¿Cuantas veces estas dispuesta a repetir el mismo error? ¿Cuantas veces puedes caerte con la misma piedra?... 4 veces me case con el mismo hombre. 4 veces nos divorciamos. Pero sin dudas ya no existiría una quinta vez, ya había aprendido mi lección de que por más que te aferras a alguien esto no soluciona nada, tampoco te garantiza su amor y al final la única persona lastimada es la que que ama más. Para mí el límite fue esa quinta vez en la que yo misma le pondria un punto final a lo que jamás se debió de alargar tanto.
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Poniendo lo mejor de uno.
Una vez lo logramos meter en la cama noto que Olga esta igual o incluso peor que yo.
- Señora qué vamos a hacer.
- Tú puedes ir a descansar yo me quedaré a cuidarlo.
- Estás segura de querer quedarse solas con él.
- Tranquila parece que lo peor ya pasó. Ahora solo hay que dejarlo descansar.
- Está bien, no dude en llamarme cualquier cosa.
- Gracias.
Para ser un hombre tan rudo resulta que tienes un corazón demasiado blando allá adentro. Incluso pones a correr a una señora mayor de arriba a abajo por tus berrinches. Te tendrías que sentir muy avergonzado Francisco.
En algún punto de la noche me quedo dormida a un costado de él hasta que siento la voz de Olga nuevamente. Para lo que a mi fueron minutos en realidad eran horas.
- Señora ya amaneció.
- ¿Qué hora es?
- Las 7.
Genial ya es muy tarde aunque parece que Francisco necesitaba este sueño extra.
- Creo que lo mejor es llamar a un médico para que lo revise.
Mientras me levanto siento su mano sobre la mía. - No llames a nadie, ya estoy mejor y puedo ir por mi propia cuenta.
- Es bueno ver qué estás despierto Francisco. Olga por favor prepara un desayuno ligero y súbelo.
- Ahora mismo.
- ¿Cómo te sientes?
- Mejor... ¿Te quedaste toda la noche aquí?
- Quería asegurarme de que estabas bien.
- Te ves cansada.
- Por supuesto que estoy cansada, crees que podrás estar bien solo, en lo que yo me baño.
- No soy un niño, Cristal.
- Solo me aseguro. - Suelto su agarre despacio y comienzo el viaje hacia el baño.
Al acabar la ducha puedo ver un mensaje de Felipe en mi teléfono.
📩 Buenos días ya estoy aquí puedes pasar a la hora que te sea conveniente.
Mi segundo día de trabajo y ya voy tarde. Gracias Francisco por ser tan amable con está pobre mujer.
Vuelvo al cuarto y Olga ya le ha dado su desayuno. - ¿De verdad no quieres que te lleve al médico o que lo llame para que él venga aquí?
- Voy a ir por mi propia cuenta ya te lo dije.
- Como digas ya me tengo que ir a trabajar.
- Adiós.
Maldito desgraciado ni siquiera un "Gracias por desvelarte Cristal" Como sea lo que yo hago de corazón lo hago sin esperar nada a cambio.
- Olga cualquier cosa puedes llamarme estoy aquí cerca de todas manera.
- No se preocupe señora yo cuidaré bien de su esposo. Que tenga un buen día.
- Gracias e igualmente para ti.
Tomo las llaves del auto y salgo apresurada hasta el café, odio llegar tarde a lo que realmente me importa. Puedo ver a Felipe detrás del mostrador con su típico delantal y esa sonrisa cordial y amigable.
- Felipe me disculpo por llegar tarde surgieron algunas cosas anoche.
- No hay problema me sorprendió que no estuvieras aquí al amanecer. ¿Estás bien?
- Estoy bien y lista para ponerme a trabajar. Me encantó la foto que me mandaste y a pesar de que dijiste que no tenías idea de cómo hacerlo déjame decirte que las colocaste estratégicamente.
- Bueno eso fue porque ayer me explicaste cuáles de ellas prefieren el sol y cuáles no. Pero sin dudas no habría podido hacerlo solo.
- Este es tu lugar, el espacio en el que pasas gran parte del día. Así que no hay nada mejor que seas tú mismo él que las distribuya porque ahora conviveras con ellas y ellas convivirán contigo.
- Sí que te gusta mucho tu trabajo.
- Lo tiene que ser para que asi tenga sentido.
- ¿Un latte con crema extra?
- Siento que ya eres un gran amigo Felipe.
- ¿De verdad estás bien Cristal? Te ves muy cansada.
- ¿Viste que ayer salí corriendo? Era porque tenía un evento al cual asistir y todo se descontroló de una manera que ni te cuento, la noche se volvió un caos y aquí estoy poniendo mi mejor cara después de dormir como mucho 2 horas.
- Si estás cansada ve a casa, podemos seguir otro día. Yo no tengo problemas con eso, me preocupa más tu salud.
- Que bueno eres Felipe, pero de verdad no quiero volver a casa, prefiero estar aquí y para que te quedes más tranquilo me puedo ir antes.
- Tenemos un trato. Veo que eres difícil de convencer.
- Obstinada como una mula diría mi padre.
Luego de ese delicioso café comienzo con mi trabajo, quiero pintar un mural en todo el frente que contraste a la perfección con la decoración y eso me llevará al menos una semana entera.
- Manos a la obra Cristal, hoy es un hermoso día para trabajar.
NARRA FRANCISCO:
Por fin Olga se larga de mi cuarto y me deja hacer mis cosas tranquilo, de verdad ellas dos son un dolor de cabeza, pero de no ser por su ayuda esto abría acabado muy mal para mí.
Me siento un idiota por la manera en que me comporte con Cristal anoche, estaba cegado por los celos que acabe convirtiéndome en un patán de lo peor. Y aun así ella no se fue, se quedó a mi lado a un costado de la cama simplemente porque quería ver que yo, el idiota que la lastimó, estuviera bien.
Luego de vestirme voy a ver a Melisa, necesito que ella cure está herida así estas dos mujeres dejan de estar preocupadas por mí. También debería de buscar algo lindo para darle a Cristal por la ayuda que yo no merecía recibir.
- Buenos días. ¿Tiene cita?
- Melisa es mi prima ella me recibirá si le dice que estoy aquí.
- Ahora le aviso.
Odio a las nuevas empleadas y explicar que yo puedo venir cuando se me dé la gana.
- Pase por favor.
Ni bien cruzo la puerta ella se me lanza encima. - ¿Qué te paso? ¿Quién te hizo esto?
- Veo que la nueva secretaria es rápida a la hora del chisme.
- Que esperas que haga cuando ve a un tipo así de guapo todo golpeado. Francisco como fue que te lastimaste de esta manera.
- Vine para que me cures, no a tomar el té.
Melisa comienza a realizar todo el procedimiento y yo no puedo evitar preguntarle si ella también lo sabía.
- Constanza está con alguien más. ¿Lo sabías?
- No lo sabía.
- No me mientas Melisa.
- No lo hago, de verdad desconocía esa información y tampoco la escogería a ella sobre ti.
Maldición porque no puedo olvidar esa foto, porque no puedo simplemente seguir como ella lo hizo.
