Mildred es una mujer que siempre se ha dedicado a su marido y a sus hijos, dejando su carrera en segundo plano. A cambio, su esposo se quedó con su mejor amiga, lo que le costó su amor y ahora lucha por reiniciar su vida. Ella todavía lo ama y lo que más desea es olvidarlo.
Valentín comenzó desde cero y se convirtió en uno de los mayores empresarios de Nueva York y de los Estados Unidos. Es un hombre frío, calculador y extremadamente sistemático. Le gusta aparecer con mujeres hermosas y jóvenes. Tuvo un romance de un año con una modelo considerada la más bella del país. Tuvieron un par de gemelos, pero antes de que nacieran los niños, ya no estaban juntos. Las mujeres dicen que no tiene corazón, que es frío, sistemático y temido. Sin duda, es una persona muy importante e imponente; se dice que trabaja con la mafia, y algunos incluso especulan que es parte de ella.
La Navidad se acerca y él necesita urgentemente ayuda con su familia; ella, por su parte, necesita dinero y una oportunidad para mudarse de ciudad. Sus destinos se cruzan y, de un lado, hay un corazón roto que quiere olvidar un amor; del otro, un corazón que nunca ha amado ni se ha dejado amar. Dicen que en Navidad suceden milagros, ¿será cierto?
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Capítulo 3
Mildred
Salimos de Winchester Virginia y en poco tiempo llegamos a N.Y. la ciudad que nunca duerme.
Me contuve para no insultar a una pareja que comenzó a pelear en pleno vuelo, tenía ganas de tirarlos a los dos desde allá arriba para ver si se podían arreglar.
Le avisé a mi hijo Benjamín que estaríamos en casa de la tía Ade y para mi sorpresa, dijo que si se quedaba para Año Nuevo, intentaría venir.
¡Me puse muy feliz! Melinda también se alegró al saber que su hermano tal vez venga, aunque sea después de Navidad.
Terminé hablando con Brian, me vi obligada... tenemos la custodia compartida de Linda.
Gracias a Dios, nos llevamos bien en la medida de lo posible y lo permitió, porque en Navidad ella debería estar con él, pero como no se lleva bien con el hijo de su actual pareja... en fin, está conmigo y le agradezco a Dios por ello.
Llegamos al aeropuerto y Ade y Leo ya nos están esperando, ¡los amo!
Adelaide y Leoni besando y abrazando a las dos
Adelaide- ¡¡¡Estamos tan felices de que hayan venido!!!
Leoni – ¡El tío nos dejó el arbolito para que lo compremos y lo decoremos juntas!
Melinda – ¡¡¡Hurra!!! ¡Mi mejor tío del mundo!
Adelaide- ¿Y la tía? Traidora
Melinda riendo- ¡También quiero a la tía, y es la mejor tía!
Leoni- Esta debe ser Lili
Melinda – ¡Sí! Y mi madre discutió con una señora por su culpa.
Adelaide – ¡¡¡Mille!!!
Mildred – Sólo dije unas verdades, nada más
Leoni riendo – Me lo imagino
Adelaide – Cuéntale a la tía lo que dijo mamá
Melinda – Sólo le dijo a la señora que roncaba más que Lili
Adelaide – No lo puedo creer Mille, que le hayas dicho eso a una señora
Mildred – No me vengas, era una maleducada y empezó a quejarse como una loca, ay que este perro va a vomitar, va a hacer pis y así fue...
Fui muy educada, sólo le dije que Lili roncaba menos que ella, porque Ade la mujer parecía un tractor.
Leoni riendo- Vamos
Ellos se van
Mildred
Mi hermana y mi cuñado tienen una tienda de conveniencia, ¡pero con muy buen movimiento!
Está en el barrio donde viven desde hace años, así que conocen a mucha gente.
Leoni termina llevando a Linda a comprar un árbol de Navidad,
claro que ella ama a este tío, hace todo lo que ella quiere...
Me quedo en la tienda con Ade, me presenta a las empleadas y a algunas personas que entran, prácticamente todas son del barrio.
Al otro lado de la ciudad de N.Y.
Valentin – Y bien Martin, dame una buena noticia
Martin – Desgraciadamente Valentin, ¡está complicado!
Ya sabes que nuestra ciudad es una locura en Navidad, ¡hay muchos turistas que vienen a ver la Navidad!
Y aparte de eso, N.Y. siempre está llena... ¡y no!
Valentin- ¿Llamaste a las malditas empresas que subcontratan servicios? Sabes que pago bien y puedo pagar el doble, el triple a alguien.
Martin – Hermano, tenemos algunos problemas, este servicio que quieres prácticamente nadie lo presta, al menos como tú lo quieres no.
Recibir, coordinar la casa y además ocuparse de los menús
Valentin- Contrato a un cocinero
Martin riendo – Cocinero encontré, eso es fácil, el problema está en esa persona que quieres que administre y coordine, que cuide de tus familiares...
Y más aún cuando digo que es para el señor Valentin Carters
Valentin – ¿Cómo así? Las mujeres me aman
Ruy – Sí, te aman para salir contigo, lujo, dinero, poder hermano.
Pero prestarte un servicio, ya sabes que tu fama no es la mejor.
Hector – Imagínate, el sistemático y exigente Valentin, tío, los empleados ni respiran cuando pasas cerca de ellos.
Valentin- ¡Sólo me gustan las cosas bien hechas!
Los tres – Sólo Nani
Valentin – Necesito que me ayuden a encontrar a alguien, llama a doña Bernadete
Ruy – Llamando...
Bernadete era su secretaria, la única que trabaja desde hace años en la empresa, conoce bien a Valentin.
Bernadete llegando – ¿Con permiso, me llamaron?
Valentin- Sí, fui yo
Bernadete tragando saliva – Sí, señor
Valentin – Bernadete necesito una persona y le va explicando
Bernadete – Discúlpeme señor, pero va a ser muy difícil
Valentin – Te pago 5 veces tu salario por hacer esto por mí.
Bernadete sonriendo – Es muy tentador, pero mis hijos vendrán de Florida a pasar la semana de Navidad conmigo señor, así que lamentablemente, no voy a poder ayudar.
Valentin – Y esa asistente tuya
Bernadete – ¿Marie?
Valentin – Esa misma
Bernadete – Ella y su marido van a pasar con sus familiares y su hija, sinceramente no creo que aceptara, más aún señor que todos sabemos lo exigente que es.
Valentin estaba irritado – Ok, si sabes de alguien avisa a Martin y dile a Marie lo mismo
Bernadete – Sí señor, si sé algo le aviso y seguro que Marie también hará lo mismo
Bernadete pensando nadie está loca para entrar en su casa, con lo sistemático que es...
Ella sale
Hector riendo – Estás jodido si dependes de una empleada tuya
Valentin – Pago bien, no veo el problema
Ruy riendo – Tiemblan cuando hablan contigo, ¿y encima en tu casa, con tu familia? ¿Te imaginas que hagan algo mal? Las matas sin pensarlo.
Martin riendo- Lo peor es que tengo que estar de acuerdo con Ruy, ni yo iría.
Valentin – Amigos como vosotros no necesito enemigos
Se quedan hablando
En el otro lado de N.Y. en la tienda
Marie entrando en la tienda
Adelaide – Mille te quiero presentar a una gran amiga mía
Adelaide le presenta a Mildred a Marie, conversan un poco.
Adelaide- Tienes cara de cansada amiga
Marie – Hoy el señor Valentin ha estado más insoportable que de costumbre
Mildred – ¿Tu jefe?
Marie – Sí, es frío, sistemático, exigente, ¡pero muy exigente!
Llega a ser irritante, sólo que paga muy bien y sin contar que trabajar en la empresa da un plus al curriculum, más aún siendo para él y sus amigos.
Mildred- ¿Trabajas de secretaria de ese tal Valentin?
Marie – ¡No! Soy auxiliar de su secretaria, niña, si yo fuera su secretaria, creo que me volvería loca. ¿No conoces al famoso Valentin Carters?
Mildred- No
Adelaide – Vive en Virginia y no le gustan los sitios de noticias, ¡rara vez los mira! Es bastante ajena a la realidad.
Mildred – Sólo porque no conozca a ese tal Valentin, no significa que sea una alienada.
Adelaide – Mi querida hermana, Valentin Carters es uno de los hombres más ricos de EE.UU. y aparte de que es un bombón, aunque lo que tiene de guapo lo tiene de exigente y la gente le teme.
Marie – Las mujeres lo aman, si fuera para salir con él (se abanicó) iría corriendo y habría cola, ¡pero trabajar para él, ni pensarlo!
Sólo una loca y mira que está ofreciendo una buena pasta y si encima piden más, creo que paga, está desesperando y de muy mal humor.
Mildred- ¡¡¡Opa!!! ¿Dijiste que pagaba bien?
Adelaide- ¡Olvídalo! Mille es terrible y en el mal sentido, nadie quiere trabajar con él y ¡estás loca! Ni se te ocurra doña Mildred
Mildred- Pero necesito dinero
Adelaide – ¡No y ya está! Marie ni se te ocurra decir nada más sobre eso.
Va a atender a una señora que la llama
Mildred jala a Marie – Dime cuánto está ofreciendo
Marie – 10 mil dólares por una semana o diez días no sé bien
Mildred- ¡¡¡Joder!!!, sí que es rico
Marie riendo – ¿Rico? Rico es su apellido niña
Mildred – Consígueme la manera de hablar con él, tal vez acepte, necesito mucho el dinero.
Marie – No puedo, ¡tu hermana me mata! Y no puedo hacerte eso a ti, me pareces una gran persona y él es extremadamente exigente, aparte de que es muy sistemático.
Mildred- Por favor
Marie – Lo siento
Mildred pensando necesito el dinero, son pocos días...
Mildred – Por favor, te voy a contar y le habla de que su casa ha sido hipotecada y al final, después de muchos argumentos
no te preocupes, estoy bastante loca y él se va a arrepentir de contratarme, por favor.
Marie – Dame tu número y a ver qué puedo hacer, pero por favor no le digas nada a Ade, o no me vuelve a hablar en la vida.
Mildred dando saltitos – Gracias