Trust Me 2

El bullicio de la ciudad quedaba atrás mientras Jacob y Sam se dirigían al restaurante donde habían reservado una mesa para esa noche. Después de semanas de desafíos y crecimiento personal, decidieron que era hora de celebrar su progreso con una cena especial. El restaurante, un lugar acogedor y elegante, tenía una reputación por su exquisita comida y ambiente íntimo, perfecto para la ocasión.

Al entrar, fueron recibidos por el anfitrión, quien los guió a una mesa junto a una ventana con vistas a la calle iluminada por farolas. Jacob, sintiéndose más tranquilo y confiado, tomó asiento y observó el menú con curiosidad. Sam, a su lado, sonreía, claramente emocionado por la velada.

—Este lugar es hermoso —comentó Jacob, mirando alrededor—. Gracias por planear esto, Sam.

—Sabía que te gustaría —respondió Sam, tomando la mano de Jacob sobre la mesa—. Después de todo lo que hemos pasado, merecemos una noche especial.

Pidieron sus platos y charlaron sobre sus días, recordando momentos divertidos y anécdotas recientes. La conversación fluía con naturalidad, y Jacob se dio cuenta de lo mucho que había avanzado. La ansiedad y la depresión seguían siendo parte de su vida, pero ahora se sentía más capaz de manejarlas, especialmente con Sam a su lado.

Cuando llegaron los platos principales, Jacob probó el suyo y sonrió.

—Esto está increíble. ¿Cómo encontraste este lugar?

Sam sonrió con satisfacción.

—Lo descubrí hace un tiempo y pensé que sería el lugar perfecto para una ocasión como esta. Quería que tuvieras una noche inolvidable.

La velada transcurrió con risas y conversaciones profundas. Hablaron sobre sus sueños y metas futuras, sobre los lugares que querían visitar y las cosas que querían experimentar juntos. Jacob sintió una calidez en su pecho al escuchar a Sam hablar con tanta pasión y amor.

Después del postre, Sam tomó un sorbo de su vino y miró a Jacob con una expresión seria pero amorosa.

—Jacob, hay algo que he estado queriendo decirte.

Jacob levantó una ceja, intrigado.

—¿Qué pasa, Sam?

—Quiero que sepas lo orgulloso que estoy de ti. Has enfrentado momentos muy difíciles y has salido más fuerte. Tu valentía y tu determinación me inspiran cada día. Quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, en cada paso del camino.

Jacob sintió un nudo en la garganta, conmovido por las palabras de Sam.

—Gracias, Sam. No podría haber llegado hasta aquí sin ti. Eres mi apoyo, mi refugio, y mi mayor fuente de alegría. No sé qué haría sin ti.

Sam sonrió y sacó una pequeña caja de su bolsillo, abriéndola para revelar un anillo sencillo pero hermoso.

—Jacob, quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te gustaría casarte conmigo?

Jacob se quedó sin palabras por un momento, sus ojos llenos de lágrimas de felicidad. Luego asintió con entusiasmo.

—¡Sí, Sam! ¡Por supuesto que sí!

La emoción en el rostro de Sam era palpable mientras deslizaba el anillo en el dedo de Jacob. Los dos se levantaron y se abrazaron, sintiendo la fuerza de su amor y compromiso.

El restaurante estalló en aplausos y felicitaciones de otros comensales. Jacob y Sam se miraron, sabiendo que este era solo el comienzo de una nueva etapa en sus vidas. La cena, que ya era especial, se convirtió en un momento inolvidable.

Mientras caminaban de regreso a casa, tomados de la mano y riendo juntos, Jacob sintió una paz profunda. Sabía que, con Sam a su lado, podía enfrentar cualquier cosa. El futuro se veía brillante y lleno de posibilidades, y estaba emocionado por lo que vendría.

Al llegar a su apartamento, se sentaron en el sofá, abrazados y soñando despiertos sobre su futura vida juntos. Jacob miró a Sam y sonrió, sintiendo que, por primera vez en mucho tiempo, todo estaba en su lugar. El amor que compartían era la fuerza que los impulsaba a seguir adelante, y eso era todo lo que necesitaban.