Arianna Sterling es una joven con una apariencia destacada y un gran secreto: es la presidenta y heredera de un poderoso conglomerado familiar con lazos a la realeza. Según una tradición familiar, debe pasar varios años alejada de su familia y riquezas, viviendo como una persona común para demostrar su fortaleza. Durante este tiempo de anonimato, enfrenta enemigos ocultos que amenazan con destruir todo lo que le pertenece. A medida que se adapta a esta nueva vida, Arianna descubre que alejarse de la opulencia y el poder conlleva desafíos que pondrán a prueba su inteligencia y su corazón.
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UNA EXPLICACIÓN
Después de que ellos se fueron, Arianna sintió una mezcla de alivio y ansiedad. Por un lado, había disfrutado el breve intercambio con Kai, pero por otro, sabía que pronto tendría que darle una explicación sobre su presencia allí. Las cosas entre ellos siempre habían sido complicadas, y esa interacción había abierto más preguntas que respuestas.
Esa noche, mientras revisaba los informes de ventas en su computadora, un tono de mensaje la sacó de sus pensamientos. Era Kai.
—Arianna, ¿qué estás haciendo? —preguntó en el chat, la familiaridad de su mensaje provocando una sonrisa involuntaria en su rostro.
—Nada, solo estoy trabajando —respondió, intentando que su tono sonara casual.
—Eso no es así. Eres muy rica como para estar trabajando de vendedora —contestó él, con un tono de burla que hizo que Arianna se sintiera un poco más relajada.
—Mmmmm... —Arianna se mordió el labio, pensando en cómo responder. Sabía que su situación era complicada, y no quería entrar en detalles.
—Reunámonos —escribió Kai de inmediato, su tono ahora más serio
Arianna se quedó mirando la pantalla. Había una parte de ella que quería aceptar la invitación, pero otra que temía lo que eso podría significar. La última vez que habían hablado, había
habido una conexión, pero también un abismo de secretos.
—¿Para qué? —preguntó, intentando mantener el tono ligero.
—Para hablar —respondió Kai, y aunque sus palabras eran simples, había un peso en ellas que no podía ignorar.
Arianna suspiró. Sabía que no podía evadirlo por más tiempo.
La curiosidad y la necesidad de aclarar las cosas la impulsaban hacia adelante.
—Está bien, ¿cuándo? —escribió finalmente, con un nerviosismo que apenas podía ocultar.
—¿Te parece bien mañana a las 7 p.m. en El Café de la Esquina? —propuso él.
—Me parece bien —respondí, sintiendo una mezcla de emoción y ansiedad. Era una oportunidad para aclarar las cosas, y tal vez recibir un poco de ayuda.
—Perfecto. Nos vemos entonces —contestó Kai, y Arianna sintió una oleada de anticipación.
Con el mensaje enviado, Arianna se recostó en su silla, reflexionando sobre lo que había sido un día inesperado. Había tantas cosas que quería preguntarle, y aún más que quería compartir. Pero, sobre todo, sabía que este encuentro podría cambiar las dinámicas entre ellos de una manera que nunca había imaginado.
Finalmente, apagó su computadora y se preparó para descansar. La noche era tranquila, pero su mente no podía dejar de girar en torno a las posibilidades que la mañana traería.
El día pasó mucho más ligero y llegó la hora de la reunión. Cuando llegué al Café de la Esquina, vi a alguien levantando la mano en una esquina alejada y sí, ese era Kai.
—Hola, Arianna, ¿cómo estás? —preguntó Kai.
—Estoy bien, gracias —respondí, tratando de ocultar la ansiedad que comenzaba a burbujear dentro de mí.
Nos sentamos en una mesa pequeña, alejada del bullicio del café. Kai me miró con curiosidad, y su expresión mostraba que esperaba una explicación. Sabía que la conversación no sería fácil, pero era hora de ser honesta.
—Kai, hay algo de lo que tengo que hablar contigo —empecé, inhalando profundamente—. Sabes que estoy en lo que se llama el legado silencioso, ¿verdad?
Asintió, su expresión se tornó más seria.
—Sí, he escuchado sobre eso. Es una tradición en tu familia, ¿no?
—Así es. En nuestro linaje, cada heredero debe pasar por un periodo de tiempo y en mi caso son 4 años, donde se espera que se forme y aprenda en silencio, sin hacer ruido sobre lo que realmente somos. Es... complicado —expliqué.
—¿Y eso es lo que te ha llevado a trabajar en esa tienda? —preguntó Kai, su tono era comprensivo, pero había una chispa de confusión en sus ojos.
—Exactamente. Mi familia cree que debo comprender el mundo real, no solo el de la alta sociedad. Quieren que aprenda sobre la gente común, sus luchas y su vida diaria. Por eso estoy allí, como asesora comercial. Aunque no es lo que imaginaba para mí, ha sido una experiencia reveladora —respondí, sintiendo una mezcla de alivio y vulnerabilidad al compartirlo.
Kai se quedó en silencio por un momento, digiriendo la información. Finalmente, dijo:
—No sé si eso es justo. Pasar por algo tan importante en silencio. Mereces que te vean y te reconozcan por lo que eres.
Sus palabras me conmovieron. No solo estaba siendo un buen amigo, sino que también empezaba a entender el peso que llevaba sobre mis hombros.
—Lo sé —susurré—. Pero este legado es parte de mí. Es algo que debo cumplir. No se trata solo de mí, sino de toda mi familia y su historia.
Kai asintió lentamente, sus ojos reflejaban comprensión, pero también preocupación.
—Arianna, solo quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte. Si alguna vez necesitas ayuda o alguien con quien hablar, puedes contar conmigo. Sonreí, sintiéndome un poco más ligera. Tal vez no sería tan difícil después de todo compartir esta parte de mí con alguien que se preocupaba.
—Gracias, Kai. Eso significa mucho para mí. Espero que puedas entender que, aunque parezca que me estoy alejando, estoy trabajando en algo que es esencial para mi futuro.
—Lo entiendo. Y creo que lo que estás haciendo es valiente —dijo, inclinándose un poco hacia mí—. Así que, ¿cómo va tu trabajo en la tienda?
Con un suspiro de alivio, comencé a contarle sobre mis experiencias en el centro comercial, la diversidad de personas que conocía y las pequeñas lecciones que aprendía cada día. Kai escuchó atentamente, sonriendo y haciendo preguntas, y poco a poco me sentí más cómoda al abrirme.
La conversación fluyó, y aunque sabía que el legado silencioso sería un camino complicado, tener a alguien como Kai a mi lado me daba una nueva perspectiva. Tal vez este viaje no sería tan solitario después de todo.