sido tan hiriente. Pero le temo a las relaciones amorosas.—expresaba Cristin

—Comencemos de nuevo, quería disculparme por la visita de Dasha.—respondió Zaid

—ah ya sé quién, no le di importancia si algo he aprendido es a saber cuando la gente miente, todo lo que dijo fue desde su realidad. Pero lo que sucedió anoche sí fue molesto para mí, pienso que ambos debemos estar juntos desde nuestra libertad y disfrutarnos sin una atadura. No busco dinero y tampoco lujos, solo quiero que vayamos poco a poco, juntos y disfrutemos de nosotros.—decía Cristin

—Me has dejado sin palabras, acepto tus términos.—respondió Zaid

Se acercó a ella para besarla, ansiaba tanto sentir sus labios una vez más, se entregaban a cada beso a la pasión. Zaid disfrutaba de consumirse en su hoguera, sin duda para él Marina era fuego y despertaba en él sentimientos que pensaba dormidos.

Cristin no podía creer lo que sucedía entre ellos. El fuego entre ellos era inextinguible, incontrolable, quería acabar con su sed de las caricias de Gael, después de besarse y acariciarse sobre la ropa, Cristin dejó caer su vestido, estaba preparada solo traía puesta su lencería de encaje, eso volvía loco a Zaid.

Ella se montó sobre él para quitarle la camisa y desabrochar su pantalón, lo besaba pero al mismo tiempo pasaba su lengua por la oreja de Zaid. llenaba de besos su cuello, al mismo tiempo el también besaba cada centímetro de su piel, lamía sus senos. La agitación y los gemidos de Cristin eran embriagantes

—Quiero consumirme en ti.—le decía Marina

Zaid al escucharla se excitaba, la cargo para llevarla a la cama estaba hechizado por las caricias, estando ahí quería disfrutar de los movimientos de su cadera de Marina, había vuelto a él eso decía mucho de lo que tenían. No pudo contenerse más así que la acomodo para probar su parte íntima, disfrutó de ella arrancando los gemidos de Cristin, veía como su cuerpo se estremecía pidiendo más y más, Zaid no podía más solo quería hacerla suya, los gemidos de ella lo hacían enloquecer. Se posó entre sus piernas para unirse a ella, esta vez le excitaba sentirla así que omitió el preservativo.

Cristin volvió a morderlo y arañar su espalda, él se giró una vez más poniéndola encima. Para así poder acariciarla, mientras ella llevaba el control de la situación ella lo hacía gozar con el movimiento de sus caderas. Sin duda era un experiencia sublime, ahora más que nunca la sentía totalmente suya

—Soy tuyo, solamente tuyo.—le decía Zaid mientras la sostenía de los senos

Ella se acercó para besarlo pero sin separase de él, al mismo tiempo lo mordía en los labios. Derrochaban sensualidad, una vez más llegaron al clímax de su entrega, después quedaron abrazados. Había sido un encuentro agradable y muy apasionado. Una reconciliación para Zaid, pero para Cristin saciar su deseo carnal. Él la abrazaba a su pecho, a su vez besaba su frente.

—Ven conmigo a Dubai, pasaremos los mejores días en esa ciudad única. Quiero pasar el mayor tiempo posible a tu lado.—suplicaba Zaid

—Rechazaría la propuesta pero en verdad me gustas, y me gusta lo que tenemos. Iré contigo.—aceptaba Cristin

Zaid la llenó de besos y aunque estaba descansando, eso no impidió que volviera a seducirla para hacerla de nuevo suya. Llegó de nuevo hasta su parte íntima para acariciarla con sus dedos, después de sentir que ya estaba lista la embistió una vez más, quería hacerla disfrutar hasta el cansancio. Zaid amaba esos momentos a su lado ver su cabello largo moverse, su piel estremecerse al contacto y su centro dilatarse para que él la sintiera, no había comparación estaba loco por Marina. Sin darse cuenta una vez más, dormía con ella. Se sentía en el paraíso al dormir entre sus brazos.