En un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques densos, un joven llamado Leo descubre que su madre está gravemente enferma. Desesperado por salvarla, Leo se embarca en una búsqueda para encontrar el legendario Reloj Mágico de la Luna, que se dice que puede conceder deseos.
Pero el viaje no será fácil. Leo deberá enfrentar peligros y desafíos en su búsqueda del reloj, y descubrirá secretos sobre su familia y su pasado que cambiarán su vida para siempre.
¿Podrá Leo encontrar el Reloj Mágico de la Luna y salvar a su madre? ¿O el precio de su deseo será demasiado alto para pagar?"
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10 SEGUNDOS
Leo se sintió sorprendido al escuchar las palabras de la Luna. "¿Guardián definitivo?", repitió. "No entiendo. Ya he conocido a dos guardianes antes, pero nunca escuché nada sobre un guardián definitivo".
La Luna sonrió y continuó hablando. "Las otras veces, los guardianes eligieron el reloj. Sea la persona buena o mala, el reloj se les otorgaba. Pero esta vez, el reloj te eligió a ti, Leo. Te eligió por tu corazón puro y tu determinación para proteger a los demás".
Leo se sintió honrado y al mismo tiempo, se sintió una gran responsabilidad sobre sus hombros.
La Luna continuó hablando. "Te daré 10 segundos para que detengas a los que buscan hacer daño. Durante ese tiempo, el tiempo se detendrá y podrás actuar sin que nadie te moleste. Pero recuerda, Leo, que después de esos 10 segundos, el tiempo volverá a fluir y deberás enfrentar las consecuencias de tus acciones".
La Luna hizo una pausa y luego continuó. "Prepárate, Leo. Los 10 segundos comienzan... ahora".
El tiempo se detuvo y Leo se sintió como si estuviera en un mundo diferente. Miró alrededor y vio a los hombres encapuchados congelados en el tiempo, con sus armas en alto y sus ojos fijos en él.
Leo sabía que tenía que actuar rápido. Miró hacia abajo y vio el reloj en su mano. La energía del reloj se sentía fuerte y poderosa, y Leo sabía que podía confiar en ella.
Con determinación, Leo comenzó a moverse hacia los hombres encapuchados. Sabía que tenía que detenerlos antes de que el tiempo volviera a fluir.
Leo se lanzó contra los encapuchados con una determinación feroz. Con su mano izquierda, lanzó el Fénix de Fuego El Fénix de Fuego era una llama ardiente que tomaba la forma de un ave.
El Fénix de Fuego derribó a dos de los encapuchados, que cayeron al suelo con un grito de dolor. Pero los otros dos encapuchados no se rindieron. Se lanzaron contra Leo con sus armas en alto, dispuestos a matarlo.
Pero Leo no se detuvo. Con su mano derecha, utilizó el reloj para lanzar un potente rayo amarillo. El rayo amarillo era una técnica que Leo había descubierto recientemente, y que podía lanzar con la ayuda del reloj.
El rayo amarillo golpeó a los dos encapuchados que se lanzaban contra Leo, y los derribó al suelo. Los cuatro encapuchados yacían ahora en el suelo, derrotados.
Leo se detuvo, jadeando, y miró alrededor. El tiempo seguía detenido, y todo estaba en silencio. Pero Leo sabía que el tiempo no se detendría por mucho tiempo. Tenía que actuar rápido para asegurarse de que los encapuchados no se levantaran de nuevo.
Leo se lanzó para inmovilizar a los encapuchados antes de que se volvieran a parar, pero el tiempo pareció pasar. Los encapuchados estaban tirados en el suelo, quemados y heridos, sin que Leo supiera cómo había sucedido.
Al mirarlos más de cerca, Leo se dio cuenta de que eran tres hombres que no conocía. Con dolor y dificultad, los tres hombres se movieron y, en un movimiento rápido, empezó a salir humo de sus capas.
Leo lanzó otro Fénix de Fuego, pero los encapuchados desaparecieron en el aire. Leo se sintió desesperado y feliz al mismo tiempo.
Finalmente, fue a desatar a Aria, su mamá y los demás habitantes.
Lo estoy leyendo y parese que estoy ai en el bozque junto a Aria y Leo.