Una integrante de inteligencia nacional muere por causas ajenas a ella. Piensa que hasta ahí acabo su vida, pero cuando cierra los ojos por última vez en su vida actual... los vuelve a abrir en un mundo diferente siendo está una chica que tendrá que enfrentarse a todos aquellos que quieren usarla para subir de estatus. ¿Encontrará el amor? ¿Qué es lo que hará?.
Acompáñame a descubrirlo.
Una ex agente reencarnada, un general frío como el hielo y muchas piedras en el camino para llegar a un mismo objetivo.
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Una decisión importante.
La tensión comenzó a sentirse en ese lugar, pues el hecho de que los soldados se pusieran en guardia solo significaba que estaban listos para pelear en cualquier momento y si eso pasaba se iba a generar un gran problema.
Lale al ver lo que estaba sucediendo, por un lado estaba feliz al darse cuenta de que sus subordinados realmente la respetaban como su General, pero al mismo tiempo se sentía mal por el emperador, quien estaba pagando consecuencias de algo que causó su propio hijo.
—¿Qué creen que están haciendo?— dijo uno de los guardias que acompañaba al emperador. —¿Acaso piensan revelarse contra su majestad, su emperador?, no tienen idea de lo que significa respeto y lealtad... ¡Malditos bastardos!, deberían morir.— grito está vez.
—Estas muy equivocado, porque nosotros le juramos lealtad a nuestra general y aunque le debemos lealtad a la familia real, nuestro deber es respaldar a nuestra general y seguir sus órdenes, claramente no pensamos permitir que ella sea castigada. Si quieren que eso suceda, primero tendrán que pasar sobre nuestros cadáveres.— Mencionó uno de los capitanes.
Lale seguía en shock por lo que estaba pasando, así que decidió intervenir. —¡Soldados!, les prohíbo que interfieran en este asunto, lo que decidan, lo acataré.— dijo esto dirigiéndose a su hombres. —Sin embargo, su majestad le doy dos opciones para que las tome en cuenta y tome la decisión que mejor le parezca, lo primero es que le quite el cargo de comandante al príncipe heredero y así no tendría que estar bajo mis órdenes y así todo el ejército seguirá siendo uno solo y no estará dividido por soldados y magos, y la segunda opción sería que usted me quitará el cargo de general, me exilien del imperio y le entregué el cargo de general al príncipe, pero quiero recalcar que es un puesto que tendrá que dejar en cuanto se convierta en Emperador. Dicho esto dejo en sus manos la decisión que mejor le parezca y al mismo tiempo quiero aclarar que si me deja como general solo lo seré hasta que usted termine su mandato en el trono.— Hablo Lale, resignada.
—General Lale, es una decisión difícil. Al menos ¿puedo pensarlo antes de decidir que es lo que haré?, realmente me sentiría muy mal si perdemos un poder como el que usted posee y me doy cuenta de que se ganó el respeto de sus soldados en un abrir y cerrar de ojos. Eso habla de su valor como general— dijo el emperador algo cabizbajo, pues tenía que decidir algo difícil y no lo podía hacer solo. Era algo que tenía que consultar con su consejo e incluso con el templo y la gran santa. Así que decidió retirarse y mandó a llamar a cada uno de los involucrados para tomar la decisión que tenía que tomar. Cómo era una reunión que se efectuaría de emergencia se llevaría a cabo esa misma tarde.
Lale por su lado se dedicó a entrenar a los soldados puesto que ese era su trabajo, solo esperaría la decisión de su majestad y acataría lo que le dijeran.
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—Ya cálmate Blair, debes de aceptar que todo lo que está pasando es por tu culpa. Sabías lo que la chica había logrado y aún así te atreviste a apostar en contra de ella, ¿sabés todos los problemas que le estas causando a su majestad?, definitivamente en estos momentos te mereces un buen golpe en la cara y a pesar de todo él que se siente ofendido eres tú, creo que deberías madurar y crecer un poco, comportandote como un niño caprichoso no lograrás nada bueno.— Dijo Sandro a su amigo.
—Se supone que deberías estar de mi lado, y te pones en mi contra. Si tanto quieres que ella sea la general entonces vete con ella y a mí déjame en paz.— contestó el príncipe.
—Y ahí vas de nuevo con tus berrinches, ¿sabés?, mejor me voy y espero que tú padre tome la mejor decisión para el imperio, pero sobretodo para ti. No estaría mal que por el momento te fueras por un tiempo del palacio y eso te ayude a crecer. Me voy, por favor cuidate mucho.— el duque se despidió porque tenía que asistir a la reunión ya que era parte del consejo real.
—¡Maldición!, ¿por qué nadie me entiende y no se ponen en mi lugar?, lo único que quería era demostrarle a mi padre que soy valioso para el imperio y que puedo ayudarlo, pero lo arruiné todo. Esa mujer, ¿por qué tuvo que aparecer?— se decía a si mismo el príncipe en su habitación. Estaba llorando pues sabía que había decepcionado a su padre y que la confianza que tanto había querido conseguir estaba más que pérdida.
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El día pasó y Lale continúo todo el tiempo entrenando junto a sus soldados quienes estaban más que satisfechos y felices por las nuevas técnicas aprendidas, además de que era un deleite para ellos poder entrenar codo a codo junto a su general. Así paso el tiempo y la reunión por fin llegó.
Ya estando todos los involucrados presentes, el emperador habló. —Los mandé a llamar a todos porque hay una decisión que debemos tomar en conjunto y necesito sus opiniones. El asunto es que la general Lale y el príncipe heredero tuvieron un duelo y el príncipe perdió, ese no es realmente el problema sino lo que pusieron en juego en ese encuentro, fueron sus puestos, además de que el príncipe acepto ser el secretario de la General si es que llegaba a perder, así qué....
Todos los presentes quedaron estupefactos ante tal revelación y claro que algunos se molestaron al saber que una simple plebeya se había atrevido a tanto, mientras que otros solo se reían al darse cuenta lo malo que termino siendo el príncipe heredero. Sin embargo ante tanto murmullo, la santa decidió hablar. —Su majestad, ¿y qué piensa hacer usted ante esta situación?. Antes de que tomen una decisión unánime déjenme decirles lo que yo sé, a pesar de que soy una santa solo tengo poder de sanación, pero además de eso también puedo predecir el futuro y por ello deben saber lo último que se me reveló. La general Lale es el ser de luz que sacará de la oscuridad al continente entero, si la tenemos en nuestro imperio y dentro de nuestras filas, no solo podremos derrotar a nuestro más grande enemigo el imperio North sino que también podremos unificarnos como un solo territorio, ella es la única capaz de tal hazaña. Sabiendo esto deben de tomar en cuenta lo que harán, esa será mi única opinión en esta reunión porque para mí, la general debe permanecer aquí con nosotros.— declaro y después todo el salón se quedó en rotundo silencio.
