La Guerrera Del Aire

NARRADOR

Nigel llevo a Rakia a la habitación que había sido preparada para su recuperación, y para su grata sorpresa en ella, ya lo esperaba su nana, con el médico, quien inmediatamente comenzó a atender a Rakia.

Durante todo el proceso Nigel se quedó en un rincón, observando a doctor trabajar, y miraba atentamente lo que este hacía, como parte de su ardua preparación, Nigel también tenía conocimientos en medicina, por lo que entendía en líneas generales lo que el médico decía y por ende lo delicada que era la situación de Rakia, pero este conocimiento no era tan vasto ni completo como el de un médico, por lo que decidió dejar al médico trabajar sin intervenir.

Mientras el médico trabajaba, la reina llego, siendo recibida con una reverencia, solo por parte de su hijo, en cuanto a las doncellas, junto con el médico, estaba muy concentrados en su labor y no notaron la llegada de la monarca, lejos de molestarse a la reina su actitud le causo satisfacción, significaba que eran diligentes en su trabajo, y le pidió a Nigel que se reunirá con ella fuera de la habitación.

- ¿Cuál es su estado? – pregunto la reina.

- Esta débil, su cuerpo sufre de una desnutrición muy grave, tiene muchas heridas, algunas viejas, otras más recientes, lo que complica mucho la situación, a eso debemos de agregarle que seguramente su condición, de por sí delicada, puede verse agravada por la pérdida de sangre, puesto que las heridas más recientes no han cerrado del todo, además de que hay que recordar que ella no poseía poder alguno cuando se hizo la prueba en el templo, y el hecho de usar tal cantidad magia de una manera tan abrupta puede causar agotamiento mágico en ella, y si bien no es una condición peligrosa, así como está su cuerpo de débil, podía ser letal. – le informa Nigel a la reina.

- ¿Qué se puede hacer?

- Esperar a que el médico la estabilice, él sabe más de lo que yo sabré nunca, él puede estabilizarla, en cuanto el aspecto físico se refiere, una vez haga eso, se podrá empezar a tratar sus heridas con magia, pero en lo referente a su agotamiento mágico no podré hacerlo solo, pero ya mandé un mensaje al templo - le contesta Nigel a su madre.

- En ese caso, te dejo esto a ti, espero un informe mañana temprano, mientras tanto me reuniré con los duques y demás nobles para informarles lo sucedido, también preparé todo para el juicio – le dice la reina, más para sí misma que para su hijo y se va de allí.

Ya sin su madre cerca, Nigel deja salir un suspiro de alivio, puesto que nunca puede relajarse con esa mujer cerca, y vuelve a entrar a la habitación para ver cómo está Rakia.

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Caelus llega lo más rápido que puede al palacio, en donde es recibido por el secretario del príncipe, quien se sorprende al verlo, pero rápidamente llega a su lado para informarle lo sucedido.

- Sumo sacerdote Caelus, es un honor tenerlo aquí, no creí que atendieran tan rápido nuestro mensaje. La gran Águila ha despertado, pero su estado es muy delicado. Lo llevaré ante ella y el príncipe Nigel – le dice Nesim a Caelus, mientras lo guía por el extenso palacio.

Al igual que el palacio real del reino de la Tierra, el palacio del reino del Aire es más como una pequeña ciudad, compuesta por varios palacios, por lo que para aquellos que nunca han estado en este, puede ser como un laberinto.

Caelus, se da cuenta de que hay una confusión con respecto a las razones que lo llevaron hasta el palacio, pero en este momento, poco le importa eso, su prioridad es la gran Águila.

Ambos hombres llegan al palacio del príncipe heredero en tiempo récord, y Nesim lo guía hasta la habitación que había sido preparada para Rakia, y al entrar en esta puede ver a la joven dormida en la cama, y su rostro se ve muy maltratado, pero lo que más llama su atención es que la joven se encuentra suspendida en el aire.

- Sumo sacerdote Caelus, es bueno verlo – lo saludó Nigel con una sonrisa, pues a pesar de las condiciones que los hicieron verse de nuevo, para Nigel era muy grato ver a Caelus, quien fue como un hermano mayor para él durante su estadía en el templo.

- Lo mismo digo Nigel – le dice Caelus, y ambos hombres se abrazan.

Para Nigel, no había restricciones, todos en la habitación eran de suma confianza y sabía que ninguno le iría con el chisme a su madre.

Cuando ambos se separaron, Nigel puso a Caelus al tanto de lo sucedido, así como de la condición en la que Rakia se encontraba, por lo que una vez el médico termino de examinarla y de tratarla, Caelus, junto con Nigel comenzaron con su parte, puesto que el médico, si bien era de los mejores, no poseía un alto nivel de magia, por lo que en lo relacionado con el agotamiento mágico, poco podía hacer.

El agotamiento mágico es una condición que surge si algún mago o maga, usa en exceso su magia, en la mayoría de los casos, el agotamiento mágico suele tratarse con descanso adecuado, y una buena alimentación, pero en los casos más extremos, este puede causar que la persona quede en un sueño indefinido, lo que es peligroso, puesto que de no desertar pronto, el mago en cuestión puede morir de sed y hambre, y en el caso de Rakia es aún peor, puesto que su cuerpo está sumamente débil. Una manera de adelantar la recuperación del agotamiento mágico, es que otro mago le otorgue su energía, que era eso lo que justamente Nigel iba a hacer, mientras que Caelus, con las instrucciones del médico, se encargaría de acelerar el proceso de curación en las heridas de Rakia, así como de pasarle energía, pero no para tratar su agotamiento mágico, sino para llenar su cuerpo de esta, para así fortalecerlo, y evitar que la inanición y la deshidratación terminaran con su vida mientras recupera la conciencia, de igual manera el médico preparaba varios remedios que aún inconsciente, Rakia podía ingerir, que la ayudarían a su cuerpo a resistir, así los tres, con ayuda de Betzabeth y las jóvenes doncellas, pasaron toda la noche y hasta el amanecer estabilizando a Rakia, mientras le pedían al dios Kaayo por la joven, rogando que sobreviviera.