Esta es una historia sobre un joven Omega llamado Kalet de campo que conoció a un Joven Alfa llamado Asher que era famoso por los alrededores por ser el hijo de uno de los hombres más ricos
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Más problemas??
La Conversación del Futuro
En la casa de los Jenkins, el señor Jenkins se sentó con su socio en el salón, disfrutando de un whisky mientras hablaban de negocios. La conversación fluía suavemente, hasta que el tema de la cita salió a la luz.
"Bueno, ya le dije a Asher sobre la cita", dijo el señor Jenkins, sonriendo. "Seguramente se llevará bien con tu hija".
Su socio asintió, sonriendo también. "Ah, ok... ojalá que sí... Tal vez un día se casen".
Ambos hombres se rieron, imaginando un futuro próspero y feliz para sus hijos. El señor Jenkins se sintió satisfecho de haber arreglado la cita, convencido de que era lo mejor para su hijo.
"Será un matrimonio perfecto", dijo el señor Jenkins. "Unión de dos familias influyentes, un futuro asegurado para nuestros hijos".
Su socio asintió en acuerdo. "Sí, será un gran negocio... y una unión feliz".
Mientras ellos hablaban, Asher seguía conversando con Kalet por teléfono, sin saber que su padre y su socio estaban planeando su futuro sin considerar sus sentimientos.
La ironía era que Asher estaba enamorado de Kalet, pero su padre y su socio estaban decididos a unirlo con la hija de su socio, sin importarles la felicidad de Asher.
La Confrontación
Kalet salió de su casa para recoger unos huevos y verduras para el desayuno, disfrutando del sol matutino. De repente, un auto lujoso se detuvo cerca de su casa. Un elegante señor bajó del auto y se acercó a la casa de Kalet.
Kalet se acercó, curioso, y preguntó: "¿En qué puedo ayudarlo?"
El señor lo miró fijamente y preguntó: "¿Eres Kalet?"
Kalet asintió, sintiendo una sensación de inquietud. "Sí, soy Kalet".
El señor se presentó: "Soy el señor Jenkins, el padre de Asher".
Kalet se sintió nervioso, intuyendo que algo no estaba bien.
El señor Jenkins continuó: "Kalet, necesito hablar contigo sobre mi hijo. Asher es un chico menor de edad, todavía no sabe lo que hace y está confundido. No es adecuado que estés saliendo con él".
Kalet se sintió avergonzado y ofendido. "¿Qué quiere decir?", preguntó, intentando mantener la calma.
El señor Jenkins insistió: "Quiero decir que debes alejarte de mi hijo. No es saludable para él estar en una relación contigo".
Kalet se sintió herido y confundido. "¿Por qué?", preguntó, con lágrimas en los ojos.
El señor Jenkins preguntó: "¿Cuántos años tienes, Kalet?"
Kalet dudó antes de responder: "Tengo 23 años".
El señor Jenkins se sintió satisfecho con la respuesta. "Eso es lo que pensaba. Eres demasiado mayor para mi hijo. Déjalo en paz, Kalet".
Kalet se sintió devastado, como si su mundo se estuviera derrumbando. Se alejó, casi llorando, y se refugió en su casa.
El Consuelo del Abuelo
El señor Jenkins se fue, dejando a Kalet sumido en una profunda tristeza. Kalet se encerró en su cuarto, llorando desconsoladamente por las palabras hirientes del padre de Asher.
"Asher me ama, él me lo dijo...", repetía Kalet, intentando convencerse de que la relación con Asher era real y verdadera. "Además, Asher y yo... a él no le importa que yo sea un poco mayor que él".
Pero las palabras del señor Jenkins habían sembrado la duda en su mente. Kalet se sentía inseguro y confundido.
Justo entonces, la puerta de su cuarto se abrió y su abuelo entró. El abuelo de Kalet era un hombre sabio y amoroso, siempre dispuesto a escuchar y ayudar.
"Kalet, ¿qué te pasa?", preguntó el abuelo, notando las lágrimas en los ojos de su nieto.
Kalet se secó las lágrimas y miró a su abuelo. "El padre de Asher vino aquí", dijo, con la voz temblorosa. "Me dijo que me alejara de Asher porque soy demasiado mayor para él".
El abuelo se sentó junto a Kalet en la cama y lo abrazó. "No te preocupes, Kalet", dijo. "Tú sabes que Asher te ama, y eso es lo que importa. La edad no es un obstáculo para el amor".
Kalet se sintió un poco mejor con las palabras de su abuelo. "Pero ¿y si Asher se rinde?", preguntó. "¿Y si su padre lo convence de que no soy adecuado para él?"
El abuelo sonrió. "Asher es un chico inteligente y valiente", dijo. "No se dejará influir por las opiniones de los demás. Él sabe lo que siente por ti, y eso es lo que importa".
Kalet se sintió un poco más tranquilo, gracias al consuelo de su abuelo. Pero aún tenía miedo de perder a Asher.
El Miedo al Abandono
Kalet no podía sacudir la sensación de inseguridad que había surgido después de la visita del señor Jenkins. A pesar de que Asher le había dicho que lo amaba, Kalet no podía evitar sentir que estaba perdiendo el control de la situación.
"¿Y si Asher se rinde?", se preguntaba Kalet. "¿Y si su padre lo convence de que no soy adecuado para él?"
Kalet había empezado a considerar la posibilidad de terminar con Asher antes de que él mismo se alejara. No quería ver cómo Asher se distanciaba poco a poco de él, cómo su amor se desvanecía.
"Tal vez es mejor que termine con él ahora", pensaba Kalet. "Antes de que él me deje".
Kalet se sentía atrapado en un ciclo de miedo y duda. No sabía qué hacer, ni cómo protegerse del dolor que podría venir.
"¿Por qué tengo que sufrir?", se preguntaba. "¿Por qué no puedo tener una relación feliz y tranquila?"
Kalet se levantó de la cama y se dirigió a la ventana. Miró hacia fuera, perdido en sus pensamientos.
"Asher me ama", se recordaba a sí mismo. "Pero ¿es suficiente?"
La respuesta no era clara. Kalet sabía que debía hablar con Asher, pero temía la reacción de su amado.
La Cita Obligada
Asher estaba en su cuarto, eligiendo un atuendo adecuado para la cita con la chica que su padre había organizado. Se miró en el espejo y suspiró.
"Tal vez algo casual estará bien", se dijo, eligiendo una camisa y pantalones vaqueros.
Mientras se vestía, no podía evitar pensar en Kalet. Sonrió al recordar su sonrisa, su risa y sus labios.
"Ojalá mi cita fuera con Kalet", se dijo, con un suspiro. "Él es tan lindo y divertido. Además, sus labios saben tan bien... La manera en que se sonroja es tan adorable".
Asher se sentó en la cama, perdido en sus pensamientos. Deseaba poder pasar cada día con Kalet, compartir momentos juntos y disfrutar de su compañía.
"Pero no puedo", se recordó a sí mismo. "Mi padre no lo aprobaría. Y ahora tengo que ir a esta cita ridícula".
Asher se levantó y se miró en el espejo. Se sintió como si estuviera viviendo una mentira, como si estuviera traicionando a Kalet.
"No puedo hacer esto", se dijo, con determinación. "Tengo que encontrar una forma de salir de esta cita y estar con Kalet".
Asher sacó su teléfono y miró el número de Kalet. Quería llamarlo, hablar con él y decirle lo que sentía.
Pero algo lo detuvo. El miedo a su padre, el miedo a la reacción de su familia.
