es mi segunda novela espero y les guste ☺️❤️
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cap 24
El aire era denso, casi palpable, cuando Serene cruzó el umbral del Bastión del Origen. Sus ojos, antes de un azul gélido, ahora brillaban con una intensidad ardiente. Había algo en la atmósfera, un vínculo invisible, que la llamaba.
Cuando vio a Lyra, las dos se detuvieron. Por un momento, todo quedó en silencio, como si el mundo esperara.
Lyra, al ver a la joven, sintió una extraña mezcla de furia y reconocimiento. Era como mirarse a sí misma en el espejo, pero con la mitad de su alma perdida. La hermana que nunca conoció.
Serene no mostró miedo. Al contrario, su mirada era fija, decidida. No era la niña que había sido criada en la sombra de un monstruo. Había algo más en ella… algo que no podía ignorar.
—¿Eres… mi hermana? —preguntó Lyra, su voz un susurro cargado de tensión.
Serene la observó un momento, evaluándola. Había dudas, sí, pero también una certeza interna que quemaba como el fuego que tanto la atraía.
—Lo soy. Y también lo que me han enseñado a ser.
Lyra dio un paso hacia ella, el fuego brillando en su palma. Era la energía primordial, lo que la conectaba con todo y todos, pero ahora… parecía menos como un poder y más como una condena.
—Rhaegar te ha manipulado —dijo Lyra, su voz firme—. Te ha creado para ser su reina, su arma. Pero tú no eres eso. No lo eres.
Serene la miró con una sonrisa que no llegó a los ojos.
—No soy un arma. Soy lo que él me hizo. Y lo que tú eres, no es más que un reflejo de lo que él quiere. Todos ustedes, aquellos que me llaman "hermana"… nos hemos convertido en lo que él quería, aunque lo neguemos.
El fuego de Lyra se intensificó, pero algo en su interior la frenó. Esta no era una enemiga a vencer, sino una parte perdida de sí misma. Una parte que, si no se comprendía, podría destruirlas a ambas.
—Lo que eres no te define. Solo tú puedes decidirlo.
Serene comenzó a caminar lentamente hacia ella, su lanza sagrada resplandeciendo bajo la luz de la cámara. Cada paso parecía cargar el aire de tensión, pero no había agresión, solo una búsqueda.
—No quiero pelear contigo —dijo Serene, su voz ahora vacía de ira—. Pero no puedo permitirte que me arrebates mi destino.
Lyra extendió su mano, como si pudiera tocar el alma de su hermana. Algo dentro de ella la impulsaba a hablar, a desvelar las mentiras de Rhaegar, pero la incertidumbre de lo que la unía a Serene la frenaba.
—Y si me uniera a ti… ¿qué harías? —preguntó Lyra, el fuego en su mano titilando.
Serene la observó, contemplando por un instante una posibilidad que nunca había cruzado su mente.
—Te unificaría con el fuego. Pero eso… depende de ti, hermana. ¿Eres lo que has sido creada para ser? O algo más.
Lyra dudó. Sabía lo que Rhaegar quería. Pero también sabía lo que ella había comenzado a ser.
—¿Sabes lo que yo soy? —preguntó, mirando profundamente a Serene—. Soy la que tiene el poder de destruirlo. Pero necesito saber si tú también puedes verlo.
Serene dio un paso hacia atrás, la lanza entre ellas. No se fiaba, pero el fuego que Lyra había desatado no mentía. Había algo más en su mirada… algo que también despertó un destello de duda en ella.
¿Podrían las hermanas realmente unirse? O, más importante aún, ¿estaban dispuestas a pagar el precio?
De repente, el suelo tembló, y una grieta apareció en las paredes del Bastión. Un susurro bajo llegó a sus oídos, un murmullo que las hizo estremecer.
—Está aquí —dijo Serene, con una mueca—. Rhaegar no permitirá que esto suceda.
Lyra miró a su hermana, el fuego crepitando en sus manos.
—Y no lo haremos sin luchar.
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Mientras tanto, desde las sombras de la montaña, Rhaegar sonrió. Las piezas estaban en su lugar.
—El juego está por comenzar —susurró, y una risa fría escapó de sus labios—. La caza será más interesante cuando las dos hermanas finalmente se enfrenten.