Ambos creían haber encontrado su final feliz, pero les rompieron el corazón de la forma más cruel.
NovelToon tiene autorización de Nix Agriche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 17
...Helios....
Nunca he probado algo tan delicioso como los labios de Oriana. Su boca es tan dulce, cada beso suyo se siente como una explosión de pasteles de crema en mí boca.
Sus labios, tan pequeños y a la vez regordetes, saben a gloria.
Su piel canela me incita a querer recorrer cada curva de su perfecto y hermoso cuerpo, me invita a adorarla, amarla, venerarla. Sólo quiero grabar en mí mente cada uno de esos hermosos sonidos que salen de su encantadora boca, cada jadeo, gemido... ¡TODO!
Quiero todo de ella.
—No puedo dejar de pensar en ella, Nathan –Musité, mientras enterraba mí cabeza en mis manos en señal de frustración–.
Él me observó, mientras comía tranquilamente su desayuno.
—No me dijiste que ocurrió anoche.
Solté un largo suspiro y asentí, era cierto, quería mantener mis acciones vergonzosas en secreto, pero mí amigo me conocía demasiado bien como para lograr engañarlo.
—Estaba muy celoso al pensar en ella con ese imbécil... Aún más con ese bikini pecaminoso que usaba.
El muy idiota se empezó a reír a carcajadas de mí, ¿Por qué diablos tuve que abrir mí bocota?
—¿Qué tiene de malo el bikini? Creo que se veía sexy.
—¡¡NO SE TRATA DEL MALDITO BIKINI!! –Se rió aún más al ver mí rostro rojo por la vergüenza–. Se trata de que me irritó verla con otro.
—O sea, en pocas palabras, estás celoso de tu bonita y joven asistente.
No respondí, pero mí expresión lo decía todo, lo que sólo lo hizo reír aún más. Pero no me importaba, sólo podía pensar en los deliciosos labios de Oriana, quería que despertara para poder hablar con ella sobre anoche.
—Hermano, si quieres dejar de pensar en Oriana, entonces ven conmigo a una fiesta ésta noche –Sonrió, mientras se recostaba en su asiento–. La preciosa brasileña con la que me acosté va a llevar muchas amigas, quizás tener sexo te ayude a no pensar en Oriana.
Su sugerencia era tentadora, pero escucharlo me causó repulsión, es decir, ¿Qué pensaría Oriana de mí si voy con otra mujer luego de haberla besado a ella? No, yo no soy así.
—Gracias, sé que intentas ayudarme, pero paso. No me interesa ir a divertirme con una mujer desconocida, prefiero quedarme aquí con mis pensamientos, mientras descubro cómo acercarme a Oriana nuevamente.
—Bueno, si cambias de opinión, avísame –Nathan se puso de pié y salió del lugar, dejándome solo con mis pensamientos–.
No pasó mucho tiempo, cuando escuché pasos acercándose a la sala. Levanté la vista y ahí estaba ella, la mujer en la cuál no dejo de pensar, aquélla a la que besé y quiero seguir besando. Su rostro estaba hinchado, pero sólo se veía aún más hermosa y adorable para mí.
—Buenos días... –Murmuró, mientras frotaba sus ojitos. Rápidamente me puse de pie y me acerqué a ella, necesitaba tocarla, pero tampoco quería espantarla con mí raro actuar–.
—Buenos días, bombón de licor... –Tomé suavemente su mano y besé su dorso. Ella bostezó sin prestar mucha atención a mí acción y me abrazó, acurrucandose en mí pecho. Rodeé su pequeño cuerpo con mis brazos, enterrando mí rostro en su cabello, sintiendo su delicioso y floral aroma–. ¿Dormiste bien? ¿Tienes resaca? Te haré un poco de té, ¿Te gustaría eso?
—Estoy bien... –Murmuró oculta en mí pecho, comencé a acariciar su hermoso cabello largo, mientras trataba de calmar los latidos de mí corazón, pero sabía que ella ya se había dado cuenta de lo nervioso que estaba–.
—Sobre anoche, yo...
—¿Por qué me besaste? –Cuestionó, interrumpiéndome–. Helios, dime la verdad, ¿Por qué hiciste eso? No quiero tener falsas esperanzas, sobretodo cuando se trata de un hombre que estuvo casado quince años con otra mujer. Entonces, sé honesto conmigo, ¿Por qué me besaste?
Sí, ella necesitaba una respuesta digna de si. Una mujer que siempre fue honesta, desde el primer día, una dama que que me apoyó aún sin conocerme, ¿Cómo podría no decirle la verdad, cuando toda ella es tan pura?
—Porque quise.
—Helios, no estoy para bromas.
Solté un largo suspiro, pensé detenidamente qué decirle, no quería mentirle y tampoco quería presionarla. Pero no me quedaba otra opción que ser completamente honesto con ella.
—Te besé porque estaba celoso –Admití–. No quiero que otros hombres te toquen, te besen, se acuesten contigo y, por dios, ni siquiera quiero que te miren. No pretendo darte falsas esperanzas y tampoco quiero prometerte cosas que no cumpliré, pero me siento atraído por ti, Oriana. Sé que soy mayor, soy consciente que estuviste una relación con un chico con el que casi te casas, sé que aún te duele —Me detuve un momento, pensando mis palabras y continué–. Sé que sabes que estuve casado por quince años y, aunque yo pedí el divorcio, no quería que acabara así. Ambos estamos heridos y no hemos sanado, pero me siento atraído por ti, no sé si sientes lo mismo, tampoco estoy seguro de adónde iremos a parar, pero quiero intentarlo.
Ella se quedó estupefacta ante mí confesión, me sentí avergonzado de mí mismo por haberme dicho lo que sentía, pero no podía permitir que ella se fuera.
—No quiero presionarte, ni tampoco forzar nada, sólo quería que supieras lo que siento por ti –Tomé suavemente su rostro en mis manos y deposité un pequeño beso en sus perfectos labios–. Iré a hacerte el desayuno.
Sin esperar una respuesta, me fui a la cocina, dejándola sola en la sala de estar.
cómo estas
cuentame