Fui obligada a casarme con el CEO enmascarado y discapacitado por culpa de mi padre, quien en una apuesta me perdió.
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DUSTIN MONDRAGÓN
Reconozco que me he enamorado de Elena, quise abrir las puertas de la jaula que la tenían encarcelada, quería verla desde lejos, quería ayudarla a salir adelante desde el anonimato, pero sobre todo quería que estuviera lejos de su familia. Ella desapareció, perdí su huella.
El recuerdo de sus besos y de su cuerpo no me los puedo sacar de la mente. La pienso 24/7.
Investigué a aquel chico, ella lloró por él, Erick, su novio de la secundaria quien viajó y vino con una mujer con la cual está comprometido. A ella le debió doler eso. Cómo me gustaría que ella estuviese enamorada de mi, jamás la engañaría.
¿Cómo quisiera que sintieras algo por mí? Pero ¿Quién va a amar a un viejo paralítico con una gran cicatriz en su cara que lo único que le provoca es asco?
¿Donde estas Elena?
— ¿Puedo pasar un momento en tu cuarto, hijo?
— Si papá.
— He conseguido a una chica para ser tu esposa. Ella está dispuesta a darte un hijo y ser obediente. Ya preparé todo.
— No hagas nada. No quiero conocer a nadie. ¿Qué quiere ella? Dinero.
— Es difícil que una mujer quiera aceptar ser tu esposa. Pero eres mi único hijo y quiero un heredero. No importa pagar la cantidad que sea. Si está es la única forma, debes aceptar.
—Esta vez no quiero. Ya para.
— Harás lo que yo digo. Soy tu padre y sé que es lo mejor para ti.
— Te dije que no. No haré lo que tú dices. Sal de mi cuarto.
— Te casarás y punto.
—Que salgas — le grité.
Llamé a Joss.
— Aún no sabe nada de Elena.
—Joven, aún no.
Tal vez solo deba hacerle caso a mi papá y olvidarme de Elena.
ELENA COEN
Agradecí al padre de la iglesia y salí a buscar un cuarto para quedarme ahí.
Eran las 7 de la mañana.
Lo pensé mil veces si debía volver donde la casera, al final ella solo me ha ayudado, Pero me queda la duda de como llegué ahí ese día. ¿Será que hui aún estando drogada?
Caminé hasta el parque. Me senté en una banca, tenía que tomar una decisión. Vi pasar a Anthony, seguro iba a la tienda.
— Anthony — le grité saludándolo con la mano.
Él se acercó corriendo.
— ¿Dónde has estado todo este tiempo? — parecía alegrarse.
— Reflexionando. Vas muy temprano a la tienda.
— En serio me alegro de verte. Me he complicado atendiendo solo. El jefe ha estado preguntando por ti. Le expliqué lo que pasó y él comprende, así que regresa al trabajo.
— ¿Le contaste?
— Si. Era un asunto grave.
— ¡Qué vergüenza! Seguro piensa que soy una trabajadora muy complicada para su negocio.
— No, nada de eso. El trabajo es tuyo— me tomó de la mano y me llevó a la tienda.
Me sirvió un café.
— No creo que deba volver a trabajar aquí después de lo que pasó ese día. Siento vergüenza.
— El jefe se ha preocupado por ti.
— Por qué si no me conoce.
— Él es así. Desde que un empleado entra bajo su responsabilidad, él los considera parte de su familia.
— Realmente, no sé si debería regresar.
— Nada de eso. De aquí no te vas hasta que me digas que continúas trabajando, Pero está vez por favor no desaparezca. Voy a llamar al jefe para que sepa que estas aquí.
Anthony llamó al "jefe" que aún no conozco.
— Ella está aquí.
DUSTIN MONDRAGÓN
— Ella está aqui— era Anthony.
—¿Ella? ¿Elena?
— Si jefe— senti una emoción inmensa.
—No la dejes ir. Convéncela para que regrese y está vez se quede.
— ¿Usted vendrá?
— No. Solo que ella no se vaya. Voy a colgar.
Quiero ir a verla, pero no puedo aparecer así, y si ella se va de nuevo y está vez no regresa. ¿Qué hago?
Joss entró al cuarto.
— El auto está listo, joven.
— Pero no te he pedido el auto.
— La joven está en la tienda. Debería ir y decirle que usted la ama.
— Ella no va a quererme.
— Entonces solo vaya a verla como siempre lo hace.
Fui con Joss a la tienda. Ella estaba ahí platicando con Anthony.
— Joven, invitela a salir.
— Lo he pensado muchas veces, Pero cuando me veo al espejo me convenzo que no debería.
— Y si solo entras como un cliente y la saludas.
Terminé aceptando la idea de Joss. Le envié un mensaje Anthony que me atendiera como un cliente.
ELENA COEN
Estaba de espalda a la puerta de la tienda. Anthony me convence de seguir trabajando en la tienda. Por lo menos él era alguien con quien podía conversar.
— Buenos días señor, en que puedo servirle.
Me puse de pie, puse la taza de café a un lado.
— Buenos di..— no terminé de hablar, era Dustin.
Él estaba en la tienda, él que no le gustaba salir. Él me miró y parece que medio se sonrió.
Tenía un poco de miedo de que él me quisiera llevar a la fuerza.
— Quiero una cartera bonita, es un regalo para alguien. Solo que no se cómo elegirla — Dustin habló con Anthony.
No vino a llevarme.
Lo miré de reojos. Él no me prestaba atención. ¿Será que esa cartera es para su esposa? ¿Se casó de nuevo? Él no tiene hermanas y tampoco vi una figura femenina en la mansión. Por unos instantes me sentí aliviada.
— Elena, puedes ayudarle al señor, siendo honesto no se que le puede gustar a una mujer. Siempre que escojo un regalo para mí esposa nunca le gusta — Anthony me pidió el favor.
—No creo que pueda ayudarle — le hacía de seña que no quería.
— Por favor, ven.
Me acerqué.
Nos miramos unos segundos. El color de sus ojos son hermosos. Su máscara siempre es oscura.
— Buenos días, señor Mondragón. ¿Cómo le gustaría la cartera? ¿Sabe más o menos los gustos de la dama?
— Hola Elena. ¿Cómo has estado?
— Bien. ¿De qué color la cartera? — Insistí con lo de la cartera.
— Escoge la cartera como si fuera para ti. Siendo honesto no se que le gusta a ella.
— ¿Cómo es ella?
— Es bonita.
—No me refería a eso— tomé una cartera de color verde, la más fea de las carteras como pago por todo lo que pasé por su culpa.
— ¿Te parece que está bien?
— Sí, me gusta. Es preciosa. ¿Verdad?
Luego recordé las palabras de las monjas.
—No— me respondió Dustin.
— Perdón— sus ojos me recordaron el sueño. Bajé mi mirada a sus labios. Quedé muda. Mi corazón empezó a palpitar con fuerza, era algo que no comprendía.
— Me disculpa, tengo que ir al baño— puse la cartera y fui al baño.
No salí hasta que Anthony me tocó la puerta.
—¿Estás bien?
— Si.
— Sal. Necesito el baño también. Llevas casi una hora metida.
Salí del baño.
— Pero que te pasó. El cliente se llevó la cartera verde. También te dejo esta notita.
— ¿Qué dice?
— No lo sé. Míralo tú. Toma — me dio el papel y él entró al baño.
Tomé el papel y me lo metí en la bolsa del pantalón.
Cuando salió Anthony del baño le pregunté.
—¿Qué te dijo el señor de la silla de ruedas?
—Nada. Solo me pagó el bolso y me dijo que te entregará. ¿Lo conoces?
— Sí. No. Tal vez. Ay no sé. Me voy ahora, tengo que buscar cuarto para vivir.
— Está bien. Prométeme que vendrás a trabajar mañana.
— Te lo prometo.
— Sabes, tengo mi apartamento en renta. Mi esposa y yo compramos una casa. Ya el apartamento era muy pequeño. Ella está embarazada y preparamos un cuarto para el bebé. Si quieres puedes quedarte ahí.
— En serio. Me parece genial.
Él me dijo cuánto era la renta. Arreglamos y en cuanto cerró la tienda fuimos a su apartamento. Me entregó las llaves y se fue.
El apartamento es más grande que el cuarto que alquilaba y lo mejor es que estaba amueblada. Me instalé de inmediato.
¿Quién será la nueva víctima de Dustin? ¿Cómo habrá sido él antes de quedar así? No estaría mal buscar en internet fotos de él. Seguro sale algo.
Dustin Mondragón, salían varias fotos de su cuenta de redes, me puse a stalkear, tiene años que no sube nada. Él era sumamente guapo. No salía nada de accidente, ni operación, nada. ¿Cómo llegaste a ese punto?
Gracias Luna por una novela corta pero excelente te felicito que Dios te bendiga siempre 🫂😘🙏🇻🇪💐