Mi Dulce Fugitiva

Muy avergonzada, Helena bajó la cabeza y comenzó a llorar, sus lágrimas cayendo debajo de la mesa haciendo un pequeño ruido.

Al ver así a su amiga, Gaby dejó de regañar a Helena, se levantó, rodeó la mesa y se sentó muy cerca de Helena, quien pronto apoyó su cabeza en el hombro de Gaby y siguió llorando.

Gaby esperó pacientemente a que Helena abriera su corazón, cuando eso no sucedió, Gaby habló primero:

—Ay mi querida amiga, lamento no darme cuenta que estabas sufriendo tanto, mira, no sé cuáles son tus problemas ni el alcance de tu dolor, pero sé que hay un Dios que siempre nos da. lo que necesitamos, solo confiar en los planes de Dios, quiero que sepas que siempre estaré contigo - dijo Gaby mientras arreglaba el cabello de Helena, que a estas alturas ya estaba muy despeinado.

Todavía llorando, Helena pronto empezó a hablar:

—Me están obligando a casarme con un hombre desconocido, me duele el corazón y me siento como un objeto que cada uno hace lo que quiere, estoy enamorada de otra persona, pero mis sentimientos nunca fueron considerados y ahora no será diferente, Mi vida será un infierno – dijo mientras intentaba secar las lágrimas que insistían en caer.

Al escuchar esas palabras, Gaby no pudo contener más las lágrimas y lloró también.

Entonces Helena contó su frustrada huida y habló de Vítor y hablar en su nombre la hizo llorar aún más.

Ya intentando recomponerse, Helena dejó de llorar y pronto dijo:

—No importa, dentro de poco me convertiré en la señora Medina y luego destruiré a la familia Sales, quiero a Consuelo como limpiadora de mi casa y a Elías como jardinero, ambos trabajarán hasta el cansancio y después de que se cansen. ellos serán arrojados a la cuneta y morirán solos como se merecen - dijo Helena con los puños cerrados y parpadeando instintivamente tratando de contener las lágrimas.

Gaby es ese tipo de persona que hace todo por hacer felices a sus amigos, tiene todo lo que el dinero no puede comprar, por eso Helena estaba segura de que Gaby la llamaría para salir corriendo, así que Helena habló primero:

—Solo sé mi hombro en el que apoyarme cuando me derrumbe, no quiero involucrarte en esta historia de terror, mi padre es el capo de la mafia francesa, un hombre sin escrúpulos y desalmado, alguien que se complace en burlarse de la gente. , Yo no quiero que te lastimes por mi culpa - dijo Helena para luego darle un fuerte abrazo a Gaby.

En ese momento, todos los estudiantes miraban a las dos mujeres con curiosidad, pero no les importó y continuaron abrazándose por un rato.

—¿No crees que estás siendo bastante radical? Después de todo, son tus padres-dijo Gaby con expresión preocupada, ya que Helena parecía una persona diferente.

Cuando esa melancolía asfixiante finalmente los abandonó, Helena y Gaby volvieron a vomitar en silencio.

Un tiempo después, terminó el receso y todos regresaron a sus aulas. Helena intentó concentrarse en sus estudios, pero Fernando no dejaba de mirarla.

Fernando sonreía y a veces suspiraba, Helena estaba tan angustiada por este extraño comportamiento que tomó una hoja en blanco y escribió algunas cosas para luego mostrársela a Fernando.

"Soy Helena, ¿perdiste a alguien que se parece a mí?"

Al leer esas palabras, Fernando habló entonces:

"Nunca he visto a alguien tan hermosa como tú", dijo prácticamente en un susurro y luego sonrió seductoramente.

Muy avergonzada por el descarado comportamiento del joven, Helena evitó mirar a Fernando durante toda la tarde, al terminar la clase, Helena y Gaby se fueron del brazo y hablando.

—¿Qué te pareció Fernando?- preguntó Gaby con una sonrisa pícara.

—Ridículo, no me gustan los hombres imprudentes como él, dijo Helena mientras miraba fijamente a un grupo de jóvenes que no dejaban de mirarla.

—Pensé que era lindo, pero solo tiene ojos para ti, dijo Gaby haciendo un puchero.

—No te preocupes, en unas semanas seré casada, para que entienda que ya tengo dueño, uf que odioso – refunfuñó Helena, haciendo reír a Gaby ante las caras de su amiga.

Luego de arreglar todo con Gaby en el trabajo, Helena se subió al auto con los guardias de seguridad y pronto se dirigió hacia la mansión de la familia Sales.

Hubo un silencio extraño en el auto, los guardias de seguridad parecían sospechosos, como un niño que acababa de equivocarse, en ese momento Helena comenzó a hablar:

—Miren chismosos de turno, mañana los voy a dejar nuevamente fuera del campus y quien le diga al señor Elías nunca más se comerá mi pastel, dijo Helena y luego giró la cara queriendo decir que estaba molesta.

Resulta que a Helena le gusta mucho probar nuevas recetas y luego aprendió a hacer un pastel de zanahoria con coco y siempre le decía a Marta que le llevara el pastel a los guardias de seguridad.

Los guardias de seguridad simplemente permanecieron en silencio y en ese momento Helena esbozó una pequeña sonrisa de victoria.

Sabiendo que no era seguro confrontar a su padre, Helena sacó su teléfono celular y abrió la puerta del Sr. Medina.

—Buenas tardes, querida, escribió Helena y luego se rió de su propia falsedad.

Unos minutos más tarde, su prometido finalmente respondió al mensaje:

—Hola buenas tardes, solo quiero decirte que nuestra boda se ha adelantado, será en 5 semanas, ¿te parece bien?

Al leer esas palabras, Helena soltó un grito de puro odio, pateó como una niña enojada y lloró mucho mientras se jalaba el cabello, se sentía derrotada y desesperada.

Los guardias de seguridad se quedaron allí, observándola con atención, pero no se atrevieron a dar su opinión.

Helena abrió la ventanilla del auto y el viento frío invadió la habitación secando las lágrimas que mojaban su rostro, pero no pudo quitarse esa sensación de impotencia.

“Dios, solo te tengo a ti en mi vida, por favor cuídame y ayúdame a lograr lo que quiero: venganza. Que empiecen los juegos." Helena pensó y pronto empezó a intercambiar mensajes con su prometido.