Calabozos Y Sueños

El antebrazo de cada uno de ellos se cruzó en forma de cruz sus miradas se encontraron en el rocoso bosque el viento anuncio al bosque el calor de la batalla, el inferior de ellos estaba cubierto por sables metálicos invertidos ambos posando sobre el mango de la espada, Aldrin se dio cuenta del sable bajo sus pies se movía como si estuviera poseído.

Aldrin:

"(Ya veo, este tipo no solo puede crear ilusiones de él, puede crear copias sólidas de los objetos, pero no de sí mismo, ¿Tendrá acceso al magnetismo? No tengo tiempo de comprobar mi teoría, mi mana está limitado, si no pienso en algo pronto, él tomará ventaja de mí.)"

Su frente estaba ansiosa para conocer el desenlace de la batalla, sus brazos comenzaron a rebelarse contra la unidad a su torso, las cuencas de sus ojos se abrieron como las cortinas reciben los rayos del sol más el quedo perplejo al ver una parvada de espadas en conjunto volaban hacia el cómo una lluvia, dejo aperturas entre sus dedos, el cielo se apresuró a defender como si fuera el escudo de un caballero la integridad de su conjurador. Las Katanas cayeron al suelo como moscas ante un radiador, dejando a Aldrin en una posición rectangular, La mosca Vigilante cerro la punta de sus manos, las armas en círculo respondieron a su llamado corriendo con euforia hacia su portador, unas se perdieron en el camino atravesando la parte trasera de Aldrin, quien derramo sangre por sus mejillas,

La Mosca:

"¡Yo Gane Carajo!" Grito eufórico, brincando por el placer hasta que noto que la postura de Aldrin no se perturba, observo con atención confundida, su interpretación fue interrumpida por el susurro de un fantasma, envió un mensaje a su oreja.

Aldrin:

"¿Estás seguro de eso?"

La Mosca Vigilante presta atención a la desaparición del semblante herido de Aldrin, su presencia se arrebató del suelo vegetal como un espectro, las hojas bajo sus pies se dolieron por su ausencia. De un momento a otro vómito algo, pretendió contener el líquido rojo, miro las plantas de sus pies noto como estaba cubierto de su propia sangre, sus ojos no pudieron ver con claridad, sus hombros se movieron como un columpio hasta caer rendidos ante la brisa del viento, desplomándose en el suelo, antes de apagar su mirada lo último en ver fueron las botas de cuero de su oponente, sonrió con satisfacción.

Aldrin:

"He el viejo truco de la ilusión, es un clásico nunca falla."

Mauro relinchó tomando distancia cercana entre su jinete y él, Aldrin acaricio a su caballo dando ternura a su mascota al pasar su mano por su cabeza, sintiendo remordimiento en su alma al ver un cadáver de su nuevo rival, Mauro noto la angustia en la mirada de su amo reposo su cabeza en su hombro, Aldrin se dio cuenta de la incertidumbre de su rival por lo que volviendo la cabeza hacia su caballo miro sus ojos con atención.

Aldrin:

"Si lo sé Mauro, es una lástima que este así, se veía que en el fondo de esa armadura era una mejor persona que yo, aunque eso no es muy difícil, pese a todo lo malo que dijo o hizo, nadie merece terminar así."

Deslizo sus piernas, hacia el suelo el viento abrazo el tronco de los árboles que miraba con desamparo el cuerpo inerte de La Mosca. Coloco su mano en el cuello y la derecha en la parte inferior de su cadera, elevando el cuerpo de la mosca en sus antebrazos, dejando que descanse en la montura trasera de su caballo. Aldrin tomó de las riendas a Mauro, tiro de ellas después de unas horas, el sendero que recorrieron fue largo como si hubieran caminado en la nada durante toda la eternidad, miro con atención una cabaña cubierta de ramas de madera con una pintura en forma de cruz en lo más alto de ella, el hedor a podrido causo desdén en Aldrin resignado tomo el cuerpo de La Mosca, abriendo la puerta de una patada, el mesonero levanto la vista asombrada por las ropas delicadas de Aldrin, dejo suavemente el cuerpo de La Mosca en una camilla cercana, giro con desánimo hacia el mesonero dejando caer un par de guldens las cuales se tambalearon rápidamente.

Aldrin:

"Haga lo que tenga que hacer." Dijo por ultima vez antes de regresar, cerrando la puerta detrás, segundos antes de que Aldrin cerrara la puerta fue interrumpido por una pregunta.

Mesonero:

"¿No es de por estos rumbos verdad?"

Aldrin.

"¿Qué come que adivina?"

Mesonero:

"Te ves muy especial, no es por tirar piedras a tu acto de altruista, pero porque decidiste ayudar a este hombre si se puede saber."

Aldrin:

"Me daría asco y vergüenza saber que su cadáver perturba a los transeúntes que pasen por el camino."

El Mesonero escuchó la puerta rechinar luego de que Aldrin desapareciera tras ella miro el cuerpo de la mosca, respirando con gemidos de angustia, como si tuviera cristales rotos, atravesando todo su cuerpo, con cautela extendió su mano para remover su visor, se exaltó al descubrir la ternura del rostro de su paciente interno, pues, parecía demasiado Joven para ser un cazarrecompensas, estupefacto noto como comenzaba a abrir los ojos con lentitud.

???

"¿Qué hago aquí?... ¿Quién me trajo?"

Mesonero:

"Primero que todo necesito saber tu nombre antes de abrir un expediente."

Atsuyak:

"Mi nombre es Atsuyak Doctor, confió en que usted será profesional."

El Mesonero asintió con la cabeza, busco en su izquierda entre frascos de vidrio los necesarios para empezar a curar a su paciente.

Atsuyak solo reflexiono el techo se sintió incómodo por la intensidad de su mirada.

Atsuyak:

"(No había nadie más que el caballo, el chico y yo en ese momento, así que o por arte de magia aparecí aquí, o fue por otra cosa... sin duda el universo tiene una forma curiosa de revelar sus misterios poco a poco." El Mesonero hurgó entre los eslabones que había entre cada escalón, viendo entre cada frasco con sed de saber cuál sería el adecuado para sanar y aliviar la angustia que su paciente sufría debido a las heridas.

El Relinchar molesto de Mauro interrumpió, la puerta de madera sintió alivio al notar el cuerpo de Aldrin dejando de apoyarse en su centro para atrapar la conversación que adentro ocurría, Mauro lo miro con indiferencia, Aldrin escupió saliva de placer, cruza su mirada con la de Mauro, sintiendo desdén junto a una rabia indescriptible, inhalo aire y después exhalo por la boca, mirando desafiante a su corcel.

Aldrin:

"Vamos Mauro no pasa nada, no soy sapo ni nada de eso solo quiero asegurar mi inversión, además tu tranquilo yo nervioso porque ahora que lo pienso es mejor que no respire ja, ja, ja, pues así puedo tachar una de las 10 tareas que me dio el Rey Malacar antes de partir, aunque me parece extraño que la hoja tenga 2 espacios vacíos, pero bueno, errores de impresión supongo."

Tacho con su dedo dibujando una palomita en la primera línea de las 10 tareas, enrollo el pergamino, guardando el manuscrito otra vez en su bolsillo derecho, sujeto su mano en la rienda izquierda de Mauro impulsando sus pies con un salto para colocar sus piernas alrededor de la montura de su corcel, Tirando de las riendas hacia atrás brevemente, desapareciendo en el horizonte, siendo los árboles los únicos testigos del trote de aquel lejano visitante misterioso, Aldrin miro hacia el oriente reflexionando sobre lo que acaba de pasar.

Aldrin:

"No sé qué es lo que acaba de pasar hace un instante estaba luchando solo por salvar mi vida tal vez sea solo un agujero de guion, pero, de alguna extraña manera eso se sintió gratificante, porque finalmente puedo decir que he hecho algo bueno para variar, aunque francamente también me siento incómodo, pues yo me siento mejor haciendo lo que es incorrecto, pero en fin creo que después de todo, hacer lo que hice se sintió agradable para variar aunque honestamente no sabría como continuar o dejar de hacer eso porque lo que cuenta fue la intención, aunque yo siento que mejor debería de dejar de susurrar en voz baja no lo crees Mauro, gracias, amigo o ser el único que me acompañara en mis viajes en verdad eres importante para mí, siento que eres lo único que evita que pierda la cabeza."

El aleteo constante de Mauro solo se recibió por la lealtad del vacío del cielo verde a su silencio solo correspondió a la mirada de Aldrin viendo a ese joven mago fijamente a los ojos, perdiéndose entre el horizonte.