OCTAVO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Tal vez muchos no recuerdan sus vidas en la temprana infancia, yo tampoco, pero lo que si recuerdo es que era feliz. No podía relacionar qué, quién o quiénes me daban ese sentimiento; pero si recuerdo que los perdí. Años después volví a ser feliz, pero no era algo duradero. Era un ida y vuelta que me dejaba vacía. En mi adolescencia, supe que buscar ser feliz era un sentimiento que ponía más presión y estrés en mi vida. A mis 18 años, renuncié por completo a esa tonta sensación... Para que, unos años después, poco a poco venga un tipo creído a querer destruir mi bien estructurado credo.
No recuerdo mucho mi temprana infancia, pero si recuerdo una sensación de malestar cuando estaba mi padre. Cuando no estaba él, todo era felicidad. Después, con su partida, fui feliz. Crecí rodeado de personas que me aman y que yo amo con todo mi ser. Crecí siendo sociable, seguro de mi mismo y el terror de los bullys. No me molestaba presionar los boton
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CAULDER (CAP. 15)
Ella me mira como si de pronto me hubiera salido una cabeza y sigue torciendo mi brazo. Hago mueca de dolor y me suelta.
- ¿Qué rayos estás hablando, larguirucho? ¿Y quién diablos es Luna?
Ahora es mi turno de verla como si fuera un extraterrestre.
* Dijiste que perdiste a tu bebé, pero si no te hacen los estudios correctos nunca lo sabrás. Tía Leti puede ayudarte con eso. Todavía no tienes un nombre y una identidad que puedas llamar tuya con ayuda de Layla y Cruz, así que te bauticé como Luna.
Me encojo los hombros y después tomo su mano para arrastrarla donde tía Leti. No avanzo mucho antes de volver a caer al suelo. Puedo ser fácil de tratar, amable y todo; pero no me gusta su actitud conmigo.
* Hey, estoy tratando de ayudar aquí y solo sabes lastimar mi brazo de oro para los 3 puntos.
Eso hace que me suelte y empieza a darme un ligero masaje y estiramiento. Vuelvo a abrir los ojos y la miro.
- Lo siento, larguirucho. Yo no tengo un bebé de carne y hueso, tenía uno en prototipo que iba a exponer en el trabajo. Estoy estudiando ingenieria mecánica, construyo y manejo autos de carrera formula 1.
Ahora abro y cierro la boca, mientras me siento relajado por el masaje. Ella se da cuenta.
- También estudio fisioterapia, porque hago deporte y es lógico que hayan lesiones. Como te lastimé, lo justo es que te deje igual de torpe como al inicio.
Me levanto y estiro mi brazo.
* Wow, eres buena, Luna. Bueno, parece que me preocupé por nada. Incluso encontrándote irritable, soy un buen tipo. Sé que la idea de Layla es que pasemos tiempo juntos, pero déjame decirte que no soy fan de lo mucho que quieres llamar la atención. Tratemos de encontrar un punto neutro y pasar el tiempo que tu papá oso y tú necesitan.
Estiro la mano para estrecharla y ella la palmea alejandola. Se acerca a mi y su mirada intimida, pero yo solo levanto una ceja.
- Mira Larguirucho. Yo no llamo la atención. No tengo que explicarte mi vida, pero hay algo que debes saber. Yo no necesito ayuda de nadie, así que si crees que soy una damisela en apuros para que saques tu tonto principe azul, no lo soy. No hay nada que puedas hacer mejor que yo.
Tiene razón. Ella no ha pedido ayuda. También, está equivocada. Yo nunca pierdo, soy el mejor en todo lo que hago y acaba de sacar mi lado competitivo. Ella dio dos pasos acercándose a mi mientras hablaba y es mi turno de igualar. Estamos pecho con pecho y sin dejar de ver sus ojos marrones chocolate, le contesto.
* Soy Caulder, no larguirucho, y permíteme sacarte de tu error. No eres mejor que yo. No poniendo sobrenombres y no en muchísimas cosas más. ¿Qué dices, Luna, competimos?
Tengo una sonrisa engreída y recibo una igual.
- Hagámoslo. Competiremos en todo y después haremos un análisis, para ver los porcentajes y determinar quién es el mejor. ¿Hecho?
Estira su mano y yo la sacudo. De esa manera, mis tranquilas vacaciones se volvieron un caos.
