Mis Concubinos

¿Por qué le habla de esa manera?, ¿se conocen?. Mientras miraba atenta la escena, Elián se paró a mi lado y observó de manera fría a Amalia, quien mantenía la cabeza agachada y está vez su tristeza era más sincera.

Amalia: Por favor Elián, no me trates de esa manera, tú sabes que...

Elián: ¡BASTA!, no digas nada de más, esté tema quedó cerrado, he sido muy claro contigo. Levantó la voz.

Esto era raro, ¿por qué se alteró tanto Elián?, ¿qué fue lo que no dejó decir a Amalia?.

Amalia: Elián...

Elián: Vete Amalia, no le des más problemas a su majestad.

La chica parecía querer llorar, sin embargo, no lo hizó, sólo se mordió el labio con fuerza; me dio una mirada pesada llena de odio y se fue.

¿Qué le pasa?, ¿por qué me odia tanto?, ¿en el pasado le hice algo malo?, bueno, no lo sé, pero tendré que averiguarlo. Salí de mis pensamientos debido a que Elián me estaba mirando de manera atenta, su expresión se había relajado mucho, sus ojos brillaban, y una ligera sonrisa se formó en sus labios, esté hombre era hermoso, sus ojos azules son muy claros, nunca había visto unos iguales.

Elián: ¿Se encuentra bien su majestad?.

Victoria: S-si, gracias por eso Elián, esa mujer comienza a ser un dolor de cabeza.

Elián: Lamentó oír eso, desde pequeña Amalia siempre a sido algo...pesada.

Victoria: ¿Oh?, ¿se conocen desde niños?. Esto es interesante.

Él parecía pensar bien en su respuesta y al final dijo.

Elián: Si, nuestros padres son amigos desde hace mucho tiempo.

Victoria: Ya veo... su historia parece ser complicada.

Al escuchar esto los ojos de Elián se abrieron a la par y se apresuró a decir.

Elián: Por favor no lo malinterprete su majestad, entre esa mujer y yo nunca a existido nada, es sólo que ella no lo entiende.

Solté una pequeña risita.

Victoria: Está bien Elián, se trata de tu privacidad, está bien.

Elián:... Desde que éramos niños ella siempre estuvo enamorada de mí, sin embargo, yo ya tenía a alguien en mente, por eso nunca la acepté, pensaba pedir la mano de aquella mujer, pero cuando estaba por hacerlo tuve que ir a una batalla en las fronteras del Imperio, cuando regresé ella ya estaba comprometida, no pude hacer nada...

Mis ojos se abrieron cómo platos, no sabía que Elián tenía una historia como esa, pobre, tener que ir a servir a tu país y que debido a eso te arrebaten a la mujer que amas... ¿es por eso que decidió volverse un concubino?.

Elián: Esa historia es algo que Amalia se niega a aceptar, y por eso se comporta de esa manera.

Victoria: No lo entiendo... Si ella te ama a ti entonces... ¿por qué se volvió una concubina del emperador?.

Elián: Por venganza. El rostro de él de nuevo se tornó oscuro.

Victoria: ¿Venganza?.

Elián: Amalia creé que robando el cariño del esposo de aquella mujer, podrá vengarse, ella piensa que aquella mujer le robó mi amor, pero la verdad es que nunca lo tuvo.

¿El esposo de aquella mujer...?, espera...

Victoria: Elián...

Elián: Venía a comer conmigo su majestad, todo esta listo.

Cambió rápidamente el tema. Si mi hipótesis es correcta entonces... ¿Esa mujer de la que hablaba Elián, era Victoria?, pobre chico.

¡AISH!, esto comienza a complicarse. Hay Victoria, te vas y me dejas a mí con la carga.

Decidí no seguirlo cuestionando y caminamos hasta dónde estaba un pequeño comedor en la habitación de él. El ambiente se volvió un poco pesado, estabamos por empezar a comer cuando.

"Su majestad, Sir Zyan está aquí". Anunciaron los guardias.

¿Qué?, ¿por qué está ese tipo aquí?.

El rostro de Elián se distorsiono.

Se te juntó el ganado Victoria, me repetía tratando de calmar mi mente.

Victoria: Déjelo entrar.

No me quedó de otra, después de todo, todos los concubinos son personas importantes.

Zyan entró y se paró a mi lado e hizó una reverencia.

Zyan: Es un verdadero placer verla, su majestad.

Victoria: Lo mismo digo Zyan.

Zyan: Me enteré de que estaba comiendo aquí en el harén y decidí venir a verla, esperó no interrumpir.

Elián: Si lo haces.

Ambos se miraron de manera desafiante, por un momento ví chispas salir entre ellos.

Victoria: Por favor, tranquilos...

"Su majestad el emperador, se encuentra aquí".

Victoria: Lo que me faltaba...

Sin esperar mi respuesta las puertas se abrieron y Nicolás entró con una expresión asesina.

"Saludos a su majestad, sol del imperio". Saludaron Zyan y Elián.

Victoria: ¿Qué haces aquí?.

Nicolás: Quería pasar tiempo con mi esposa y me dijeron que estabas aquí, así que vine por ti.

Esto es muy incómodo, pero por primera vez agradezco la presencia de Nicolás, de no haber llegado no sé como hubiese terminado esto.

Victoria: Bien... vamos.

Me levanté y me despedí de los concubinos que tenían una mirada fría, parecía que en cualquier momento matarían a Nicolás. Cuando estaba por salir, Zyan tomó mi mano de manera delicada, haciendo que girará para poder verlo.

Victoria: ¿Qué pasa Zyan?.

Zyan: ¿Vendrá está noche, su majestad?.

Nicolás estaba por responder, pero no lo dejé.

Victoria: Vendré está noche.

Zyan y Elián sonrieron ampliamente, pero Nicolás no, su rostro se oscurecio aún más, me tomó de la cintura y me guió fuera del harén.

Me separé de él.

Victoria: ¿Por qué querías verme?.

Nicolás: Ya lo dije, quería pasar tiempo contigo.

Me crucé de brazos y entrecerre los ojos.

Victoria: Ajá, ¿esperas que crea eso?.

Se encogió de hombros.

Nicolás: Esa es la verdad.

También me relaje un poco y algo se me vino a la mente.

Victoria: Por ciero, quiero que hables con tu concubina.

Nicolás: ¿Con Amalia?.

Victoria: Si, ella.

Nicolás: ¿Te molestó?, ¿se metió contigo?.

Victoria: No directamente, pero si a estado molestando a mis concubinos, por lo que te agradecería que hables con ella, no la quiero volver a ver en el harén.

Mostró disgusto por mis palabras.

Nicolás: ¿Temes que te dejen?.

Victoria: No, sé que me son leales, pero no me gusta ver la cara de esa mujer, por lo que esperó que la mantengas lejos.

Nicolás: Hablaré con ella, pero tengo una condición.

Victoria: ¿Cuál?.

Nicolás: Que está noche te quedes conmigo.