Maja es una hacker que obtiene un trabajo importante para buscar a la esposa de un enigmático empresario que fue secuestrada. Pero comienza una relación prohibida con ese hombre. Un amor imposible que sería infinito.
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Capítulo 9. Planta Orquídeas.
Amor Infinito.
Elsa Isasa.
Capítulo 9: Planta Orquídeas.
Maja despertó con un golpecito en la puerta. Se había dormido profundamente después que el señor Valente la trajera alzada a su recámara y la acostara con un último beso.
– ¿Quién?- dijo.
– El doctor Maja. Vengo a ponerte una inyección para evitar embarazos.-
–No me gustan las inyecciones - dijo.
– Solo esta. Luego seguirás con pastillas. Te dejo un paquete y las formas de tomarlas.
Maja aceptó la atención del médico. El señor Valente no quería otro hijo. Ya tenía uno, con Magdalena, su esposa pérdida.
–Es lógico -pensó y trató de contener las lágrimas.
No quería pensar en eso. Solo en la mágica noche que tuvieron. Quería acallar todos los remordimientos y las culpas.
Quería disfrutar de esto que le inundaba.
No vió al señor Valente. Solo atendió a su hermano todo el día y recorrió los sistemas con la búsqueda inteligente de la app de reconocimiento fácial que había logrado urtar de los equipos policiales. Dejó en su computadora abierta la búsqueda en forma continua.
Caminó con su hermanito por el parque y luego se sentó a hablar con el en un banco repujado del jardín.
– Fue allí que contó a Bruno de la muerte de sus padres. Trató de hacerle entender que la gente que los buscaba era peligrosa y que allí tenían protección y cuidado.
Su hermano lloró bastante prendido en sus brazos.
– Maja. Que suerte que el señor Valente nos cuida. Tu trabajas para el y podemos vivir acá siempre. La Señora Paula nos quiere mucho y el señor Andreas también.Somos felices. Verdad hermana?-- su voz aún era un poco ronca pero se le entendía con claridad.
– Bruno. Yo estoy aquí buscando a la señora Magdalena y al hijo del señor Valente. Cuando los encuentre terminará mí tarea. ¿Entiendes? Y allí nos iremos. Pero te prometo que seremos felices juntos. Tu y yo hermanito. –
– Quizá si le pides puede darte otro trabajo. -
– No Bruno. Nos iremos. Sin decir nada a nadie. Promete que esto es entre tu y yo. Promete hermanito.--
– Prometido Maja. –
Leonardo Valente los miraba desde su escritorio. Los vio conversar y vió como ella le consolaba mientras él lloraba.
Vió a Bruno parar de llorar y empezar a caminar despacio junto a su hermana. Los vio detenerse mirando asombrados y acariciando con sus manos una flor silvestre que nació entre las piedras.
– Andrea. Manda a hacer un parterre en el jardín con flores. orquídeas.
–Flores. Pero tu hiciste arrancar todas. Además las orquídeas cuelgan. No sé plantan en la tierra. –
–Busquen un lugar. Quiero orquídeas. A Maja le gustan.--
–¿A Maja? Te estás enamorando de esa chica? Aún eres un hombre casado, no lo olvides.--
– No me olvido. Quiero encontrar a mí hijo. Pedí a Maja que lo busque.
– A tu hijo y a tu mujer.
– Si. Claro. A mí hijo y a Magdalena. -
– Bien. Hablaré con el jardinero. Tenemos arbolito de navidad y tendremos flores. Será un fin de año distinto.
– Lo es Andrea. Es muy distinto. - dijo.
Recordó la noche anterior y el deseo volvió a morderle las entrañas.
¿Estaría Maja muy dolorida? Era virgen. Nunca había hecho el amor con alguien virgen. Ni con su propia esposa. Decían que perder la virginidad era doloroso. Maja no había gritado. No sé había quejado. Solo la sangre en sus piernas quedó como vestigio de su doncellez pérdida. Solo la sangre y la estrechez de su apretando su masculinidad con fuerza.
La quería otra vez ahora. En este mismo momento junto a el.
Quería tenerla cada noche y sentir su aroma cada día.
El médico le aviso que la atendió y le puso el inyectable del día después y le dejo suficiente provisión de anticonceptivos.El realidad el debería cuidarse también, muchas veces los anticonceptivos fallan. Pero sentir su cuerpo desnudo rozando el otro cuerpo le producía un placer demasiado intenso.
Recuperó el olfato, el sabor y su sexualidad. Esa mujer se lo había devuelto. Y todo a la máxima potencia.
No creía nunca haber sido tan feliz como esa noche.
Maja por primera vez llevó a su hermano a comer al comedor. Esa noche todos hablaban y reían con Bruno y con ella. Parecían familia. Una familia prestada pero familia al fin.
Acostó a su hermano que ya dormía sin enfermera cuidándolo.
– ¿duermes conmigo Maja ?
– Trabajaré un rato más Bruno. Duérmete hermanito. –
Pero Maja quería volver a su recámara a esperar el llamado.
Se baño y se puso un vestidito sobre su cuerpo desnudo. Y esperó el mensaje. Pero el mensaje no venía.
Leonardo Valente no podía dormir. Caminaba de un lado a otro en su recámara.
Estará dolorida. Estará bien. Le habrá gustado. Me extrañara como yo la Extraño. - miles de pensamientos bullian en su cabeza. Se baño también y se puso una salida de baño sobre su cuerpo. Luego se tiró en la cama. No había dejado que nadie entrara en su habitación. La cama tenía el olor de Maja y quería conservarlo.
– Estás despierta aún. Te Extraño. Quieres venir ? -Escribió en el mensaje.
Maja estaba casi dormida cuando el sonido del celular la despertó.
Con los ojos brillantes de lágrimas leyó el mensaje.
Solo se levantó y corrió por los pasillos a las dependencias de su jefe. De su amor. Un amor prohibido. Pero aún así, era el suyo.
Apenas golpeó la puerta el abrió la recámara y la abrazó allí en el umbral.
Sus labios se prendieron desesperados.
Las manos de Leonardo abrazaron su cuerpo desnudo debajo del vestido de flores. Y se prendieron de sus glúteos.
La profundidad del beso hizo gemir a ambos.
Paula miraba en una esquina sombría del corredor. Vió el beso y como el la levanto sobre su cintura y cerró la puerta.
Por fin olvido a esa malvada - se dijo y marchó ella también a sus habitaciones.
– Hoy no necesitara whisky ni cigarros. Tiene a Maja. - penso mientras cerraba los ojos en paz.
La forma d narrar d la autora es bellísima y llega a los sentimientos t transporta y t hace vivir la historia
Bendiciones
El mató a los papás d Maja