Par De Reyes

Los gemelos llevaron a Zoe a la cama, cada uno se colocó de un lado de ella, Zoe los miró, esos pares de ojos azules la miraban con ardiente deseo, su cuerpo también los deseaba, se sentía tan nerviosa, pero a la vez deseosa de sentir más de ellos, Aiden acercó su rostro a ella y beso sus labios mientras los labios de Bryan se deslizaban por hacía uno de sus senos, sus dedos acariciaban su zona más sensible y húmeda.

Zoe mordió el labio de Aiden al sentir aquellos dedos moverse en ella, Aiden sonrió, bajo hasta su seno libre, deslizo su lengua, ella solo gemía y arqueaba su espalda, sintió como la mano de Aiden se deslizo por su vientre con lentitud, apretó sus piernas, se sentía demasiado placer, los gemelos continuaron con sus caricias, Bryan dejo su busto y busco los labios de ella, devorándose con una ardiente pasión, sus lenguas se entrelazaban entre sí como si estuvieran danzando.

- Ternurita, está noche solo será uno a la vez…elige, ¿Quién quieres que sea el primero? – Hablo Aiden, mientras subía sus caricias hasta su cuello, Bryan termino el beso y sonrió.

- No sé…- Respondió nerviosa, no quería que por elegir a uno el otro se sintiera incomodo o molestara.

- Tranquila, ternurita, no pasa nada, elige- Dijo Bryan besando su mejilla. Zoe suspiró, realmente deseaba a ambos, sentía que su vínculo con ellos se hacía más grande, no podía elegir solo a uno.

- Yo, los quiero a los dos, a los dos…- Dijo con su voz entre cortada, Aiden y Bryan se miraron unos segundos y luego miraron nuevamente a ella, aquel rostro tierno y lujurioso no dejaba de mirarlos.

- Como diga nuestra reina- Dijeron al unisonó.

Aiden tomo las manos de Zoe y la sentó horcajadas sobre él, le dedico una mirada, suspiró, sus manos se deslizaron por su torso perfecto, ellos no eran tan musculosos, pero aun así no podía evitar sentirse tan atraída por él, por ellos, sintió a Bryan colocarse detrás de ella, jadeo, realmente estaría con ambos al mismo tiempo, sentía el miedo crecer en su interior, pero también un fuerte deseo, ardiente, apasionado, busco los labios de Aiden y comenzó a besarlos con ferocidad,  mientras sentía la lengua de Bryan deslizarse por su columna, hasta llegar a su glúteos, donde sus manos ya estaban acariciando, sus dedos se enterraban en su suave piel, su lengua se deslizaba por aquella zona de manera ligera, fugaz, provocando un gemido en Zoe, de deseo combinado con temor, termino el beso y miro a Aiden, quien le guiño el ojo de manera seductora, jadeo de nuevo al sentir la lengua de Bryan deslizarse en esa zona, pero esta vez lenta, muy lenta, trato de apartarse, pero Aiden la sostuvo en sus brazos y las manos de Bryan se aferraron su cintura, atrayéndola más a él, los gemidos de Zoe comenzaron a salir uno tras otro de sus labios, sin poder contenerse, su rostro estaba más que rojo, mientras Aiden no dejaba de mirarla, sus manos se fueron deslizando a su busto comenzó a jugar con ellos, ella solo se dejaba llevar por tanto placer, sus caderas comenzaron a moverse por instinto.

- Estás mojada, ternurita- Susurro con su ronca voz Aiden, mientras llevaba sus dedos a su zona intimida y se deslizaban en ella.

- Es culpa de ustedes…- Jadeo Zoe sintiendo como era penetrada por ambos lados, sintió la lengua de Bryan detrás de su cuello, suspiró.

- ¿Segura de lo que quieres? - Preguntó Bryan a su oído, mientras su lengua exploraba ahora su oreja.

- …Si…- Jadeo apenas Zoe.

Los gemelos sonrieron, Bryan se apartó de Zoe y se acomodó en la cama boca arriba, Aiden giro a Zoe para que quedara frente a Bryan, ella abrió sus ojos de sorpresa al verlo totalmente desnudo, Bryan soltó una leve risa.

- ¿Aiden? - Jadeo girando su mirada a él, él se apegó más a ella, sintiéndolo en medio de sus glúteos, Aiden beso sus labios con ternura.

- Aun podemos detenernos…- Dijo cerca de sus labios, Zoe negó a pesar del miedo que sentía, el placer también la invadía.

Los gemelos acomodaron a su pareja, listos para darle el placer que ella estaba deseando y no solo ella, ellos también la deseaban, Zoe gimió al sentir a sus parejas, su respiración se aceleró, sentía un inmenso dolor, mientras ambos comenzaban a entrar en ella, con lentitud, con calma, sus lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, su cuerpo se sentía ardiente, lleno de dolor, pero también de placer, sus gemidos salían de sus labios el dolor, la pasión, la lujuria se combinaban de manera inexplicable.

- Tan apretada…- Gruñeron los gemelos a la par, Bryan atrajo a Zoe a ella, para que se recostara sobre su torso, cuando finalmente lo hicieron, se quedaron así, sin moverse, mientras Aiden depositaba húmedos besos sobre su espalda, la respiración de Zoe estaba agitada, sentía tanto dolor, pero no quería que se apartaran, levantó su rostro y busco los labios de Bryan, uniéndolos en un feroz beso, poco a poco el placer fue reemplazando el dolor, ella comenzó a mover sus caderas, los gemelos tomaron control del ritmo, sus embestidas fueron aumentando poco a poco, ella se estaba acostumbrando a ellos, se sentía tan bien, todo miedo se había desvanecido, el placer recorría todo su cuerpo, su vínculo con ellos se hacía cada vez más grande, más fuerte, sintió que los gemelos posicionaron sus rostros en su cuello, uno en cada lado, en ese momento el miedo volvió a invadirla.

- ¡No me marquen! - Grito asustada, Los gemelos se detuvieron al escucharla. – No quiero, me va a doler- Dijo cubriendo su cuello con ambas manos, los gemelos comenzaron a reír por sus palabras.

- Mi amor, nos tienes a los dos dentro de ti en tu primera vez y tienes miedo a unas simples mordiditas- Hablo Bryan deslizando su lengua por los dedos de Zoe, ella jadeo.

- No quiero, será muy doloroso – Dijo molesta. Sintió que Aiden comenzó a salir de ella, se giró a él- Espe…- No logró terminar, pues Aiden entro de solo una estocada, haciendo que ella soltara un fuerte grito.

- ¿Esto te dolió, ternurita? – Susurró cerca de su oído, ella tenía su respiración agitada.

- Me gusto…- Dijo apenas, Aiden suspiró su plan no funcionó. – Por favor, aún no me marquen – Susurró con tristeza, los gemelos suspiraron con pesadez, ellos querían ya marcarla, su coronación sería pronto y querían hacerlo antes de eso, pero tampoco querían obligarla a nada.

- Tu ganas ternurita- Hablaron a la par, mientras besaban sus mejillas.

Zoe sonrió, ese par eran demasiado lindos con ella, comenzó a mover sus caderas, quería sentirlos de nuevo, escuchó sus risas, pero también se unieron a sus movimientos, nuevamente el placer invadía su cuerpo, sus gemidos eran fuertes, sin importarle si la escuchaban, quería sentir cada vez más a los gemelos, ellos aumentaron su ritmo, querían escucharla más, sus lobos deseaban tomar el control y poseer a su mate, pero no se lo permitieron, esa noche sería para ellos, por fin tenían a tan su deseada pareja, juntos llegaron al clímax, el placer recorrió sus cuerpos, cada día que pasaba con ellos, se convertian en todo para ella.

- Los quiero, mis clones- Susurro con agitada respiración, los gemelos suspiraron al escuchar aquellas palabras, ella tal vez no se dio cuenta, pero para ellos eso significaba mucho, querían que ella los amara, así como ellos la amarían.

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Zoe despertó en la mañana, estaba sola en la cama, se sintió algo triste, pensó que los gemelos despertarían con ella, a noche había sido la mejor para ella, había estado con ellos, fue su primera vez y fue demasiado buena, pero no verlos ahí con ella, la desanimaba, suspiró, salió de la cama y sintió un fuerte dolor de cuerpo, sobre todo en esos lugares donde estuvieron los gemelos mucho tiempo, llevó sus manos a sus caderas y comenzó a caminar a paso lento hasta el baño.

- Estúpidos clones- Susurro mientras con tristeza, realmente estaba enojada con ellos, no les perdonaría fácilmente que la hayan dejado sola después de su primera noche.

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Los gemelos estaban en el estudio, fueron llamados de emergencia por Tristán y los trillizos, no querían dejar a Zoe sola después de la noche que tuvieron, pero no hubo opción, finalmente tenían la autopsia del lobo desertor, era algo preocupante lo que habían encontrado, leían una y otra vez los resultados sin poder creerlo, suspiraron y miraron a Tristán y a los trillizos.

- ¿Qué piensan hacer? – Preguntó Tristán, ellos todavía no eran como tal los reyes, pero ya podían tomar decisiones.

- Alerten a los Alfas de las manadas, deben ser cuidadosos, que no asusten a su gente – Empezó a hablar Aiden.

- Que prohíban estar a las afueras de las manadas o cercas de los bosques a altas horas de la noche – Agregó Bryan.

- Aquí, debemos aumentar la seguridad, más que nada por Zoe…- Miró a Tristán- Inicia de inmediato con su entrenamiento, ella es nuestra Reina Luna, tiene que saber defenderse, saber defender el reino y sobre todo liderar la defensa de Greyson – Terminó.

- Aun no la hemos marcado, fijaremos la fecha antes de la coronación, por lo que ni una palabra aun a nuestros padres sobre ella, ¿Quedo claro? – Ordeno Bryan, los trillizos asintieron y luego miraron a Tristán, sabía que él no estaría del todo de acuerdo.

- Bien, pero tienen que decirle a ella lo que está pasando, por el momento Sira se encargara de su entrenamiento, yo necesito tomar el control de los guerreros ¿Les parece? - Preguntó, ellos asintieron.

- Se supone que hay un tratado… ¿Por qué nos atacan? – Preguntó Elek mirando el informe de la autopsia.

- Tal vez ya se hartaron, probablemente quieren iniciar una guerra – Continúo Edris.

- Bueno, son nuestros enemigos mortales, es obvio que se iban a cansar del tratado- Ahora hablo Eilam. – Debemos prepararnos para una posible guerra- Miro a los gemelos, ellos pasaron sus manos por sus cuellos.

- ¿Lobos contra vampiros? – Preguntó Tristán con pesadez- Sería una masacre…- Miró seriamente a los gemelos, serían reyes y ya tenían en puerta una posible guerra que tal vez les tocaría liderar, pero no estarían solos, ellos los apoyarían y tenían consigo a su Reina Luna.

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Zoe caminaba por el palacio buscando a los gemelos, a pesar de que estaba molesta con ellos, quería verlos, tenía tantos deseos de abrazarlos y sentir sus caricias, sus labios, miró que las puertas de la entrada principal se abrieron y entró un apuesto y sexi chico de cabellos plateados y ojos dorados, vestía unos jeans claros, una playera blanca y una chamarra plateada.

- ¿Tú quién eres? – Preguntaron al mismo tiempo, ambos se miraron de pies a cabeza, para él era una linda chica, pero había algo extraño en su aroma, no era una loba nada más, tenía otro aroma, se acercó a ella mientras la olfateaba, no reconocía uno de los aromas, pero sintió otros más, muy conocidos para él.

- ¡Idali! ¡No olfatees a nuestra Reina! - Escuchó el grito posesivo de los gemelos, Idali abrió los ojos, estaba a unos escasos centímetros del rostro de Zoe, quien lo miraba con sorpresa y conteniendo su respiración, se separó y miro a los gemelos caminar posesivamente hacia a ellos, tomaron a Zoe y la abrazaron, mientras a él lo miraban con desagrado.

- Otro dolor de cabeza- Suspiró Tristán al ver a ese peli plateado, los trillizos se encogieron de hombros.