Una historia, en el que el amor se pone en juego de distintas maneras; desde la forma en que se puede encontrar de acuerdo a la actualidad en la que vivimos; poniendo un ejemplo de todo lo que puede pasar en una relación, cuando la sinceridad y la confianza son la base de la misma y como el pasado puede volver a nosotros, pero es decisión de cada uno si lo acepta además de las condiciones en que lo hacemos.
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LA CEREMONIA RELIGIOSA
Al momento de brindar se relajan un poco, para quitarse los nervios y prepararse, para el paso más importante, así que una vez decididos hacen una reverencia ante la foto del papá de Carlos, se dirigen a la iglesia esperando a la novia y su equipo mientras los invitados van llegando, los empiezan a dividir del lado de la novia y del novio.
Mientras ese pequeño brindis ocurre, la novia y sus damas de honor se cambian el vestuario, algunas agregando detalles y la novia cambiando totalmente el vestido, siendo, su segundo atuendo, un vestido blanco sin mangas ni hombros, con el corsé en forma de V siendo esta característica con trasparencia y lo demás de encaje, con una falda, la cual sé ancha en la cadera llena de brillos y adornada con una cinta aumentando la femineidad, completando el atuendo con unas zapatillas de tacón de 15 cm blancas y un velo de tul lleno de brillo.
Liz:
Listas chicas, es hora de irnos a la iglesia
Todas:
Listas
Liz:
La limusina nos espera para llevarnos a la iglesia
El primero en llegar a la iglesia son el novio y sus padrinos, tomando posiciones, mientras esperan a la novia y sus damas, las cuales llevan unos considerables, 10 minutos de retraso.
Omar:
Típico de las bodas, la novia no puede llegar a tiempo
Diego
2: Si es típico, pero si lo vemos desde otro punto de vista da tiempo a que lleguen los invitados
Diego
1: Eso sí, pero también el que se cambian, en lo que se arreglan, en lo que se peinan, si no se tardaran sería raro
Carlos:
No lo niego, pero en este caso, pues sí tienen un poco de justificación, sé tienen que preparar bien, ya que no me negaran que algunos invitados les gusta criticar y no pueden dejar ni el más mínimo detalle al azar
Omar:
Oye, ¿y qué aras si llega ya sabes quién?, según recuerdo vive por aquí
Carlos:
No pasa nada, no creo que no se hayan dado cuenta, pero algunos de aquí no son invitados precisamente, contrate seguridad, por si acaso, pero no creo que aparezca ya sería demasiado, atentos chicos, ya vi la limusina prepárense y alguien avísele al padre que ya llegaron la novia y sus damas de honor.
Pasados
diez minutos llegan la novia y su cortejo, dando inicio a la ceremonia; siendo Carlos, entregado por su mamá y Liz por su sobrino mayor, Esteban, en representación del padre de Liz que en paz descanse, avanzando por el pasillo mientras su sobrina más pequeña Marieli, quien lanza los pétalos de rosa para que pueda llegar al altar, en cuanto están frente al padre, Esteban se dirige a su nuevo tío diciendo.
Esteban:
Tío, te entrego a mi tía que es la segunda madre de todos, nosotros sabemos que la aras feliz, cuídala por favor, ella es muy especial.
Carlos:
Lo sé, no te preocupes la, are muy feliz
La ceremonia comienza, el padre empieza la misa, los novios tienen a sus damas y padrinos respectivamente a su lado, las lecturas de la biblia y las parábolas respectivas a la ocasión no se hacen esperar, siendo la más adecuada la parábola del banquete nupcial y conforme la misa transcurre, las palabras que no pueden faltar en una boda son pronunciadas.
Padre:
Si alguien se opone a esta unión que hable ahora o calle para siempre
Al fondo de la iglesia se escuchan un grito femenino, yo me opongo, se trata de Mónica, con un último intento desesperado por evitar la boda de Carlos, ante la mirada atónita de los invitados
Mónica:
Yo me opongo, Carlos, si te casas me mato hablo en serio, no permitiré que tengas otra esposa que no sea yo
Liz:
Amor ¿qué aras?
Carlos:
Tranquila mi amor, no te preocupes, yo me encargaré de esto
Mónica:
¿Qué aras? Si te casas me suicido aquí y ahora, no creo que puedas vivir con eso en tu conciencia
Carlos:
No caeré en ese truco, si lo fueras hacer no vendrías aquí, así que por favor vete de aquí y no vuelvas
Mónica:
No lo are, no te desharás de mi tan fácil
Carlos:
Te equivocas, previniendo este escenario, contrate seguridad, así que seguridad retírenla
Mónica es sacada a la fuerza y la boda continua sin ningún problema
Padre:
Si no hay nadie más que tenga alguna objeción, continuemos, por favor, intercambien anillos.
Carlos y Liz se entregan los respectivos anillos, los cuales son de oro blanco, las
cuáles relucen con el tono de piel de los novios; echo esto, el padre continúa con la misa.
Padre:
Hecho esto por favor entreguen las arras
Las arras son entregadas por el sobrino de Carlos, Abel, el cual cuenta con 10 años de vida, quien por lo ensayado hace cumplido a los novios.
Una vez realizado, el padre indica a la pareja lo que devén recitarse uno al otro.
Una vez realizado este acto, el padre continúa con la misa, culminado está con la aceptación de ambos cónyuges, al sagrado acto del matrimonio.
Padre
Liz, aceptas a Carlos, como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad
Liz:
Acepto
Padre:
Carlos, aceptas a Liz, como tu legítimo esposo, para amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad
Carlos:
Acepto
Padre:
Los declaro marido y mujer puede besar a la novia
Los
novios se dan un beso con toda su pasión y su amor, dirigiéndose hacia la limusina para llevarlos al salón
Todos:
¡ARRIBA LOS NOVIOS!
Mientras,
los recién casados, caminan por el pasillo, felices por sus nupcias, mientras el arroz, cae sobres las cabezas de estos, que sonríen ampliamente, dirigiéndose a la limusina, que los llevaría al salón de fiestas, donde celebrarían con todos sus seres queridos.
En la limusina, Carlos aprovecha para abrazar y besar a su esposa, con todo su cariño, mientras esta le corresponde, de la misma forma.
Carlos:
Ahora si mi amor, eres mía y solo mía
Liz:
Y tu mío cariño, que bueno que contrataste seguridad y sacaste a esa mujer
Carlos:
Contrate la seguridad por prevención, pero me alegra ver que mi instinto no me engaño, y hablando de instinto, hay algo que me está indicando que fue un acierto.
Liz:
¿Cuál amor?
Carlos:
El pedir una limusina con vidrio polarizado y rentar el salón retirado
Carlos
se abalanza sobre Liz, aprovechando el tráfico y la distancia, para que Liz sé pudiera arreglar después de todo como si nada hubiera pasado.