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LOS RUTTHERFORD- FREDERIK RUTTHERFORD

LOS RUTTHERFORD- FREDERIK RUTTHERFORD

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Mafia / Chico Malo
Popularitas:4.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabriela Kienzler

Elizabeth es una mujer de veinte años con condiciones de vida precarias, luchando por sugir en una sociedad empeñada a darle la cara difícil de la moneda, trabaja y estudia en la universidad, tiene ua familia numerosa, su madre y sus hermanos, su padre los abandono cuando eran pequeños, por ende su madre siempre fue su apoyo.

Las cosas comienzan a ponerse mas difíciles para Elizabeth cuando una tarde normal de su dia a dia es secuestrada por unos traficantes, luego es llevada a una gran subasta realizada solo para los grandes magnates de la alta sociedad, con ella siendo la pieza principal de dicho evento. Su comprador resulta ser un hombre alto, de cuerpo fornido, quien promete liberarla luego de que esta le pague el costo de su compra con intereses incluidos, mientras el será su dueño.

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CAPITULO 15

No esperaba este tipo de situación, ¿Qué estaba sucediendo con Elizabeth?, desde el incidente con el secuestro decidió mantenerse alejado lo más posible, es por eso que ha estado evitándola, no quería causarle más dolor del que ya sentía, y tal vez, el tenerlo cerca sería más estresante para ella, la mujer actuaba con un ratón asustado cada vez que lo veía, era obvio que le temía, y él tampoco quería que ella le tomara cariño, era mejor de la forma en que estaban, pronto podría dejarla libre y ella vivirá su vida de forma normal y tranquila, mientras que él debe mantener sus sentimientos en lo más profundo de su corazón. Ahora no entendía que estaba pasando, aunque su relación nunca fue buena, la mujer toleraba su presencia el tiempo necesario hasta que él se marchaba, decidió dejarla tranquila y evitarla, le dio algo de espacio brindándole una comunicación con el mundo exterior, tal vez su actitud se debía a las prohibiciones que le impuso para poder tener el teléfono, quizás ahora lo odie más de lo que ya lo hacía – no importa, si te odia es mejor, de esa forma no me buscara cuando recupere su vida, es mi manera de darle protección, ella se merece una vida normal- pensó, aunque le dolía saber el odio que ella sentía hacia él, esa noche la mirada de Elizabeth mostraba un gran enojo, además de su actitud sarcástica- suspiro – debía calmarse y pensar con claridad las cosas, de lo contrario todo esto se le podría salir de control, ya de por si era difícil resistirse a no tocarla, de seguir así llegara al punto de la locura.  Termino de ducharse, se vistió y fue a dormir, el dolor de cabeza por el trabajo y pensar en Elizabeth era insoportable, tomo un calmante y una pastilla para poder dormir, al cabo de unos minutos cayo en sueño profundo.

-          Señor – escucha a uno de sus hombres y enseguida despierta.

-          ¿Qué sucede? – se sienta.

-          Lo siento, pero tiene una visita – baja la mirada, por lo general sus hombres no lo veían a la cara, era una señal de respeto.

-          No esperaba a alguien – se sentía descoordinado - ¿Quién es? - suspira

-          Es la señora Rebecca – le responde – está esperándolo en el recibidor, al parecer se quedó dormido y no asistió a la reunión planteada.

-          ¿Qué hora es? – le pregunta sobando su frente con las manos.

-          Pasan de las ocho de la mañana – le responde

-          Demonios, la reunión era a las siete -  las pastillas lo hicieron dormir más de lo que debía.

-          ¿Qué le digo a la señora Rebecca?

-          Iré en un momento – el hombre sale de la habitación, se levanta de la cama y camina hacia el baño para arreglarse.

Ya eran más de las siete cuando se despertó por causa de una voz, había estado gran parte de la noche llorando sin saber el porqué, quizás el estrés en su cuerpo decidió liberarse de esa forma, sus ojos estaban hinchados, lavo su cara y se arregló para desayunar, al salir de su habitación se percató de que en el recibidor se encontraba una mujer sentada en el sofá, al mirarla más de cerca logro reconocerla, era la mujer de la noche anterior, ¿Qué hacia allí? Se sentó a la mesa, al cabo de cinco minutos le sirvieron el desayuno, tomo el tenedor y comenzó a comer, aunque no podía dejar de mirar a la mujer, era hermosa y su cuerpo sin duda estaba bien dotada, recordó lo que dijo Samanta “sin duda concuerda con los gustos de Frederick”, rápido la aparto de sus pensamientos, antes de volver a sentir lo de la noche anterior, debía concentrarse en algo más.

-          Lamento la demora – dice Frederick saliendo de su habitación arreglado para salir, en su rostro se podía ver una enorme sonrisa, solo por ver a la mujer.

-          ¿No te parece poco caballeroso que me dejaras plantada en nuestra cita? – dice Rebecca sonriendo de forma sensual, mientras acomoda su larga cabellera, dejando su cuello al descubierto - ¿Cómo debería hacer que me pagues por haber venido hasta aquí? – su mirada era seductora, parecía comerse al hombre solo con ella.

-          Eso podemos pensarlo en el camino – le sonríe y le extiende la mano para ayudarla a levantar - ¿nos vamos?

-          Señora Elizabeth, ¿desea que le sirva algo más? – le pregunta el sirviente, haciendo que la pareja volteara a verla.

-          No gracias, así estoy bien – le sonríe ocultando su enojo lo más posible.

-          Bien, entonces, me retiro – se macha a la cocina

-          Vaya, no me había percatado de esa chica – dice Rebecca observando a Elizabeth

-          Ya debemos irnos – le dice Frederick tomando a la mujer por el brazo.

-          Espera, ¿no nos presentaras? – le dice deteniéndolo.

-          No, ya debemos irnos – la mujer entiende la fría mirada de Frederick

-          Bien- sonríe – te arreglaste mal el cuello de la camisa – se acerca al hombre y rodea su cuello con sus brazos tomando el cuello de la camisa, encimando todo su cuerpo en el hombre, acomodo la camisa, mientras Frederick permanecía quieto, Elizabeth no quiso ver aquella escena, se sentía como un estorbo allí – listo, ya estas perfecto- sonríe, toma al hombre del brazo y salen del lugar.

Elizabeth se levantó de la mesa sin terminar de comer, fue a su habitación, ¿Por qué dolía tanto el verlo con esa mujer?, debía liberar lo que sentía de alguna manera, toma su teléfono y llama a Samanta.

-          Ahí cariño – le dice Samanta luego de escuchar su historia – tranquila, yo tengo algo perfecto para ayudarte a drenar y relajarte – sonríe – solo espérame allí, ¿ok? – ¿A dónde podría ir? – ya voy para allá.

-          Está bien – cuelga. Pasaron dos horas hasta que Samanta se presentó al sitio con un montón de bolsas.

-          Aquí tengo la solución a tu dolor mi niña – ríe, comienza a hurgar una de las bolsas – Esto es lo que necesitas en este momento – saca una botella de Alcohol.

-          Yo no bebo Alcohol – le dice apenada, después de todas las molestias que la mujer se había tomado solo por ella, era penoso despreciarla,

-          Tontería, todos beben alcohol – le dice abriendo la botella- y si nunca lo has hecho, siempre hay una primera vez para todo.

-          No, pero, no me gusta su sabor – le dice, tratando de hacer entender a Samanta.

-          Tranquila, esto es un poco dulce, te sabrá delicioso – le sirve un vaso – te lo aseguro – ríe, le entrega el baso

-          Pero…

-          Oh vamos, ¿me lo despreciaras luego de venir hasta aquí, dejando a mis chicas y mi club de lado? -  su mirada era de cachorro suplicante.

-          Creo, que podría tomar solo uno – toma el vaso

-          ¡Esa es mi chica! – le da un sorbo a su vaso – tranquila, es tan dulce que no sentirás el alcohol – ríe, la inocencia de Elizabeth era tierna, algo que le provocaba a Samanta el impulso de molestarla, solo un poco - ¿ves?

-          Si, esta dulce – sonríe, su sabor era delicioso, a cerezas dulces, no era la primera vez tomando bebidas alcohólicas, pero nunca tolero su sabor, así que por eso prefería no beberlas.

-          Bien, ahora pongamos música a todo volumen y bailemos mientras los problemas se van a la mierda – pone música y comienza a bailar agitando sus brazos y sus piernas - ¡vamos!, muévete nena – toma la mano de Elizabeth animándola a bailar con ella.

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HILDA BENÍTEZ ALFONSO
me encanta Natalia esa es la actitud
Teresa Perez
excelente autora como seguiste Autora
Rocio Raymundo
Franchesca eso te paso por mala amiga
HILDA BENÍTEZ ALFONSO
me gusta esta muy buena sin tanto rodeo , ller es facil
Elizabeth Matheus
/Smile/
Elizabeth Matheus
muy buena novela 😄 felicidades pero quiero más capítulos
yari gabi: hola, gracias por el apoyo, subo capítulo todos los dias
total 1 replies
Alba Victoria
Es muy interesante y con los conflictos que afectan a nuestra sociedad.
Rocio Raymundo
ojalá puedan decirse en algún momento todo lo que sienten en verdad ambos
Aleida Rojas
Bueno
Rocio Raymundo
fedrerick arriésgate a amar a elizabeth ella está enamorada de ti realmente
Rocio Raymundo
Franchesca calenturienta quería aprovecharse de Frederick dormido
Rocio Raymundo
si Rebeca te besa que quieres que piense elizabeth haber dime
Rocio Raymundo
está borrachita Pero le dijo sus sentimientos el veremos que pasa
Rocio Raymundo
Elizabeth está enamorada Pero no seda cuenta que está celosa que pasara
Rocio Raymundo
estás celosa es eso
Rocio Raymundo
más capitulos de infarto. cada capítulo
Rocio Raymundo
que bueno que fue a rescatarla
Rocio Raymundo
pobre elizabeth a hora si sufrirá de verdad
Rocio Raymundo
que opción más le queda
Ismerai Montes Chavez
no pues que opciones , o con viejos o con el , que no hay tercera
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