Completa
La vida nos da siempre segundas oportunidades y donde hubo fuego cenizas quedan, eso decía mi abuela.
Ari conoce a Álvaro cuando apenas tenían 16 años, ellos se enamoran, Pero por las circunstancias de la vida hace que cada quien tome un camino distinto a lo que ellos pensaron.
El destino los junta reviviendo el pasado amor de adolescente que tuvieron y ahora con mas fuerza.
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Cap. 16: Jugando sucio
ALVARO GRUBSTEIN
Saliendo Ari del hotel. Entré al cuarto de Anne. Anne y Freddy estaban desnudos en la cama, bien dormidos. Tomé un par de fotos y salí discreto sin hacer ruido. Con esas fotos mi vida ha cambiado por completo. Por fin podré deshacerme de ella.
Regresé a mi cuarto. Después de tanto tiempo pude besar los labios de Ari, esos labios que yo tanto amo.
Pude haber escapado, Pero no quiero esconderme de nadie como si amar a una persona fuese un delito. Voy a luchar por ella, esperaré el tiempo necesario y ella será legalmente mi esposa.
Esa noche no pude dormir por pensar en Ari. A eso de las 4 de la mañana escuché un grito en la habitación de Anne. Me levanté y salí del cuarto. Anne sacaba a empujones al guardaespaldas.
— Te juro que no sé que pasó. Te juro que no pasó nada. No entiendo por qué el está en mi cuarto— Anne se mostraba un poco desesperada.
— No sabes. No puedo creer que tu amante sea él.
— Joven, le juro que no es lo que parece.
Entré de nuevo al cuarto. Reí de felicidad.
— Álvaro, Abre. Tienes que creerme.
Llamé a mi padre en videollamada. Él respondió.
Abrí la puerta y le mostré a Anne.
—Mira padre.
— Suegro, le juro que no he hecho nada con el guardaespaldas, no sé qué pasó— Anne colapsó.
— Ahí está tu candidata. Me fue infiel. Quiero el divorcio. No quiero estar con ella— le decía a mi padre mientras cerraba la puerta.
Mi padre no entendía lo que sucedía. Siendo honesto, no me gusta jugar sucio. Pero no me dejan más opciones.
— ¿Qué es ese teatro que tienes? ¿Qué pasa?
— No acabas de ver, Anne se acostó con el guardaespaldas. Es claro eso. No quiero estar con una mujer que diga que me quiere Pero se acuesta con otro.
— Regresen de inmediato. Es una orden.
Me preparé con mi equipaje y salí rumbo a mi país. El viaje había terminado. Anne me siguió. El guardaespaldas no supe que se hizo. Me imagino que huyó.
— Fuiste tú, quien hizo algo— Anne hablaba sin parar— esto tuvo que ser un plan tuyo. No soy estúpida. Eres un maldito. Sabes muy bien que jamás me acostaría con alguien más.
— Yo no he hecho nada. Acaso yo te obligué a acostarte con él. Venimos y cada quien fue a su habitación. Tú eres la única dueña de tus acciones.
Íbamos en el mismo vuelo, en lugares distintos. Llegué a la casa de mis padres y subí a mi habitación. Puse mi equipaje.
Le escribí un mensaje a Ari.
— Solo espera un poco más. Te prometo que estaré contigo pronto. Tuve que regresar de inmediato con mis padres.
El mensaje fue leído.
Sé que puede ser difícil al inicio, Pero Ari tiene que confiar en mi.
Mi padre entró a mi cuarto, pensando que después de lo que había pasado con Anne sería libre, Pero estaba muy equivocado.
— Regresa con tu esposa. No me interesa quien te engaña. Tu matrimonio es un acuerdo comercial, he invertido millones de dólares para que tú seas el que herede lo de tu esposa.
— ¿Qué?
— Lo que escuchas.
— ¿No soy tu hijo? Porque me haces esto. No viste que ella me engaña. Mi vida es un chiste para ti. Me casé e hice lo que me pediste. Ella está con otro y a ti solo te importa tu acuerdo comercial. No te entiendo. Estoy pensando en renunciar a este apellido que tanto pesa.
— El amor no existe. Deja tu niñeria.
— Papá.
Mi padre salió del cuarto. Estaba muy molesto. Me harté de lo mismo, me harté de ser un juguete en las manos de mi papá. Todo este tiempo he hecho lo que mis padres han querido Pero solo por esta vez voy a desobedecer.
Ese día tomé una decisión. Fui a la suite. Anne estaba ahí.
—Le dices a tu papá que te vas a divorciar de mí o envío al diario tu foto con el guardaespaldas. Tú eliges.
— ¿Qué foto?
— La que te acabo de enviar.
Ella tomó su celular y miró la foto.
— Eres un desgraciado. Fuiste tu.
— Decide ya.
— No quiero divorciarme. Yo te amo.
— A qué diario lo envío, escoge y seré muy claro NO TE AMO.
Anne se acercó y me dió una cachetada. Salió de la suite.