Maryory Williams es una mujer de 33 años de edad periodista de profesión cuya carrera está a punto de ser destruida por defender a su antiguo amor de la secundaria y se encuentra en un momento muy importante de su vida porque debe enfrentar su mayor reto profesional, Porfirio Ruíz es un hombre de 33 años, un exfutbolista exitoso el cual está enfrentando el peor momento de su vida
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Capítulo XVI: Asumir responsabilidades
Mientras, que Maryory y Porfirio se encontraban dormidos, ignoraban el caos que se produjo debido a la sorpresiva muerte de Dalia, debido a que los medios de comunicación difundían rumores sobre la posible causa de su deceso
-¿Cómo puedes verte tan bien a esta hora? – Murmuró Maryory
Maryory se despertó y al principio se preocupó cuando no reconocía la habitación, aunque luego recordó donde
se encontraba y de quién eran los brazos que la estaban estrechando en ese momento y aún le parecía como un sueño, alzó la vista para observar a Porfirio y lucía tan apacible y relajado en ese momento que le costaba creer que se trataba del mismo hombre con el cual tuvo sexo duro la noche anterior, y aún le costaba creer que tuviera tanta resistencia y fuera tan apasionado y creativo y cuando esas imágenes regresaban a su mente se encendía nuevamente, con su mano acarició su mejilla y sentía un rastrojo de barba
-¿Quedaste con ganas de más? – Preguntó Porfirio
Porfirio era una persona de sueño muy liviano y este problema se le presentó cuando solicitó su divorcio y ahora tenía problemas de insomnio, así que en cuanto ella comenzó a moverse en la cama se despertó de inmediato, y cuando recordó la noche anterior su hombría se despertó nuevamente.
-Debes estar bromeando – Dijo Maryory
Porfirio se abalanzó sobre ella ante el asombro de Maryory porque no estaba preparada para esta reacción, él repartía besos en su cuello, jugaba con sus pechos y con su rodilla separó sus piernas para introducirse en ella una vez más y aunque fue muy posesivo Maryory estaba encantada además de que la sincronía de sus cuerpos era perfecta
-¿Te parece que estoy bromeando? – Preguntó Porfirio mientras movía sus caderas
Maryory no sabía si era debido a todo el tiempo que lo había deseado, todo le parecía excepcional, y debía admitir que Porfirio había sido su mejor amante, incluso ella que era tan controlada no paraba de gritar y gemir debido a su manera tan dominante de hacerle el amor, esta vez alcanzaron el clímax al mismo tiempo, lo cual era la primera vez que le ocurría a ambos, estaban sudorosos y sin aliento cuando el estómago de Porfirio sonó advirtiéndole que era momento de desayunar
-Porfirio tengo que regresar a mi casa – Dijo Maryory
-Por lo menos desayunemos juntos – Insistió Porfirio
Para Maryory fue muy placentero observar a Porfirio mientras hábilmente preparaba el desayuno para ambos y fue agradable sentarse juntos en la mesa de la cocina para disfrutarlo y estaban tan absortos el uno en el otro que no se dieron cuenta de que sus teléfonos estaban apagados y aunque Porfirio no deseaba que ella se marchara sabía que ya no podía retenerla más tiempo
-Maryory – Dijo Porfirio con un poco de incomodidad
Porfirio estaba un poco preocupado porque no usaron protección la noche anterior, aunque luego recordó su
condición y se encogió de hombros porque después de todo no es como si ella pudiera quedar embarazada
-¿Qué pasa Porfirio?
-Maryory solo quería decirte que la pasé muy bien anoche
-Yo también la pasé muy bien anoche
Maryory dejó el lugar con mucho pesar porque sentía que nunca tenía suficiente de Porfirio, pero luego recordó
que era un evento único y que no debía comportarse de forma tan pegajosa o perdería su amistad
-¿Qué demonios es esto? – Preguntó Porfirio
Luego de que Maryory se marchara, Porfirio tomó una ducha y decidió revisar su teléfono y se encontró con
la noticia de lo ocurrido la noche anterior y cuando conversó con Santiago se sintió aliviado porque algunas personas lo acusaban
-No te preocupes Porfirio, que ya me estoy encargando de esta situación – Le aseguró Santiago
Cuando Maryory llegó a su casa se encontró con su madre con una expresión de preocupación en su rostro
-¿Mamá porque tienes esa expresión?
-Sé que ya eres una adulta, pero estaba preocupada por ti debido a esto
Matilde le mostró la noticia y Maryory estaba atónita porque la noche anterior Dalia se encontraba muy saludable y leer sobre su muerte era sorprendente
-Mi hija no era una adicta – Insistía el padre de Dalia
Los padres de Dalia insistían en que hubo juego sucio y que debían investigar las causas de la muerte de su hija y cuando poco después llegaron los padres de Porfirio la situación se volvió más caótica porque apoyaban lo que decían estas personas a pesar de que prácticamente estaban acusando a su propio hijo de ser responsable de lo que le ocurrió a Dalia
-Al parecer este par se olvidaron de las advertencias que le hizo Porfirio – Dijo Santiago
Santiago no podía creer el nivel de estupidez de estas dos personas, aunque estaba seguro de que este sería el fin de cualquier relación entre Porfirio y sus padres en el futuro
Luego de su tensa conversación, Ronald se fue tras Carelia, además estaba preocupado de que hubiera tomado la jeringuilla que traía en su bolsillo, se apresuró hasta alcanzarla y la sujetó de su brazo, lo cual la hizo detenerse y volver el rostro para observarlo
-¿Carelia me estás amenazando? – Preguntó Ronald con asombro
Carelia lo observó con frialdad y puso una expresión muy severa porque quería que Ronald se diera cuenta del problema en el cual se encontraba si no hacía lo que ella quería
-No, solo te estoy advirtiendo cariño, porque Dalia y tú dejaron un rastro de migajas que cualquier persona fácilmente puede descubrir
Ronald finalmente cayó en cuenta de que su prometida era consciente de los planes que tenía con Dalia para deshacerse de Maryory, aunque realmente esperaba que no estuviera enterada de lo que habían hecho durante todo este tiempo.
-Carelia, no sé de qué estás hablando – Dijo Ronald
-No importa cuanta demencia finjas porque igualmente vas a estar en problema si no mantienes tu boca cerrada – Dijo Carelia
A la mañana siguiente los padres de Dalia estaban muy abatidos y regresaron a su hogar porque ya no podían hacer nada por ella y en cuanto se enteraron de la presencia de Milena se enojaron mucho e intentaron correrla del lugar
-Tú no tienes nada que hacer aquí – Dijo la madre de Dalia
A pesar de que se encontraba en una situación muy incómoda, Milena se negaba a irse debido a que se sentía comprometida de que ambos niños estuvieran a salvo
-Soy la niñera autorizada por el tribunal y hasta que no cambien la situación de los niños mi función es cuidar de su bienestar
-A Porfirio no le interesan los niños, así que nada tiene que opinar – Gritó María
Milena permanecía impasible ante la situación tan hostil que estaba en el lugar, era insultada tanto por los padres de Dalia como los de Porfirio por desgracia, los gritos de las personas se escuchaban en la habitación haciendo que finalmente los niños se despertaran y estuvieron muy asustados porque no comprendían lo que estaba pasando y porque había personas gritando en la puerta de su habitación
-No abras la puerta – Dijo Eusebio a Federico
Federico era un niño muy curioso y al escuchar los gritos deseaba saber qué estaba pasando, no obstante, debido a la advertencia de Eusebio, se abstuvo y ambos se acercaron a la puerta para intentar escuchar sobre lo que hablaban los adultos y fue así como se enteraron de la muerte de su madre y fue aterrador escuchar a sus abuelos como hablaban sobre ellos dos y fue inevitable que ambos comenzaran a llorar
-Voy a llamar a papá – Dijo Federico
Por lo general, Eusebio no estaría de acuerdo, pero no le agradaban sus abuelos y sentía mucho miedo, así que asintió en señal de acuerdo
-Está bien llama a nuestro papá – Dijo Eusebio
Porfirio, desde que leyó la noticia, se encontraba respondiendo preguntas a los medios de comunicación afirmando que no tenía información sobre lo ocurrido con su exesposa y en el medio del caos recibió una llamada de Federico y aunque por lo general lo evitaba esta vez fue diferente, ya que por años lo consideró su hijo así que estaba muy preocupado por su situación
-Papá ven a buscarme por favor – Dijo Federico antes de comenzar a llorar
Porfirio se sentía en conflicto en ese momento, aunque debía admitir que aún tenía sentimientos por los niños y ahora que Dalia había muerto estaban solos, no era momento para el orgullo sino para asumir responsabilidades
-No llores hijo porque papá ya va a buscarte – Respondió Porfirio
Porfirio no sabía si se arrepentiría de su decisión en el futuro, sin embargo, su conciencia no le permitía abandonar en este momento a los dos niños a los cuales consideró sus hijos por tanto tiempo