Soy Sandra Mehias mi familia era una de las mas poderosas del país, pero debido a un mal negocio hecho por mi padre quedamos sin nada, mi esposo Fabriccio Berlusconi un poderoso empresario dueño de empresas Berlusconi.
Nuestro matrimonio siempre estuvo cargado de amor, aunque en ocasiones teníamos problemas como en cualquier matrimonio habíamos logrado formar un hogar estable para nuestros hijos: Maria Alejandra de 16 años e Iker de 14 años, ambos la luz de mi vida.
Pero un día todo cambió el cuento de hadas que había creado desapareció y mi matrimonio de 20 años fue marcado por una tragedia. Acompáñame a descubrir secretos ocultos y traiciones que marcaron el fin y el inicio de mi vida
NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo XII Encuentros
Cuando iba camino a la oficina me llamo Amanda para informarme de que había conseguido una directora que podía darle el cupo a mi hijo quien era conocido por su mal comportamiento y por eso lo habían echado de varias instituciones.
"Debemos ir a otro lado antes de llegar a la oficina". Le dije a Frank indicándole la nueva dirección. Pero antes pasamos a buscar a Andrés, ya que debía hablar con él sobre su comportamiento.
Llegamos a casa de Amanda que era donde vivía Andrés por decisión propia, este nos estaba esperando en la puerta junto a mi hermana. "Hola desconocido", saludo ella recibiéndome con un abrazo.
"Hola, Amanda", respondí de vuelta tan seco como una hoja en pleno verano. "Sube al auto Andrés". Continué molesto. Y era que mi hijo estaba estudiando en el extranjero en una prestigiosa escuela, era la única opción que tenía; pues debido a su comportamiento no lo aceptaron en ningún otro lado. Pero hizo algo realmente malo en el internado y hasta de ahí lo expulsaron, sin más remedio me toco traerlo de vuelta y buscarle un lugar donde pudiera terminar sus estudios.
Andrés subió al auto mientras que yo me despedía de Amanda. "No seas tan duro con él, sabes que no es mal chico, solo trata de llamar tu atención". Digo mi hermana siempre tan condescendiente con mi hijo como siempre.
"Andrés debe aprender que sus acciones tienen consecuencias, no puede seguir portándose como un malcriado". Respondí volviendo al auto. Una vez ahí empecé a regañar a mi hijo, estaba tan cansado de esta situación y a la vez preocupado por el futuro de mi hijo. Al llegar al colegio lo deje sentado en una banca mientras me dirigía a hablar con la directora, iba tan distraído que no me di cuenta de que una persona venía frente a mí terminando chocando con ella.
"Lo siento", dijo con esa dulce voz conocida para mí.
"Tenga cuidado por donde anda", le respondí con altanería.
Aprovechando este encuentro casual le ordené que me esperara para que nos fuéramos juntos a la oficina, pero su respuesta me hizo reír. Hable con ella y le pedí que me esperara y si más opción camino en dirección a donde estaba Andrés, por mi parte entre a la oficina de la directora.
"Buenos días, señor Ferrari. Es un placer tenerlo por aquí". Saludo la mujer tratando de congraciarse conmigo.
"Buenos días, señora directora. Como sabe he venido a solicitar un cupo en su colegio para mi hijo".
"Estoy en conocimiento de la situación. Déjeme decirle que estamos corriendo un riesgo muy grande al recibir a su hijo. En una reunión del consejo llegamos a conclusión que le daríamos la oportunidad al joven, pero que a el primer caso de indisciplina nos veríamos en la penosa situación de expulsarlo de nuestra institución". Estaba molesto por esta situación; sin embargo, no podía negar lo que Andrés hacía en cada colegio que pisaba. Llegué a un acuerdo con esa mujer y cuando me dispuse a retirarme vi un papel con el nombre de mi asistente en él.
Sin aguantar la curiosidad le pregunté a la directora lo que estaba pasando con Sandra, "lo siento señor Ferrari, pero es un asunto privado". Contestó la mujer.
"Lo siento, es que ella es conocida mía y me preocupa que esté pasando algo y ella no me haya comentado". Trate de ser lo más prudente posible. No quería ser tan evidente.
"Está bien señor Ferrari, le contaré. Esa familia está pasando por una situación económica muy grave y estoy segura de que no tienen como mantener a los hijos de la señora en la institución. Así que le dije que reubicaríamos a los jóvenes Berlusconi en una institución del estado a lo que la señora se negó rotundamente asegurando que pagaría la mensualidad caída el día de mañana". Explico la mujer con cara de lástima.
"Le tengo una propuesta, pero eso será solo entre nosotros dos. No quiero que lo que le voy a proponer salga de estas cuatro paredes".
Le expliqué a la directora lo que íbamos a hacer, no pensaba desaprovechar la situación para enredar en mi telaraña a mi asistente.
Después de hablar con esa desagradable mujer salí de la oficina viendo como mi hijo hablaba animadamente con Sandra. Por un instante pensé que Sandra seria una buena madre para mi hijo; sin embargo, deseché rápidamente la idea al recordar que ella era solo una oportunista y que seguramente se acercó a Andrés para congraciarse conmigo.
Con eso en mente caminé hasta ellos y les ordené que nos fuéramos, pero como era de esperarse Andrés se negó y para completar Sandra sugirió que ella se iría en taxi a lo que mi hijo la apoyo diciendo que se iría con ella. Estos dos eran capaces de sacarme de mis casillas sin mucho esfuerzo, aunque no los dejaría salirse con las suyas.
Al final terminaron subiendo a mi auto. "Buenos días, Frank. ¿Cómo le va?", saludo Sandra a mi chófer con mucha confianza.
"Buenos días, Sandra. Todo va bien ¿y sus hijos cómo están?", pregunta el traidor de Frank.
"Están bien, gracias por preguntar". Respondió Sandra con una sonrisa.
"Arranca el auto, no tengo tiempo para perder". De cuando acá tanta confianza entre esos dos. Frank puso en marcha el auto en medio de un ambiente tenso.
"Así que te llamas Sandra. Un gusto conocerte mi nombre es Andrés Ferrari". Mi hijo se presentó formalmente con mi asistente apretándose las manos.
Despues de eso empezaron a hablar entre los dos como si se conocieran de toda la vida, era extraño ver a Andres hablar con tanta soltura con alguien más que no fuera Amanda, un sentimiento extraño invadió mi pecho y una idea loca mi cabeza, pero esta última la deseché tan rápido como llegó. Una mujer como Sandra nunca sería la madre de mi hijo.
Ella tiene q andarse con cuidado, porq una resbalada y lamalvada exsuegra le quita los niños